AD LIMINA
Inasible, el poder,
en su excelso interior,
erguido,se ensimisma
en su alta clausura.
La cerca que protege
divide lo absoluto:
el imperio reglado
y lo abierto infinito.
Aquí se abre la senda
que conduce al enigma.
La gloria no es más
que una cuestión de límites.
© F.Basallote. MANUSCRITO DE
CARTUJA.1996
PUERTA DE LAS CADENAS
Encadenados a la ojiva,
nuestros ojos,
aceptan el designio.
Refulgen las estrellas de Mena
en el azul,
y sobre la clave,
la heráldica de Bruno.
Claro es el mensaje:
tras este umbral, las cadenas
son del olvido
y de la norma.
Aquí, aún podemos,
salvo la mirada,
liberarnos.
© F.Basallote. MANUSCRITO DE
CARTUJA.1996
IGLESIA
Tan despojada de sí
como un olvido;
mas sutil y enhiesta
en su magnitud de cielo
que limitan el clavo
de Perafán y el bocel
que un viento elevara
en su concavidad
sin sombras. Como una nube,
con tan definida aura
en su inmediatez de luz,
ignora toda ausencia,
ensimismada como está
en su blancura.
© F.Basallote. MANUSCRITO DE CARTUJA.1996
1 DE AGOSTO
El Norte escribe
en la nostalgia
el frío de la ausencia,
como si el fuego
no hubiese existido.
El cielo destiñe su azul
en cúmulos y cirros
matizados de gris
que enmarcan un celaje
claramente invernal.
Enero triunfa.
© F.Basallote. DIARIO Y CÁBALAS DE
AGOSTO.1998
2 DE AGOSTO
Rola a poniente
el norte frío
y el Atlántico estalla
en nuestra piel.
En su giro, el viento libera
al azul de su dosel de nubes
y en su esplendor
el fuego astral
proclama su vigencia.
Mas en su volubilidad
de aire, un nuevo destino
se escribe en las veletas:
un levante de potros desbocados
asola, en triunfo de contradicción,
a la par, nuestro espíritu
y el de la rosa de los vientos.
Ratifica Febrero su locura.
© F.Basallote. DIARIO Y CÁBALAS DE
AGOSTO.1998
4 DE AGOSTO
“Vestirá Abril su azul;
-nos dice la sibila -
pero a cambio, este viento
perturbará su paz” .
Y no sabemos
si el vaticinio
es regalía
o veredicto,
al recordar
en cuanto Abril
la paz perdimos.
PATIO DE LA INFANCIA
En tu mar
de grises losas de
Tarifa,
navegué,
carabela de altas
rutas,
a las islas
del níspero y del
naranjo
bajo el cielo
de la vid y la
celinda.
Mas perdí el
derrotero
y a otros puertos
llegué.
La culpa es del
sextante.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
POZO
Me acerco a tu
cintura
de cal,
con el temblor
de quien todo lo
arriesga;
pero es vana osadía
el pretexto de ver
en tu espejo
invertido
las sonrisas que el
tiempo
de tu brocal
quitara.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
ESQUINA
Se para el tiempo
al doblar esa
esquina,
tras la que
encuentras
las mismas casas,
con sus patios
azules
de sombra y paz,
un cielo idéntico
al que tus soñadoras
nubes volaban
y los silencios
que han ido dejando
aquellos que
quisiste,
ya sólo espectros
que vuelven tras la
esquina.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
LA BARCA
Aunque este barquero
no cobre pasaje,
es la nostalgia
el precio voluntario
por acercarnos
a la otra orilla
de nuestro espejo.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
BAÑOS EN LA ZUA
La sangre en alas
nos impelía
en vértigos de
juventud;
la incógnita
frontera
justo a los pies
estaba.
Quién rehusaría el
descenso
a la primera sima.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
CHAPITEL DE LA TORRE
Tan azul, San Filmo,
en su chapitel
y tan firme,
perenne constancia
de la piedra
ante la voracidad
del tiempo
y del levante,
asoladores ambos
de la vida y el
sillar.
