martes, 22 de enero de 2013

ENTREVISTAS 3- Domingo F. Faílde



 

De la obra reciente de Francisco Basallote



Francisco Basallote acaba de ver publicado su libro La sombra de Euclides, ganador del Premio Internacional de Poesía “Soledad Sonora”, convocado por Spanish Professionals in America, Inc.-ALDEEU (Asociación de Licenciados y Doctores en EEUU). Poco antes, habían visto la luz Indagación del alba, galardonado con el XIV Premio de Poesía “Paco Mollá, y Gotas de lluvia.

El poeta, profesional de la arquitectura y natural de ese enclave privilegiado que es Vejer de la Frontera, ha encontrado en la cal, los volúmenes y la luz el contexto ideal de una poética que, partiendo de la magia vejeriega y la rara hermosura de su entorno, ha logrado crear una metafísica para explicar el mundo, las incógnitas de la vida y la propia poesía, dando la espalda al tópico paisajístico, reemplazado en el texto por la mirada interior de Basallote, igualmente capaz de eternizar el instante que nos regala la naturaleza, a través de sus haiku, disciplina poética e intelectual en la que es consumado maestro.

Domingo F. Faílde entrevista al autor, que revela muchas claves de los libros citados en segundo y tercer lugar y su propio proceso creativo.
.




Francisco Basallote:

luz y volumen de la palabra


            A la hora de publicar esta entrevista, un mes más tarde de lo previsto, Indagación del alba y Gotas de lluvia ya no son los dos últimos libros de Francisco Basallote, que acaba de poner en las librerías La sombra de Euclides, de la mano del Premio Internacional de Poesía "Soledad Sonora”, que convoca la ALDEEU (Asociación de Licenciados y Doctores en Estados Unidos). Habrá que entrar en él más adelante, porque las preguntas que siguen y sus correspondientes respuestas giran en torno a los citados en primer y segundo lugar, distinguido el primero con el XIV Premio de Poesía “Paco Mollá”. Gotas de lluvia es, en esencia, un homenaje al haiku y su visión de la naturaleza, en tanto Indagación del alba incide en la metafísica característica del autor.


            Que algo tendrá el agua cuando la bendicen es antiguo refrán que, en este caso, refrenda con su obra Francisco Basallote. El poeta, profesional de la arquitectura y natural de ese enclave privilegiado que es Vejer de la Frontera, ha encontrado en la cal, los volúmenes y la luz el contexto ideal de una poética que, partiendo de la magia vejeriega y la rara hermosura de su entorno, ha logrado crear una metafísica para explicar el mundo, las incógnitas de la vida y la propia poesía, dando la espalda al tópico paisajístico, reemplazado en el texto por la mirada interior de Basallote, igualmente capaz de eternizar el instante que nos regala la naturaleza, a través de sus haiku, disciplina poética e intelectual en la que es consumado maestro.

            La entrevista que generosamente nos concedió revela muchas claves de los citados libros y aun del proceso creativo de uno de los autores más personales, hondos y brillantes de este primer tramo del siglo XXI.


- De lo particular a lo universal, de la cal y la luz vejeriegas a la arquitectura del cosmos, ¿cómo explicar este proceso estético al lector de hoy en día?


- Toda poética es un río de agua viva que procede de un manantial fecundo. En mi caso ese hontanar me vino dado desde el principio del tiempo: el deslumbramiento estaba en mí, ese hallazgo en la carne y en la piedra se me había concedido como una plataforma desde la que a la vez de servirme las perspectivas de un mundo permitieron en la búsqueda constante acercarme a ese espacio infinito donde la belleza y la verdad existen como lejanas y fulgurantes estrellas, sólo acercarme…

- Pero en ese viaje se ha operado, sin duda, una intensa depuración, ¿qué lastre se ha quedado en el camino y qué, por el contrario, ha emergido a la luz en el poema?

- Creo que a lo largo de este proceso, la emoción creadora ha perdido la consistencia del ego, y ha sublimado la cosmogónica , el grito plural del mundo, de su luz, se ha afinado la búsqueda en lo estrictamente elemental , en la estructura cristalina de la pureza.    

- ¿Qué papel desempeña el lenguaje en la construcción de su obra?

- De todos es sabido  el significado que tiene para mí el signo, ese misterioso gesto de la luz del hombre  capaz de sintetizar sus mundos en el alarido de un trazo y como su articulación puede simular telúricamente el nacimiento de un mundo. El poder del signo es el triunfo de la palabra que en mi caso viene concebida dentro de una matriz de austeridad y de plástica.


- ¿Podemos, pues, decir que la suya es una obra total?

- Nada hay culminado en el mundo y mucho menos en el mundo interior de una poética como la mía hecha día a día de pequeños deslumbramientos, estoy como el monje zen en un camino que es nuevo cada día, que cada hora le aporta un nuevo descubrimiento y sobre todo el conocimiento de la inabarcable, tras el horizonte inaprensible de la noche.


- En sus últimos libros, me parece observar que el silencio, con su muda elocuencia, adquiere un certero protagonismo, ¿es verdad? ¿Qué nos dice el silencio en la poesía de Francisco Basallote?

- Desde mis primeros poemas he querido dejar un espacio al lector, que sea él el que termine el poema. Poco a poco ese hábito ha ido tramando silencios que no han sido sino llamadas a la sugerencia, a la  inmersión emotiva. Este silencio, además de modular la música  interior aportando los acordes precisos para su mejor sonido, es la vía hacia la culminación lectora del poema .

