jueves, 31 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Francico Mena Cantero, "Escrito en tierra"




RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES


ESCRITO EN LA TIERRA de FRANCISCO MENA CANTERO












EL LATIDO DISTANTE DE LA TIERRA
A propósito de  ESCRITO EN LA TIERRA de FRANCISCO MENA CANTERO
Ediciones Vitrubio. Madrid


Si sobre la obra anterior de Francisco Mena Cantero ( Ciudad Real, 1934), “El pájaro y su vuelo”,  decíamos en estas páginas   que extremaba hasta el límite su voz para decirnos qué le mueve, qué clave oculta descifraba, en este ESCRITO EN TIERRA, incide el poeta en lo definitorio de su poética, en un escalón más de su propia andadura  por los elementos primarios del mundo en la búsqueda interrogativa del hombre y la fragilidad de su paso, y si en el citado libro el Aire estaba tan presente en la vehemencia del vuelo, del ascesis , de la pureza cristalina de su transparencia,  en éste el otro elemento fundamental sobre el que radica toda existencia, la constancia de la realidad , la Tierra, constituye la  trama esencial  de una poesía entretejida de vida y sencillez, de profundidad y de luz, de musicalidad y ritmo, de pureza formal y absoluta claridad.

Hay en este libro una preponderancia de la memoria, lo vivido de pronto exultante en la luz, en la misma luz donde el corazón surgió la fuente primera, el gozo y el dolor de la tierra tan del hombre como su carne, y en ese retorno a lo elemental como un Beatus ille que trasciende de la elegía hasta hacerse materia fluida sobre el páramo y sobre la flor. Tiene el libro dos partes, en las que el poeta de una forma intencionada modula y fracciona su nostalgia, como escalando el tiempo de su canto en dos escenarios unidos en la emoción pero graduados en la intensidad

En la Primera Parte, volcada al exterior, al espectáculo de la Naturaleza en la que “…El día y su insistencia/ alzarán un altar para liturgia/ de quien aún siente que el tiempo/  está llegándonos de pronto.”, “…para huir, cuando el alba al exilio dulcísimo del campo/ y borrar la ciudad de su memoria.”en clara manifestación de ese canto a la felicidad de lo simple, de ese retorno a la tierra que culmina en el poema Elogio del campo, en el que  con toda su claridad dice: “Aquí las cosas/ poseen nombre propio: / árbol el árbol, luz/ la enorme claridad como enceguece; / o montaña, el latido distante de la tierra; / y amor esto de del hombre/ de consumirse en otra vida./ Aquí la eternidad se agranda…” , en una intensa emoción y goce en   “ Esta vida del pájaro y la flor/ como si no acabara nunca/ la creación del mundo.”, en la que “ Las aves –totovías,/ alondras, estorninos,/ alcaudones, zorzales…/…tienden su canto azul sobre la siembra y el mundo es diferente…”/ .Un mundo luminoso en el que “El espacio/ parece que se incendia/ forjándose en la luz…” La segunda parte, es dentro del retorno a la tierra, la vuelta a las vivencias primeras: el pueblo, la casa, el paisaje , a los que regresa el poeta en medio de una honda meditación que a veces sobrepasa la presencia material y se hace profundidad en la misma memoria que a veces se hace lacerante: “ Diría / que soy  un barco a la deriva/ un espectro en las calles de este pueblo…”, con una dificultad para identificar emociones pasadas : “ Ando por esta casa y no me encuentro…” , como no encuentra el tiempo que se fue: “ Hoy el tiempo no está./ Se ha acurrucado en el reloj/ y se esconde en la esquina de la luz…/”, mas el poeta necesita “… asirse/ a la fugacidad del tiempo, / a las míseras cosas que se dicen/ cuando uno está sentado/ al borde del camino…” y de alguna manera reconocer que “ Recordar es un goce que restaña/ las crueles heridas de los días…” para terminar con un canto de esperanza: “Aún crecen sin embargo/ las flores y la siembra”

En este hermoso poemario resuelto con el estilo característico de Francisco Mena,  con su recurso a la elementalidad de las cosas,  con esa limpieza y claridad del cristal de su visión poética en la que lo elemental trasciende  desde su desnudez de pegujal hasta los frondosos dominios de la luz.





