HE BUSCADO EN UN
PATIO
que no existe y
entre sus sombras te invoco,
jardinera de mi
primer edén:
Dónde tus
arriates,
dónde el alto y
viejo naranjo
encarcelado
entre la parra
y la celinda,
dónde el jazmín,
Dios mío,
dónde su olor,
dónde
el rosal
y el cerco de
adpidistras,
la buganvilla
roja
y las petunias,
dónde la cala,
pura y altiva.
Dónde tus
arriates,
jardinera del
primer edén,
dónde tus manos
y tus dulces
palabras
que, en este patio que no existe, invoco
para paliar el dolor
de recordarte.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA.2003
CAER LA TARDE, VERLA
deshacerse en el
fuego
del ocaso, en
sus brasas
encendidas de
púrpura,
en el cantil de
Buenavista.
El cubo del
convento
soporta solo la
ceniza de la historia
en arrullos de
pájaros
y vuelos de
cernícalos
mientras entre
sus arcos
se diluye su luz como aguado
carmín en vaticinio de su muerte.
Caer la tarde, verla
deshacerse en el
mismo fuego
y recordar los
mismos pájaros
como se recuerda
el camino
de la noche que
tu ceniza abrió,
oh, fuego de
tantos ocasos
de olvido que de
pronto encuentro
al ver como cae
la tarde
desde el mismo
balcón.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA.2003
CUÁNTAS VECES ATRAVESÉ
por esa puerta negra
hasta el fondo de los presagios
que el amor en sus cábalas
en mis signos leía:
montes, caballos, ríos,
sendas onduladas, nubes, estrellas...
un mapa de tiza incitante
y premonitorio,
que
el tiempo
y el destino, certeros, cumplirían.
Ahora, que todo culmina,
de nuevo la atravieso
y en vano intento deshacer
los círculos de tiza
del misterio, que sólo el recuerdo
de aquellos corazones,
en su amor la clave proclama.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA
OLER LA MANZANILLA
en la humedad del suelo
ascendiéndote hasta la raíz
de tus sentidos, feliz niño,
tan cerca de la tierra
que, maternal, te abraza, ignorante
que los días y tus pasos te alejarán
de su seno; mas no de su memoria,
que hoy revive.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA
ASCIENDES POR LA SENDA
del agua, galería
de los cañaverales
y de las zarzas,
desde el salto al algibe
que hicieron los moros
para regar las huertas
que el duque les robó.
El corinto de zarzamora
reta al carmín de la sangre
que no lava la pureza del agua
ensimismada en su correr.
Asciendes por la senda
del agua entre las sombras
del tiempo,
dónde están aquellos que hicieron este
vergel,
dónde el molino y el molinero,
dónde la luz que incida
clara en estos días grises de olvido
que en ruina convierten
esplendores del agua.
Dónde, decidme, dónde.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA
POR ESTE ARCO SALÍAS
a tu futuro;
en otra parte te esperaban
las mismas ilusiones
y
la ambición más pura.
En el tacto de sus sillares
la huella del temblor,
el mismo con el que hoy,
vencido,
vuelves.
©F.Basallote.
CUADERNO DE BUENAVISTA
DESDE aquí la luz
era una herida
en la tersura de La Janda
y cálamo en la sombra
de las altas cimeras
en la que escribía los signos
de la memoria
del primer paraíso.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
HAY NOMBRES escritos
en las filacterias azules
del cielo que te encuadra:
Guzmanes, Leones, Mendozas...
y otros, grabados en la piedra
angular en que se cimenta
el edificio de tu historia:
héroes anónimos de silencio
cuya sangre es el río
profundo que te nutre
de fuerzas y ansiedades,
de esperanzas y frustraciones...
la vida simplemente
hecha de trigo y pegujal
en la costumbre cotidiana
de sentir tu luz.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
LOS MIL ojos de la ciudad
en las murallas
y en todas las alturas
como un ojo único
clavado en Espartel.
En siete horas de fuego
murió un imperio.
Desde este foro
asistimos a su entierro.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
Suben la cuesta
como siempre lo
hicieron
los vencedores:
en nubes de
soberbia
entre lanzas
altivas,
revestidos de
plata
y de guadamecí
en los
encendidos corceles
de la ambición.
Suben la cuesta
como siempre lo
hicieron
los vencedores;
mas la bajarán
como siempre
lo hicieron los
vencidos.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
Empobrece la
lluvia
aún más a los pobres.
