RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
HYPNOS EN LA VENTANA
de María Sanz
INTERLOCUTORA DE SOLEDADES
Sobre "HYPNOS EN LA VENTANA" de María Sanz. XXVII Premio "Ciudad de Badajoz"
Edita ALGAIDA. 2009
Dice
Biruté Ciplijauskaité, estudiosa de la poesía de María Sanz que ésta “…encaja
mejor en el modernismo que en la postmodernidad.” Nosotros no nos
atrevemos a tanto salvo que sus componentes de intimidad y soledad determinan
una obra intensa, definida, consolidada y en evolución hacia cotas más altas,
eso sí, bajo los parámetros inmanentes de una personalidad “sostenida
en su propia voz como interlocutora única de sus soledades.”, en palabras
de J. Antonio Ramírez Lozano, otro gran conocedor de la obra de María Sanz. La
poética de María Sanz, (Sevilla, 1956) es una trayectoria de soledad e
introspección que ha ido evolucionando concéntricamente desde un mundo íntimo y
cercano a un universo amplio y difuso en un vuelo racheado, táctil casi, con
los espacios que le rodean y con los que crea una atmósfera de aislamiento
premeditado, preciso para poder interpretar los signos y el misterio de las
cosas; pero con una interrelación, casi compenetración , con los fenómenos que
le rodean que le permite ser espejo de sus propias soledades.
Hypnos
en la ventana, comienza con la
siguiente cita de Joan Margarit:” Cuando el tiempo se acaba, soñar es
desolado” y en ella plantea María Sanz su verdad existencial. El hijo de
la noche no descansa, se asoma a la ventana, para descender a los paisajes más
oscuros, a los espacios descarnados del dolor y el amor, a indescriptible trama
de soledades que urde la noche, a la más pura desolación. Y lo hace con unos
versos en los que la medida es síntoma del ánimo, con una música suspendida en
las bóvedas de cristal de las palabras, que hablan delicadamente de los
senderos ocultos del alma, de los temporales de sus mares de una manera
contenida, como de quien sabe donde está el cantil que inicia el precipicio…
.
“…Ha abierto la ventana del tiempo que precede/ a la errática luz de la
naturaleza,/ un ensalmo distinto a lo que ve su anhelo/ de buscar esa
sombra donde estuvo la vida/…/”,dice en su primer poema , que
concluye: “Hypnos está cerrando la ventana invisible/ en cuya transparencia
no caben realidades./Ahora me pregunto, después de este vacío,/ cómo sobrevivir
a tanto sueño inútil.” ¿Escepticismo? Hasta cierto punto si, ya que para
la poeta todo es un espejismo , una falacia : “ Nunca será verdad esta
alegría/ este rondel de pájaros al alba,…” , o “ Nunca habría soñado/
que la verdad podía/ diluirse en el tiempo…” para llegar a
lamentarse : “ Qué lástima de noche solitaria,/ de lienzos apagados sobre
el cuerpo…” “…/…/ Quise coger estrellas/ del pozo de su cuerpo/ pero no me fue
dado/ caer en él…”
Pero
hay un espacio para la serenidad y la meditación, que por breve no deja de ser
una isla en la desolación, “Hoy es sólo un paréntesis/ entre la oscuridad y
el desvarío,/…”, aunque venga cargada de designios y trazos de oscuridad :
“…Qué difícil/ habitar el amor y darse cuenta/ de que todo es producto del
vacío.”, “ No quise ver el alba, no podía/ permitir un exilio/ hacia la
claridad…”. En la defraudación del sueño, en la impostura de sus señuelos
se abre un hermoso lenguaje: “Cuánta belleza, cuántos frutos, cuántos /
reflejos de la noche/ atraviesan mi muerte/ sin la policromía que supone/ darse
a la luz por afán de la nostalgia…” en el que la poeta expresa su
desolación: “Ha caído la noche y no encuentra refugio/ más que en esta
orfandad que le brindan mis ojos/…”
Y en
este juego especular entre poeta y noche, el sueño se manifiesta como una
dolorosa herida, tan profunda como la noche de quien viene.
© F.Basallote
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