© F.Basallote
Publicado en Papel-Literario . 20/06/2009

 


miércoles, 30 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. María Sanz, "Hypnos en la ventana"




RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES



HYPNOS EN LA VENTANA de María Sanz











INTERLOCUTORA DE SOLEDADES

Sobre "HYPNOS EN LA VENTANA" de María Sanz. XXVII Premio "Ciudad de Badajoz"

Edita ALGAIDA. 2009

 

Dice Biruté Ciplijauskaité, estudiosa de la poesía de María Sanz que ésta “…encaja mejor en el modernismo que en la postmodernidad.” Nosotros no nos atrevemos a tanto salvo que sus componentes de intimidad y soledad determinan una obra intensa, definida, consolidada y en evolución hacia cotas más altas, eso sí, bajo los parámetros inmanentes de una personalidad  “sostenida en su propia voz como interlocutora única de sus soledades.”, en palabras de J. Antonio Ramírez Lozano, otro gran conocedor de la obra de María Sanz. La poética de María Sanz, (Sevilla, 1956) es una trayectoria de soledad e introspección que ha ido evolucionando concéntricamente desde un mundo íntimo y cercano a un universo amplio y difuso en un vuelo racheado, táctil casi, con los espacios que le rodean y con los que crea una atmósfera de aislamiento premeditado, preciso para poder interpretar los signos y el misterio de las cosas; pero con una interrelación, casi compenetración , con los fenómenos que le rodean que le permite ser espejo de sus propias soledades.

Hypnos en la ventana, comienza con la siguiente cita de Joan Margarit:” Cuando el tiempo se acaba, soñar es desolado” y en ella plantea María Sanz su verdad existencial. El hijo de la noche no descansa, se asoma a la ventana, para descender a los paisajes más oscuros, a los espacios descarnados del dolor y el amor, a indescriptible trama de soledades que urde la noche, a la más pura desolación. Y lo hace con unos versos en los que la medida es síntoma del ánimo, con una música suspendida en las bóvedas de cristal de las palabras, que hablan delicadamente de los senderos ocultos del alma, de los temporales de sus mares de una manera contenida, como de quien sabe donde está el cantil que inicia el precipicio…

. “…Ha abierto la ventana del tiempo que precede/ a la errática luz de la naturaleza,/ un ensalmo distinto a lo que ve su anhelo/ de buscar esa sombra  donde estuvo la vida/…/”,dice en su primer poema , que concluye: “Hypnos está cerrando la ventana invisible/ en cuya transparencia no caben realidades./Ahora me pregunto, después de este vacío,/ cómo sobrevivir a tanto sueño inútil.” ¿Escepticismo? Hasta cierto punto si, ya que para la poeta todo es un espejismo , una falacia : “ Nunca será verdad esta alegría/ este rondel de pájaros al alba,…” , o “ Nunca habría soñado/ que la verdad podía/ diluirse en el tiempo…”  para llegar a lamentarse : “ Qué lástima de noche solitaria,/ de lienzos apagados sobre el cuerpo…” “…/…/ Quise coger estrellas/ del pozo de su cuerpo/ pero no me fue dado/ caer en él…”

Pero hay un espacio para la serenidad y la meditación, que por breve no deja de ser una isla en la desolación, “Hoy es sólo un paréntesis/ entre la oscuridad y el desvarío,/…”, aunque venga cargada de designios y trazos de oscuridad : “…Qué difícil/ habitar el amor y darse cuenta/ de que todo es producto del vacío.”, “ No quise ver el alba, no podía/ permitir un exilio/ hacia la claridad…”. En la defraudación del sueño, en la impostura de sus señuelos se abre un hermoso lenguaje: “Cuánta belleza, cuántos frutos, cuántos / reflejos de la noche/ atraviesan mi muerte/ sin la policromía que supone/ darse a la luz por afán de la nostalgia…” en el que la poeta expresa su  desolación: “Ha caído la noche y no encuentra refugio/ más que en esta orfandad que le brindan mis ojos/…”

Y en este juego especular entre poeta y noche, el sueño se manifiesta como una dolorosa herida, tan profunda como la noche de quien viene.



