RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
Orillas del silencio de Rafael Cantizano
AUTÉNTICA ELEMENTALIDAD DEL MUNDO
Sobre "Orillas del silencio"
de Rafael Cantizano
Editorial Almuzara
Si en todo poeta su vivir primero, las
luces únicas de sus paraísos perdidos son determinantes para su obra poética,
no cabe duda que la de Rafael Cantizano García (San José del Valle, Cádiz,
1947), está determinada por sus vivencias en contacto con la naturaleza en un
ambiente rural en el que la soledad del campo, el sentir en su pureza
primordial los cuatro elementos: la tierra, el agua, el viento y el fuego,
fueron parámetros esenciales para su poesía que aparece en este libro con un
sabor a mar que en su calma muestra un cierto cansancio, en su música hay un
ritmo desvaído como si el compás de los sentimientos se ralentizara por
factores ajenos a su propia contemplación, y en los que influye sin duda sus
propias convicciones de libertad y su desencanto de una sociedad regida por lo
superfluo.
Todo ello en un lenguaje claro, limpio,
a veces honradamente crudo y a la vez con un tacto cuidadoso con la
elementalidad del mundo en el que entre olas y retama se manifiesta fecundamente
lírico, con no negadas reminiscencias juanramonianas y acertadas metáforas e
imágenes espléndidas y contundentes.
Tiene el libro tres partes perfectamente
definidas: Voz de arena, Agua y sal y Orilla del silencio que nomina
al libro. En Voz de arena, se manifiesta con claridad el desencanto y
hay en ella, un cierto escepticismo implementado con sesgos de desesperanza, no
en vano el poeta coloca en su frontis el poema Desesperanza , “ Es
desesperanza/ una isla quieta.”, y una cierta consciencia de lo fútil
cuando dice, “ Todos los días, la muerte/ me compra en el mercadillo.”
y de la banalidad de la sociedad actual, a la que critica “Aguijoneado por
créditos/ me vendo por horas,/ creo en Europa,/ calculo en euros/ y duermo
muerto,/ pues los sueños/ con tanta felicidad,/cotizan en bolsa/ y se compran a
pago aplazado”, lo que no impide para que haya hermosos versos de rico
lirismo, como “La mar, cansada de estar desnuda,/ a veces/ busca rincones
donde abrazar la tierra…/ “o ·” En la tarde de otoño,/ lejos del olor a
membrillos,/ el cielo rojo de granadas,/ embriagado por la paz del cantil…”.
La mar como último recurso “ Hasta la mar llego/ cansado de
estupidez…” y seguridad ante el mundo: “Perdidos los sueños/ me
refugio en la mar…”
La segunda parte Agua y sal es
auténticamente juanramoniana: “ Arroyo, río, mar./ ¡El amor perdido!/ ¡Agua
y sal/ Una retama seca/ La rosa marchita…/” y en la que aparecen una serie
de poemas pequeños con la estructura de haiku, como “ Los correlimos/
dirigen los conciertos/ de las mareas./” y un hermoso Calendario,
en el que rítmicamente cada mes termina en el verso ¡Agua y sal! , “Florece
la rosa/ robando frío/ al sol de enero/¡Agua y sal!/…./ Marcea la rosa/ en la
verde hoja. Espinas rojas.¡Agua y sal!/…” Una poesía luminosa, sensual,
plástica, teñida del sintetismo oriental del haiku y delicadamente sugerente…
En la tercera parte, Orilla del
Silencio, como si el libro fuese una creciente melodía que partiera de
oscuros sones de viento hasta llegar a los sutiles acordes de la cuerda, el
lirismo se expande como un cántico final a un mundo que “Deshaciéndose en
rosa/ se acerca la nube al sol/ para no perderlo.” , o “En la tarde/
lágrimas de agua./…/Manantial salado frente al mar/ que se hace arena / para
embellecerlas/…”, espacio donde el amor se presenta sensitivo, “
Suspiras/ cuando deshojas tu cuerpo/ con lentitud.” y definitivo, “Sin
tu mirada/ el tiempo…/ Una eternidad.”
Un poemario, hermoso, pleno, actual,
volcado al mundo y a la naturaleza con una emocionante claridad de poeta de luz
trascendido.
© F.Basallote
Publcado
en Papel-Literario 30/03/2009
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