viernes, 11 de enero de 2013

OPINIONES SOBRE MI POESÍA-IX




AMIGO DEL PAÍS- AMIGO

por  JUAN FERNÁNDEZ LACOMBA

 

 

 




Esta Libreta del Caminante que nos entrega ahora Paco Basallote, poeta de Vejer, ciudad clara abierta a los vientos y a la luz casi en nuestro extremo sur, es resultado de un extenso itinerario andaluz. Un acercamiento a una geografía, lejana a veces, otras afectiva, recorrida en un itinerario lento e introspectivo, resultado a su vez, de una interiorización de la memoria con la clarividencia certera de las cualidades de los lugares. Es el resultado de una evocación poética que emana,  a la vez que revela, de un talante y una condición, la condición de ser un “Amigo del País”.

Esa circunstancia de ciudadano cabal, fue favorecida de manera especial durante el fervor de la Ilustración, y en verdad, de aquel fervor es consecuencia la condición ilustrada y poética de nuestro autor. Ese es parte de su talante humanista y de su condición de hombre de cultura. Lo digo como una aseveración y un descubrimiento: esa es la estirpe de la bondad de su bagaje.

Paco es poeta de las emociones, de los sentidos hilvanados con la memoria. La memoria personal y la colectiva. No de otra manera podría tratarse de un “Poeta-Amigo del País”. Ciertamente, como “Amigo del País” se denominaban a los conspicuos miembros de aquellas “Sociedades Económicas”, corporaciones que durante el despegue del siglo XVIII favorecieron el desarrollo ilustrado local. Sociedad Económica de Amigos del País a las que Paco Basallote como testimonio de esa ascendencia, aún pertenece en su Vejer natal. Es, precisamente a esa estirpe ilustrada y cabal, a la que obedece Paco Basallote en su situación de poeta, también del interior gaditano. Hombre de la tierra adentro, del País-todo e ineludiblemente también de su memoria. Un poeta que, sin embargo, no desprecia lo insignificante como parte de un todo. Carpe diem de los sentidos y los placeres que evoca su propia retentiva.  

Quizás esa procedencia gaditana ha ido creciendo en la mirada del poeta, y sin un mar para partir a remotos lugares inéditos, el poeta, aquí, se ha hecho caminante, visitador introspectivo de lo cercano, - con frecuencia lo cercano resulta ser lo más lejano, lo más difícil de encontrar en las tareas cotidianas - ; un viajero-poeta que, en definitiva, se sirve del viaje, de la memoria, del pasado encontrado en los pliegues de la realidad, el la luz, en loas atmósferas, como si de un inspector de los pliegues de la poesía se tratara. Un viajero - fecunda reincidencia - del paisaje y de la evocación, de sus vértigos e imantaciones en el complejo entramado de nociones, de episodios luminosos y oscuros del pasado de los lugares encontrados.

Así, con templanza de años, Paco Basallote se halla como poeta. Transparente, en tonos elegiacos y epigramáticos: como un caminante seducido por escenarios, referentes, por lugares. Por aquellas conclusiones de la desnudez heroica que llamamos historia.

 De manera que, estos poemas bondadosos de esta Libreta del Caminante, que es, como decir, cartas de navegación de la interiorización del paisaje andaluz, de su sensible inteligencia, como pueden comprobar, todos tienen fecha, lugar, dedicatoria, intensidad, extrañamiento, tiempo, fascinación, y afecto.

tenacidad no falta;
 mas si cordura                                               

 Juan Fernández Lacomba.
                                                                                         Sevilla, abril 2007.

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