© F.Basallote

Publicado en Papel-Literario 14/06/2009




domingo, 27 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Enrique Barrero, "Liturgia de la voz abandonada"




RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES

LITURGIA DE LA VOZ ABANDONADA de ENRIQUE BARRERO













ÍNTIMA LITURGIA
A propósito del libro "LITURGIA DE LA VOZ ABANDONADA" de ENRIQUE BARRERO.
Colección: Los Cuadernos de Sandua. Córdoba






La estrofa que inventara Giacomo da Lentini y que Petrarca revelara como la estructura formal más acorde para la expresión poética del amor, lo ha sido sin duda tanto para el amor profano como para el divino, teniendo en sus catorce endecasílabos el espacio idóneo para la manifestación de los más puros sentimientos del corazón. 


En ese espacio de lo profundo del alma, ese rincón íntimo donde el yo se manifiesta en la pureza absoluta de su esencia, se desarrolla la poesía mística. El término "mística" procede del verbo griego, "muein", que significa "cerrar"; hace referencia a algo oculto, secreto. Mística, pues, etimológicamente, sugiere la vida espiritual secreta, íntima.


Es en esa intimidad donde Enrique Barrero (Sevilla, 1969), a diferencia de tantos sonetistas místicos desde Góngora a Unamuno en los que hay una especie de verticalidad de relación de hombre a Dios, se nos manifiesta humanamente horizontal en el diálogo constante a lo largo de estos treinta y cinco sonetos con ese Dios cercano, al estilo profundamente humano de un poeta andaluz inolvidable, Julio Mariscal, que en Quinta Palabra, decía : “Así es como te quiero, Así, Dios mío/ con el dogal de “hombre” a la garganta” . Y así es como lo hace Enrique Barrero desde ese difícil estadío de ser hombre: “…porque me asola/ como al mar el murmullo de una ola/ este viejo cansancio de ser hombre.”


Y hay en estos sonetos un diálogo del poeta con su Dios, cuyo nombre deletrea “…lentamente/ como el agua escondida de una fuente/..” y en su busca “… Nado en pos de la luz, contracorriente/..” y se pregunta: “¿Cuándo solos Tu y yo?...” Hay también una conformidad en los designios : “ Tu quisiste que fuera quien he sido..”, que es abandono de sí, y para el que pide ayuda: “De entre todas las dádivas te pido/ la callada virtud de la paciencia/…”.


“No tres veces, Señor, que más han sido/…” dice y al mismo tiempo se acusa de negar al hombre: “…Hoy yo me acuso / de ver más tu presencia  silenciosa/ en el alma escondida de la rosa/ que en el pecho del hombre…/…”, y pide que “…en cada error también empiece / a amarte siempre más tras la caída…”


Y hay una hermosa invitación : “ Vente conmigo aquí, al Sur que habito/ -Señor de los sedientos olivares-/..” que una vez más nos trae a la memoria los versos del Julio Mariscal de “Quinta Palabra” : “La artesa y el olivo; el hormiguero/ de afanes por la yunta o el verano..”


Si Enrique Barrero tenía suficientemente acreditado su buen hacer de sonetista no sólo en su Colección de sonetos para un sueño, sino en otras obras y colaboraciones, es en esta Liturgia de la voz abandonada, donde da un paso más adelante y construye un poemario valientemente profundo, en el que el proceso de esos ritos interiores de acercamiento hacia ese Dios que se hace humano en el callado diálogo del poeta, establece una honda liturgia íntima , una celebración misteriosa que sólo el puede comprender y nosotros acatar.



© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 02/05/2009


RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Rafael Cantizano, "Orillas del silencio"




RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES

Orillas del silencio de Rafael Cantizano









AUTÉNTICA ELEMENTALIDAD DEL MUNDO
Sobre "Orillas del silencio" de Rafael Cantizano
Editorial Almuzara


Si en todo poeta su vivir primero, las luces únicas de sus paraísos perdidos son determinantes para su obra poética, no cabe duda que la de Rafael Cantizano García (San José del Valle, Cádiz, 1947), está determinada por sus vivencias en contacto con la naturaleza en un ambiente rural en el que la soledad del campo, el sentir en su pureza primordial los cuatro elementos: la tierra, el agua, el viento y el fuego, fueron parámetros esenciales para su poesía que aparece en este libro con un sabor a mar que en su calma muestra un cierto cansancio, en su música hay un ritmo desvaído como si el compás de los sentimientos se ralentizara por factores ajenos a su propia contemplación, y en los que influye sin duda sus propias convicciones de libertad y su desencanto de una sociedad regida por lo superfluo.