Refugiados en el
zaguán
esperan la
limosna
oficial: un pan
o dos reales.
No es siquiera
misericordia
sino miedo a
perder.
Nada importa el
hambre ancestral
ni que el pueblo
siga esperando
en este zaguán
de la historia,
compás de la Plazuela.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
Vi una tempestad
de espadas y de
orgullo,
los edecanes en
su negro cielo
ofician la
liturgia
del nuevo
imperio.
No llegaría aún
el pan
sólo cartillas
de racionamiento;
mas eran de oro
sus alamares.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
Desde tu corazón
de piedra
mancillada
el tiempo es la
medida
del olvido, el
río silente
que ignora cada
instante
de gloria o de
ignominia
que le preceden,
por eso tus
muros escriben
en el viento con
palabras de cal
su volátil
memoria.
©F.Basallote. PALIMPSESTO DE
PLAZUELA.2004
VIMOS BAJO EL ARCO DE FIGUEROA
a los poderosos del mundo
y cómo, erguidos en su vanidad,
ufanos se jactaban
sin querer saber que las dovelas
permanecen y de éllos
sólo el eco vacío de sus sombras.
EN SU DORADO ALTORRELIEVE
se extasian lo cartujos
ante el boato que no cubre el
brocado
que cuelgan a sus pies:
Desde la vigilia de los
arneses
a la copia de la Cosmografía
de Ptolomeo que cedió El
Escorial
pasando por la historia de
Dido y Eneas
en los tapices de Brabante.
Todo estaba medido,
incluso el eco;
mas de ello sólo queda
junto a la túnica escarlata
de la Virgen
la estática perplejidad
de los cartujos.
LAS VI DESDE EL ALGIBE
de la logia, cercar
la cruz y encender los muros
como un vuelo de llamas
que ahora ratifican
en la danza que el viento
de poniente a sus peciolos provoca.
Diría una pared alada
cuando sabemos
que el vuelo es privilegio
de este sitio, a pesar del tiempo
y de los hombres.
OLVIDAMOS EL TIEMPO
en la blancura
de las plementerías
y en sus cánticos preteridos
las blancas sombras
rezan sus preces .
Nunca Broto estuvo tan alto.
SUBO LA ESCALA
de las bignonias
hasta el azul
que se derrama
en mis ojos como un mar
de claridades.
Entre las pérgolas
los huecos de la luz
y el peso de los días
que no alivia el olvido.
AÚN LOS MÁRMOLES
sumergidos evocan
una ficción del mundo,
el envés del espejo.
En su cristal
los mármoles lustrados
de sus mancillas,
la pureza que el tiempo
tan sólo nos devuelve
en imágenes refractadas.
CLAUDE MONET
Nenúfares
Sobre el estanque de Giverny
la alquimia de la luz
crea el cielo y sus nubes
invertidas en el espejo,
ebrio de azul.
Todo fluye hacia el tiempo
En su lentitud de hito
como un corazón de nenúfar
en rojo desangrado.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
PAUL CEZANNE
El Golfo de Marsella desde L´Estaque
Quién dijo que el azul
no era el espíritu del mar
y del aire y de esa lejana
presencia de la tierra
tan erguida como olas
que, azules, en el azul palpitan
como anhelante cuerpo.
Frontera es la orilla
de su propio misterio.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
PAUL SERUSIER
El Talismán
La luz requiere del espejo
para reconocerse
y las sombras
precisan sus destellos
para reafirmar lo oscuro.
No existe la verdad
sin el espejo de su magia.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
HENRI MATISSE
Desnudo azul
¡Oh! cuerpo dócil,
ensimismada estela
detenida, diosa sedente,
tu calma silenciosa
no es indolencia,
es el instante que precede
al renacimento del mito:
mujer signada.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
GIORGIO MORANDI
Vaso de rosas
No hay horizonte
como no hay futuro,
sólo lo próximo
como esas rosas quietas
que no esperan perfumes
sólo la intangible presencia
del aire, en que diluyen
su
pose de vestigios
para este instante.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
PABLO PICASSO
Dos desnudos
Se equivocó el espejo
y atravesaste el umbral de las mentiras,
tú eres verdad, tan carne
como ésta, tierra para el goce
de la luz, cereza oferente
para dioses furtivos,
ajena siempre a las falacias
en tu mundo de sangre enardecida.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
PIET MONDRIAN
Broadway- Boogie-Woogie
Sobre las cosas
el ritmo, sobre el caos
el espacio contenido,
la armonía del hombre vertical,
el tiempo de un blue hallado
en las luces del jazz.