- Usted es arquitecto. Entre la construcción de un edificio y la edificación del conocimiento a través del poema, ¿qué semejanzas y diferencias hay?

- Todo lo que sea elevar un corpus material o conceptual tiene las semejanzas con la constante creación del mundo. El hombre construye –en muchas, demasiadas, ocasiones destruye-  en un juego inmaduro de emulación a los dioses, en el que a veces consigue hitos importantes, que permanecen en el espejo de su propia soberbia. Desde esos postulados, no hay diferencia entre ambas construcciones. Ni tampoco por lo que suponen una especie de usurpación  de pequeñas parcelas a los dioses.

- ¿Pesa mucho la técnica en su poesía?

- Todo lo que sea una carga sobra en poesía, que para mi ha de ser clara y sencilla, permitir que el agua corra cristalina entre sus versos, por lo que toda represa o contención es perjudicial para la fluidez de su  mensaje. No quiero con ello desdeñar la métrica, entre otras técnicas, pues es para mí fundamental, la ajustada combinación de versos imparisílabos me concede la música necesaria para acompañar  con su medida la emoción del poema.


- Indagación del alba, un libro que Octavio Paz habría definido como difícil, nos llega de la mano de un importante premio, lo que, en tiempos de penuria literaria, no deja de resultar sorprendente y, a la vez, esperanzador, ¿qué deslumbró al jurado,  en su opinión?

- Creo que fundamentalmente su diferencia, su esencia completamente ajena a lo usual en los Premios de Poesía, ello unido a la libertad del Jurado, -ya  entiendes a qué libertad me refiero- y a la ausencia de intereses ajenos a la  libertad creadora de los patrocinadores , lo que de alguna manera nos ha de alegrar en este mundo de composiciones  de intereses permitió que este libro adquiriese ese premio.  Sin vanagloria he de decirte que muchos de mis libros han sido premiados por su matiz diferenciador.

- Después de su poética indagación, ¿qué ha encontrado en el alba?

- Te contestaría con palabras de José Emilio Pacheco: Lo único que de verdad es nuestro es el día que comienza, en ese instante está la verdad generatriz , lo sugerente , lo nuevo, los matices de la luz, la claridad precisa y sobre todo la determinación del camino, la apertura  de la senda, la incitación a la continuación interminable de la búsqueda…

- ¿Prosa poética o poema en prosa?

- Son dos cosas completamente distintas:   En la prosa poética el poeta sin perder su condición  se vierte en el suceso, hay un núcleo ocurrencial, unas vivencias derramadas, una emoción expansiva, un texto, una correlación de experiencias. Mientras,  el poema en prosa  es poesía sometida a una forma, la forma de la libertad, no del verso libre sino del verso- verso, para convertirlo en verso –párrafo. Yo prefiero el poema en prosa.

- En la misma espiral de densidad expresiva, nos llega Gotas de lluvia, un precioso cuaderno que, por su apego a la naturaleza y a lo instantáneo, diríase tributario de haiku, un género en el que Basallote es maestro indiscutible…

- No solo es tributario del haiku, a quien debe su nombre  sino que es un homenaje al haiku, esa pequeña estrofa japonesa a la que he dedicado mucho tiempo y que  ha dado tantas cosas a mi poesía: medida, intuición, extroversión, presencia de la naturaleza y sugerencia entre otras, no siendo la última el aprendizaje de una cierta disciplina interior, propia de un “aprendiz de haijin” como en realidad me considero.

- ¿Cuál es el futuro de su poesía?

- Ignoro a donde voy, intento como ese monje budista y desde la única propiedad del alba, seguir el camino  que entonces se me abre y construir en esa sucesión de instantes que es la vida  lo mejor posible lo que me sea dado escribir,  hasta el horizonte inalcanzable de la perfección.

- Y, volviendo a lo general, ¿hay un futuro para la poesía?
- Creo que si, el mundo esta necesitado de parámetros morales y la poesía constituye uno de los elementos paradigmáticos en la construcción de un necesario mundo nuevo, ahí en ese lúgubre futuro es determinantemente necesaria la poesía, para poner delante del pueblo horizontes luminosos, versos como lábaros de una masa esperanzada que camina al futuro sobre la putrefacción de este presente. 

- ¿Son compatibles ética y estética?

- Sí, completamente compatibles. Lo corrupto es antiéstetico ab initio, nada hay menos estético que esa cultura de la corrupción que el sistema ha establecido en nuestro mundo, ya que desde su origen rompe con los principios apolíneos de lo ético. Pero en un mundo donde la ética prime, la estética brillará por naturaleza, dado que el simple funcionamiento de la sociedad desde coordenadas de orden ético permitirá el predominio de la estética. Hoy me siento esperanzado, pese a la invasión asoladora de los signos de la destrucción... Quizás es que lo que necesita este mundo es su demolición para que sobre sus ruinas crezca un orden nuevo.



© Una entrevista de Domingo F. Faílde para El Callejón del Gato. Jerez de la Frontera, 30 de julio de 2012

Tanto las imágenes como los textos pueden ser reproducidos sin fines comerciales, indicando la autoría y procedencia de los mismos.



2 comentarios:

  1. Felicidades Francisco, por tener ese alma de agua que nos muestra un mar de palabras cuya inmensidad llena tantos vacios mundanos.
    Me ha encantado mojarme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, gracias dobles: por visitar este lugar recogido y que intenta ser apacible en estos tiempos de desolación , y en segundo lugar por esas palabras que traen un viento agradable, la brisa de las palabras...

      Eliminar