Todo ello en un lenguaje claro, limpio, a veces honradamente crudo y a la vez con un tacto cuidadoso con la elementalidad del mundo en el que entre olas y retama se manifiesta fecundamente lírico, con no negadas reminiscencias juanramonianas y acertadas metáforas e imágenes espléndidas y contundentes.

Tiene el libro tres partes perfectamente definidas: Voz de arena, Agua y sal y Orilla del silencio que nomina al libro. En Voz de arena, se manifiesta con claridad el desencanto y hay en ella, un cierto escepticismo implementado con sesgos de desesperanza, no en vano el poeta coloca en su frontis el poema Desesperanza , “ Es desesperanza/ una isla quieta.”, y una cierta consciencia de lo fútil cuando dice, “ Todos los días, la muerte/ me compra en el mercadillo.” y de la banalidad de la sociedad actual, a la que critica “Aguijoneado por créditos/ me vendo por horas,/ creo en Europa,/ calculo en euros/ y duermo muerto,/ pues los sueños/ con tanta felicidad,/cotizan en bolsa/ y se compran a pago aplazado”, lo que no impide para que haya hermosos versos de rico lirismo, como “La mar, cansada de estar desnuda,/ a veces/ busca rincones donde abrazar la tierra…/ “o ·” En la tarde de otoño,/ lejos del olor a membrillos,/ el cielo rojo de granadas,/ embriagado por la paz del cantil…”. La mar como último recurso  “ Hasta la mar llego/ cansado de estupidez…” y seguridad ante el mundo: “Perdidos los sueños/ me refugio en la mar…”

La segunda parte Agua y sal es auténticamente juanramoniana: “ Arroyo, río, mar./ ¡El amor perdido!/ ¡Agua y sal/ Una retama seca/ La rosa marchita…/” y en la que aparecen una serie de poemas pequeños con la estructura de haiku, como “ Los correlimos/ dirigen los conciertos/ de las mareas./” y un hermoso Calendario, en el que rítmicamente cada mes termina en el verso ¡Agua y sal! , “Florece la rosa/ robando frío/ al sol de enero/¡Agua y sal!/…./ Marcea la rosa/ en la verde hoja. Espinas rojas.¡Agua y sal!/…” Una poesía luminosa, sensual, plástica, teñida del sintetismo oriental del haiku y delicadamente sugerente…

En la tercera parte, Orilla del Silencio, como si el libro fuese una creciente melodía que partiera de oscuros sones de viento hasta llegar a los sutiles acordes de la cuerda, el lirismo se expande como un cántico final a un mundo que “Deshaciéndose en rosa/ se acerca la nube al sol/ para no perderlo.” , o “En la tarde/ lágrimas de agua./…/Manantial salado frente al mar/ que se hace arena / para embellecerlas/…”, espacio donde el amor se presenta sensitivo, “ Suspiras/ cuando deshojas tu cuerpo/ con lentitud.” y definitivo, “Sin tu mirada/ el tiempo…/ Una eternidad.”

Un poemario, hermoso, pleno, actual, volcado al mundo y a la naturaleza con una emocionante claridad de poeta de luz trascendido.

© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 30/03/2009  

sábado, 26 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Mercedes Escolano, "La bañera de Ulises"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES


"LA BAÑERA DE ULISES" DE MERCEDES ESCOLANO










LA INMARCESIBLE EDAD DEL MAR GOZANTE

SOBRE "LA BAÑERA DE ULISES" DE MERCEDES ESCOLANO.
EH. EDITORES. JEREZ, 2008






Mercedes Escolano (Cádiz, 1964), aparece en el panorama lírico en pleno boom de las mujeres poetas y de la mano de Ramón Buenaventura y su Antología Diosas Blancas (1985). Sólo tenía publicado su libro Marejada (1982); pero fue suficiente para ser izada sobre el mármol de los pedestales de ese importante templo poético-mediático y, lo que tiene mérito personal, demostrar con su obra posterior que no fue capricho de antólogo.