© F.Basallote. RETORNO A MELLARIA.1999
ASEDIO
Te cerqué con sigilo,
calladamente,
días
y noches
vigilante en las peñas
donde la luz
modula tus colinas.
Como guirnalda
que los cendales
de la bruma ciñeran,
te circundaron
en su arquitectura falaz,
ansiosamente, mis deseos.
Esbeltas torres
icé para el asedio
de la inespugnabilidad
ensimismada
del castillo de tu belleza.
Sobre riscos de luz
establecí
los alfiles de mis ensueños
para tenerte
constante en la memoria,
ciudad amada.
Viento fui
para abrazarte
y en el vibrar
de las palmeras
decirte el verso
único del aire.
Te cerqué con sigilo,
calladamente,
como sombra
que de si hace la luz
inseparable.
Y eres, como un lejano sueño,
inaccesible alcázar
ciudad que blanca emerge
como espuma de cal
de las verdes colinas de Bashir.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
UN CÍNGULO DE SEDA
Un cíngulo de seda
sobre la roca
es el vestigio de mis pasos
en tu cintura
estremecida
por mi nostalgia.
En tus senos de cal
el plenilunio
es el rompeolas de plata
que con su música metálica,
hace vibrar
las cuerdas del aire
en el olvido de las sombras
que es el éxtasis de amarte,
tan inasible y tan cercana,
mi ciudad nunca poseída.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
EMERGES DE LA NIEBLA
Emerges de la niebla
como Venus del mar,
resplandeciente
en tu aura de luz
que la cal amplifica.
Sobre las nubes,
tu solidez es ave
o céfiro liviano,
castillo que el aíre
en su pasión abraza
como un amante deslumbrado.
No existe el mundo,
sólo el milagro
que permite su olvido
y a nosotros gozar
de tu blancura transcendida.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
ANGOSTURA
Se abre la roca
solo para el prodigio
de verte arriba
resplandeciendo
en oro tu blancura
que desborda el cáliz
de tus colinas.
Como una pímula
para mirar
tu perspectiva,
garganta rota
solo para el prodigio
de verte arriba,
astral, nimbada
de la cabellera del fuego
que el sol te cede.
Se abre la roca
como se abre el misterio
de verte diosa
alzada en el fuste de mármol
de tu hermosura.
Cuántas veces habré
de recordar esta Angostura
como el primer descubrimiento
en la distancia
de la inaccesibilidad
de la belleza.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
Aprendí a verte desde lejos,
desde la distancia la perspectiva
se enriquece con el deseo,
así soñarte siempre ha sido fácil,
como un manantial de nostalgias
que fluye dentro
e inunda lentamente
el sequío del corazón,
tanto tiempo en barbecho.
Aprendí a amarte desde lejos,
estableciendo en torno a ti
una topografía del cariño
que en la distancia
reconstruía,
la blancura de tu certeza
que el tiempo no ha borrado.
Desde lejos te miro
para tenerte cerca.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
AMADA Y ESQUIVA
Cercarte ha sido siempre
labor de mi impotencia,
jalonaron mis ojos
tu silueta como borda
su lascivia el deseo
del desamado
en las sedas turgentes
de su tristeza.
Besar el terciopelo
que engalana tu sombra
como reliquia
de mi propio martirio,
¡ Oh noche tan oscura!,
en el envés de tu distancia.
Cercar tu corazón
murado de altivez
fue la tarea
de mis ejércitos
de sueños y poemas
en el empeño estéril
de orlar de tornasoles
la cal de tus almenas.
Beber las perlas
del rocío que adornan
tu manto de esmeralda
fue en la aurora
menester de ángeles
que a mis labios negaron
los tiempos de ignominia.
Cercarte ha sido siempre
prueba de mi impotencia
por eso ahora, cuando solo
soy memoria
te cerco en el recuerdo,
mi ciudad tan amada
y tan esquiva.
© F.Basallote. EN LAS COLINAS DE
BASHIR. 2001
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