Sensualizar “Sólo tiempo”
… y es que a veces, las más, no siempre se
encuentra uno con el libro objeto sensual, libro en sí mismo, sin más y sin
menos, libro que lo es por su originalidad…
Nos ha venido Luis Alberto
de Cuenca, en la antesala de la Feria del Libro de Málaga, a disertar sobre el
vicio de leer. Y ya en pleno mercado de papeles escritos, coincidiendo con el
de Madrid, los malagueños y malagueñas pueden pasear por el Parque con
mascarillas antipolen y abanicos al canto a la búsqueda del objeto deseado.
Y es que a veces, las más, no siempre se
encuentra uno con el libro objeto sensual, libro en sí mismo, sin más y sin
menos, libro que lo es por su originalidad.
Ustedes, amigos paseantes no van a
encontrarse con el libro que yo he saboreado y sensualizado hoy mismo. Verlo,
acariciarlo, oír su aleteo, percibir su aroma y saber del buen gusto del autor.
Los cinco sentidos en plenitud de acción.
Me refiero a Sólo tiempo
del escritor Francisco Basallote. En su carpeta,
doce bellas acuarelas van dando paso al tiempo, al transcurrir de enero,
febrero, marzo… y diciembre, y cubriendo cada milagro del acontecer doce haikus
descriptivos nos permiten concebir la visión del autor. Colores musicales y
música de palabras realizan la cosmovisión del tiempo.
“Tan sólo el cielo/ en los árboles secos,/
tarde de enero”, abre el libro carpeta que queda cerrada con este fresco
de versos “Hasta la nieve/ tan sólo algunos pinos/ osan llegar.”
Basallote, perfecto conocedor de la técnica del haikus, elabora su flash
poético al tiempo que lo inmortaliza en la acuarela, y es en ese ensamblaje
puro donde se produce el milagro de la sencilla hermosura. Nada sobra y nada
falta. Se manifiesta lo preciso, o sea, la esencia, y desaparece, no solamente
lo accesorio, sino también lo importante.
La realidad, lo sabemos todos, es
cambiante; por ello la pintura retiene el instante y cuando la imagen se
acompaña de la precisión de la palabra, de las diecisiete sílabas que van a
nombrar al mundo que ha visionado el artista, la conjunción de imagen y verbo
consigue que brote la manifestación sagrada, lo que ya es innombrable e
imborrable.
He tenido la suerte, antes de pasear
por la Feria
del Libro de Málaga de encontrarme con “Sólo tiempo” de Francisco
Basallote y estaría por asegurar que me va a costar trabajo encontrarme con
algo parecido a “Bajo los árboles/ sólo el ruido del agua,/ la luz de
abril.”
Y
es que los milagros no proliferan como los hongos de la disimulada “poesía de
la experiencia”
29/05/2010 Papel-Literario
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