Para quien ha nacido en Cádiz sentir los ecos profundos de la Atlántida en su corazón junto al voluble carácter del mar , constante en su periodicidad de marea; pero imprevisible en goces inesperados de luces y de sombras, de formas y de sueños, de esperanzadas bienvenidas a los galeones o arriesgadas defensas en barbacanas de luz, hablar del mar, de su enigmático secreto, sólo es como abrir el corazón al viento o mirar desde la balaustrada  de la Alameda, como dice Pilar Paz Pasamar en el prólogo de este libro: ¿A dónde mira, cuando una mujer se asoma al mar y qué ve en él…?, para descifrarnos mediante el poema sus signos…

Consta la Bañera de Ulises de cuatro partes: En la primera de idéntico nombre, constituido por un solo poema, donde el mar es una totalidad vital, más que símbolo, carne poética. Las tres siguientes partes: Felina calma y oleaje, Islas y Fascinación del Atlántico, son selecciones de las obras de igual nombre publicadas por la autora en 1986, 2002 y 2007 respectivamente.  La Bañera de Ulises es un profundo poema de amor, en el que “El mar late despacio sin rumbo/…/ Flexible, tibio, rumoroso es/ su vientre…/../ Baten sus olas en mis piernas, frenándose./Viene hacia mí, animal lascivo y sediento/ …/ agua eres y en agua te disuelves./.../ ¡qué serena el agua en tu cintura! / ../ El mar: melena al viento suelta, /caderas ondulantes, un cimbrear de muslos,/...piernas atropelladas que levantan espuma,/una corriente de besos, humedad, saliva./…/ Un crujir de mástiles y jarcias llega hasta nosotros/ haciendo mas potente el deseo…/ …/ y he sabido que el amor tenía tres vocales/ y que el ruido del mar cabe en tu lengua…/../”Contundente identificación de los tiempos del amor con las secuenciales etapas del mar., un espléndido poema.

De Felina calma y oleaje, citaremos la espléndida imagen de “ la sal es cóncava como la axila/ de un niño…”, el bello poema Aguamarina: “ Brazos como remos cruzaban las olas, urgente/ por tu cuerpo el beso, la travesía era./ Equinoccios de sal mordían sus ojos/ dejándole ciego/ sonámbulo/ náufrago de amor y otras batallas./” y la estrofa final de Ítaca: “ …fuera mi destino su bahía mansa: rajar / con una almeja el seno imberbe/hincar el palisandro y mi dulzura/ nunca cerrar/ esa herida en forma de boca./”

En Islas,  hay  una intención menos cosmogónica, más individualizada, lo que antes era inmersión en un cuerpo universal ahora es soledad, asilamiento, distancia, un arco entre el deseo frutal y su conquista…, una cierta constancia  de lo inasible. En la Islas ingrávidas leemos: “De día, los vientos/ las dividen, multiplican sus labios./ De noche caen al mar/ exhaustas,/ mas flotan entre niebla/ como rosas de lava.”

En Fascinación del Atlántico, hay como una sublimación de la contemplación, análisis lindero a una honda melancolía: “ No me ha besado./ Tan sólo ha dicho volveré/ y ha bajado la cara / para que no viera empañados sus ojos.” dirá en Tarjeta de embarque, mientras en Fascinación del Atlántico: “ …el Atlántico me llama con voz confusa,/ deletrea la e undosa de mi nombre /y me convoca…”, para preguntarse en Cádiz, baranda del mar: ¿Qué me ata a esta tierra/ al borde del abismo?

Interesante este libro que es, a nuestro criterio, un riguroso seguimiento de una travesía poética, cuyo destino de luminosas certidumbres se vislumbran ya cercanas…

© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 19/01/2009

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Francisco Vélez,"Poesía unida"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES

POESÍA UNIDA  de FRANCISCO VÉLEZ











DE LO INTENSAMENTE VIVIDO
SOBRE "POESÍA UNIDA" DE FRANCISCO VÉLEZ NIETO
NUÑO EDITORIAL
COLECCIÓN "VOCES DE TINTA", SEVILLA




En esta POESÍA UNIDA, inicia Francisco Vélez Nieto una labor recopilatoria de su obra dispersa, junto a poemas corregidos y modificados que el poeta considera inéditos. En verdad, la obra, como la vida, de un poeta es siempre la misma obra abierta, siempre en constante ejercicio y reelaboración al contacto con el entorno, tan cambiante, que incide absolutamente en una receptibilidad tan sensible como la del poeta, que en su permanente estar al filo de la emoción creativa, está siempre en el taller único de su único verso, como dijo recientemente Pablo García Baena: “… el poeta escribe un solo libro” o Caballero Bonald: “El poema no se acaba nunca”.