Broadway es un lamento
horizontal de melodías.
© F.BASALLOTE. LUJO DE LA PINTURA. 2004
DE NUEVO LOS ACANTOS
De nuevo,
el húmedo esplendor
de los acantos.
Quizás su umbría
no sea sino
el lecho
donde la noche
reivindica
el ritmo de su muerte.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
PIEDAD O CINISMO DEL ESPEJO
Tal vez
tu espejo
podría, al reflejar
en él tu imagen,
recordar tu historia
y, con piedad
o con cinismo,
devolverte tan bellos
días perdidos,
por si acaso
la evocación
pudiera enmendar
el yerro de su pérdida.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
OLA DEL OLVIDO
En la playa escribe
con su huella
el instante
efímero de su paso
que eliminará una ola,
así este tiempo
de fugaces estrellas
que la ola del olvido
de tu memoria borra.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
NO IGNORA EL FUEGO
No ignora el fuego
los antiguos caminos,
en su memoria
el rojo brillo de las lenguas
del tiempo devorado,
del tiempo ardiente
en la cima del éxtasis
de las palabras
que sí mueren en el olvido,
mientras que él
se exalta en el recuerdo
de las viejas cenizas.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
QUEBRADO EL PEDESTAL
Quebrado el pedestal
y corroído el mármol
envenenado de verdín
por los brazos de la hiedra,
yaces en la húmeda
sombra de los acantos,
sombra asimismo
de una gloria fugaz
que se diluye
en
el olvido
como estas piedras
que el tiempo demolió
y sólo la nostalgia
reivindica.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
ESCANCIAS LA CRÁTERA
Lento,
escancias la crátera
como quien sabe
que con sus heces
agota el tiempo
concedido,
su
mínima
presencia,
cuya brevedad
no exime del placer
intenso de vivirlo.
©F.Basallote. TIEMPO DESHABITADO,
TAL COMO UN RITMO
de crótalos
en el baile de las ménades,
como si una corte de sátiros,
bacantes y tíades
con las ánforas repletas
del néctar de los pámpanos,
como un sileno
que exorcizara la tristeza;
disfruta intensamente
el alegre retorno de Dionisos
que colma espléndido tu crátera,
y, vive como un dios
tan efímeros instantes de gloria.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
NO OCULTAS LA
SONRISA,
en cortés pragmatismo,
al contrario, alta
la manifiestas,
como la luna de Pessoa
que en todos los estanques
brilla;
mas sí la espada
en rebuscados tahalíes,
por si el disfraz
alguna vez inútil fuera
y el rictus de la muerte
tu oscuridad descubre.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
ASTA DE LA
BANDERA
de la niebla,
el
ciprés
en la noche
hinca
la empalizada de la luna
como único baluarte
en la contienda,
antes que la luz claudique
y la negrura de la muerte
su triunfo proclame.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
MEDIDA DE LA
TARDE
es su tristeza,
como del tiempo
es la memoria.
Cuántos ocasos
incendiarán
tu cielo de nostalgias
sin que el dolor
te queme en el olvido.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
BAJO LA
BÓVEDA
de los magnolios
vive el recuerdo,
bajo sus hojas
el perfume del tiempo
de su muerte revive;
más no te extasies
en la nostalgia.
Sólo es sombra.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
HIENDES EN LA
ESPESURA
de tu niebla
la fina espada
de bauprés
del cansado navío
en que navegas,
como el que emprende
la aventura del gozo
íntimo de encontrarse.
Ciñes la proa
a ese único viento
que añora tu velamen
y una antigua música
de jarcias y aparejos
resplandece en tu sombra.
Cada día comprobarás
cómo los mapas
reflejos son de tu ilusión
y cómo yerra el astrolabio,
se encargará de ello el destino;
pero navega,
ten la osadía de buscarte.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
QUÉ DIFÍCIL ES NAVEGAR
a barlovento del destino,
inerme aproa el huracán
el mascarón del alma
y un repliegue de jarcias
en el puño del corazón
recoge velas.
Llega la hora de arriar
ensueños
si quieres navegar
contra ese viento.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
SI YERRA EL ASTROLABIO
solo me quedará
la estrella que en lo oscuro,
alta y constante
mi rumbo fije.
Sólo tú, noche
me salvarás
si yerra el astrolabio.
©F.Basallote. DERROTERO DE LA QUIMERA.2007
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