MANUSCRITO DE CARTUJA
por MANUEL JURADO
No siempre tiene uno la suerte de
ver crecer un libro de poemas. Este es el caso de “Manuscrito de Cartuja” de
Francisco Basallote. Cuando apenas era un manojo de versos, me lo dio a leer.
Luego con una primera hechura organizada y densa, pude revisarlo de nuevo. Él
siempre ha confiado en mí, en mi juicio crítico, atención que yo siempre
agradezco por lo que significa de fraternidad y nunca de magisterio. Ya una vez
finalizado lo revisamos de nuevo. Bien poco había que corregir. A partir de
ahí, el libro debía correr su suerte.
Francisco Basallote es
esencialmente un poeta del silencio, de recogimiento y la verdad. Alejado de
modas y disputas tribales tan frecuentes y tan recientes, su tarea es de una
profundización en la expresión y en el concepto. Es el suyo un modo mesurado,
lento, trabajado y riguroso de escribir. La actitud contemplativa a veces, no
significa en él pasividad o desidia, sino asimilación de la percepción y lo
percibido. Su trabajo poético es una labor de orfebrería clásica, eludiendo el
barroquismo fácil, envolvente y llamativo. Hay una gran desnudez de pensamiento
y forma. Un descamamiento de lo superfluo para dejar bien patente la esencia de
la idea y la palabra.
En MANUSCRITO DE CARTUJA aparece
Francisco Basallote como un habitante discreto en el recinto cartujano de Santa
María de las Cuevas, un hábil indagador de sus secretos fantasmagóricos. Su
discurrir pausado y silencioso por los espacios –abiertos o cerrados del
monasterio, por sus pasadizos secretos, sus esquinas sorpresivas, sus
habitáculos y enterramientos le permite obtener una doble visión de la vida y
la muerte, del poder, la vana gloria y la humanidad derrotada. El mundo oculto,
intuido, adivinado o evocado, es el eje central de este ejercicio poético de
intrahistoria.
Esta travesía histórica sirve a
Francisco Basallote para reescribir una historia ya codificada pero ahora con
claves distintas y visiones más humanísticas y personales. Es una
interpretación de las claves –falsas claves a veces- del boato y la
ostentación, de la humildad y las devociones. El lector percibe esta
reinvención del mundo cartujano gracias a la complicidad del poeta.
En estos poemas que la colección
Orippo edita y da luz hoy, en esta tarde casi de verano afloran con toda la
dignidad y elegancia una reflexión sutil
de las fuerzas que impelen al hombre de todos los tiempos: la vida, la muerte,
el poder, el odio, la contingencia humana, el misterio, el placer lícito o
ilícito, la verdad o el amor y, en definitiva, el olvido. Y Dios, al fondo,
casi sin nombrarse, pero presente, omnipresente.
Francisco Basallote en estos
poemas no es un cronista discreto, sino un medium plural que manifiesta hacia
el exterior, con una pulida y ajustada línea poética todo el misterio de la
vida.
Dos Hermanas, 15 de junio de 1987
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