En la Nota Preliminar, dice Francisco Vélez : “Mi poesía está formada por fragmentos y secuencias de lo vivido y sentido dentro de un espacio de continuidad donde ha ido evolucionando siempre sustentada por sus principios, la fuente que le dio la vida, el amor y la palabra junto a una solidaridad sincera…”.  Y son esos conceptos: origen, amor, solidaridad y conciencia social, los puntos cardinales de esta intensa poesía reunida que divide en siete capítulos, algunos de ellos perfectamente delimitados por su contenido, o por su derivación de algunos de los libros anteriores: Razón de la existencia, Otras secuencias, Fragmentos, Íntimas cercanías, Gente de oscuro vivir, De Poetas y de luces y Esta tierra que es mía.

Estos capítulos sin ser homogéneos podrían clasificarse por su contenido conceptual, así Razón de la Existencia, pretende ser absolutamente definitorio de un sentido vital, baste para ello leer su primer poema, Sólo Andaluz, que con toda intención subtitula Retrato: “Nunca me vistieron de luto/ gracia de padre/ jamás disfraz de nazareno / ciencia de padre/ ni flamenco ni torero/ ¡qué andaluz mi padre!”. En Otras secuencias, prima una cierta crítica social mezclada con cierto pesimismo, así en su poema Y todo, dice: “Todo es cero a la derecha/ cárcel para los que piensan/ y convidados de piedra.” En Fragmentos encontraremos algunos poemas de Itálica, con su gran carga emotiva y evocadora, mientras que en Intimas cercanías, incide en un hondo sentimiento de nostalgia, tanto que le hace decir en su primer poema Aires de recuerdos, que: “Puedo llenar este espacio con recuerdos, / también de cantares ya olvidados, / plazas con niñas jugando a la quimera, /abuelas y madres sentadas a las puertas, / recordando días, partos y dolores...”. Gente de oscuro vivir tiene un contenido esencialmente de crítica social y política, como podemos ver en unos versos de Al trote y son que les toque que para más claridad lleva el subtítulo de Para advenedizos: “Lo jugoso es escalar/ al son que marca el tambor: / buen pesebre, buen señor”. De Poetas y de Luces es un capítulo de homenaje a poetas que asimismo definen una trayectoria: Antonio Machado, Alberti, Pedro Garfias, Ricardo Molina…, mientras que Esta tierra es mía es profundamente nostálgica, con versos como éstos de Hinco: “¡Qué orgulloso sabor de esta tierra!/ ¡Qué sueño de niñez este reencuentro!/ ¡Cuánta melancolía de almazaras!”

Descender a la médula de esta POESÍA UNIDA, es hacerlo a los elementales materiales que construyen toda poesía: la nostalgia, el amor, la belleza, el hombre como testigo de la vida y de la historia y la historia misma , todo ello en manos de la memoria, cumpliendo así lo que decía Gamoneda: “La poesía es un arte de la memoria”, convirtiendo la historia, personal y colectiva en lenguaje poético y que Francisco Vélez ratifica: “Me siento envuelto en el pasado/ por los huecos abiertos de la mente…” Hay en ese descenso de la memoria una vibrante elegía de una situación social, - Historia pura de este país- que en poemas como Maleta de madera se erige como símbolo: “Maleta de madera: / prisión rectangular/ de mi pueblo, / emblema trágico/ de nuestra pobreza”, o Años triunfales: “¡Niñas al balcón! que pasa el cura/ con el santo, el alcalde y la tropa/azul de malandrines y soquetes,../, con recomendaciones para un tiempo difícil, no exentas de una fina ironía, en Aviso: “…Cuídate bien de los trepas,/ moros, godos y romanos/ que con su palabrería/ venden hasta sus hermanos”, a veces de más cuerpo como en Crisis nacional , que culmina con estos tres versos: “ Si mi abuela levantara la cabeza/ el corte de mangas empañaría/ la madre patria y todos sus palmeros” o la abierta crítica a los oportunistas ,en Las camisas prestadas: “…ayer no más mano abierta al sol del himno/ y hoy cerrado el puño haciendo el indio.”

Pero hay, además, con toda su carga de evocación un doble descenso nostálgico: Uno , más remoto, es como un intento de aproximación a las raíces históricas de su tierra, la romana Baetica, “ Sólo el hombre perdura sobre piedra/ anónimo artesano de su maestría”, dice en la Ruina del hombre y en los poemas de Fragmentos , se trasluce además de ese sentido de permanente didáctica de la historia, un profundo y emocionante trance poético, como Tarde deseada, en la que adivinamos al poeta en esas largas y lentas candelas crepusculares de su Itálica: “ ¡Tengo una tarde púrpura y mía/ en las palmas de las nudosas manos/ poesía, acariciada, en mi pecho,/” Itálica querida, cuyos cipreses que tanto cuidó vibran en La Música del viento : “Son las cuerdas que el viento pulsa/ flexibles, bamboleándose/ hacia el espacio alargadas/ los cipreses de esta huella de Roma…” y deja que los pájaros vuelen en torno a La estatua: “ Enhiesta en su recóndita hermosura/ la tallada figura se alza esbelta,/vuelan los pájaros con trinos fieles”.

Y hay otro descenso a la nostalgia, el descenso a la raíz, a los únicos paraísos perdidos, al pueblo y al calor de la familia: “Mi cuarto de muchacho/ miraba al campo por dos lados/…/ La hora del almuerzo, dos por plato. /Y mi madre trajinando en la cocina, /…/Esto fue un trozo de aquella niñez/ que saboreo,…”, dirá en Un cuarto con vistas  y evocará sus primeras lecturas en Caracol marino: “Mi padre me trajo una vez/ un caracol de un mar lejano/con un Capitán de quince años/ que traía consigo la Isla del Tesoro/”. Y el campo, sus Olivares: “Olivar, olivar/ quién pudiera ordeñar/ el verdear de tus ramas…”, y su paisaje en Primavera en el campo: “Vengo de la gran ciudad/ a bañarme de olivares/ de amapolas en los trigos, tomillo en los peñascales...”, la Vieja Torre: Desde el tren la veo erguida/ mientras los olivos giran. ¿Por qué me mira la torre/ que miro cuando me mira?.../ o el viejo Puente de hierro: “Colgado sobre su olvido/ sin edad lo voy mirando/ tan huesudo y desolado/ mi viejo puente de hierro.”, terminando ese retorno al paraíso en la vieja casa, No queda nadie en casa: “Anclado estoy en la calle, / contemplo la casa donde nací…/…/ Nadie queda de aquel sueño…/”.

No podemos dejar atrás la elegía a los maestros. En Coplillas de las Dueñas, serán memoria Antonio y Manuel: “Manolo nos dio la copla, Antonio mostró el camino./ ¡Camino qué largo eres…!” mientras que Alberti es recordado en Esperando el regreso: “ Cuando vuelvas Rafael/ quizá no te pueda ver/ por el llanto que provoca/ las chispas que suelta el tren./ y en Adiós a Rafael Alberti : “Ya se nos fue el marinero/blanca gracia salinera,/la mar se llena de coplas/ de luto la tierra queda”.

Y hay en todo este denso hacer poesía, la vena más pura, el profundo lirismo decantado en el gozo sencillo de las cosas más naturales de la vida, como ese afán de vivir que vemos en El mirlo: “El mirlo cada mañana/ y tu sonrisa del alba/ son las ganas de existir/que aspiro cada mañana….” y en la musicalidad de esas canciones como La Herencia:”Pintó una curva en el aire/y se la llevó el viento,/ se quedó sólo su sombra/ repasando los adentros.” o Divagaciones: “Me envuelve la soledad/ al borde de la ribera/ el agua cantando va/ el tiempo vuela que vuela”

Poco más queda decir de este libro, salvo que podría ser una vertebración si no completa de la obra de Francisco Vélez, si lo suficientemente definitoria de su trayectoria poética y humana ya que todo está relacionado puesto que ¿Cómo separar poesía y vida?



© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 16/01/2009

viernes, 25 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Celia Bautista, " A orillas de la carne"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES

A ORILLAS DE LA CARNE  de CELIA BAUTISTA







 


A PROPÓSITO DE "A ORILLAS DE LA CARNE"
 DE CELIA BAUTISTA
PREMIO ANDALUZ DE POESÍA "VILLA DE PELIGROS, 2008"
DIPUTACIÓN DE GRANADA. GRANADA. 2008




Con el verso de Vicente Gallego “Ese instante tan mío que ahora habito”, abre Celia Bautista (Riotinto, 1953)  este poemario A orillas de la Carne, vencedor del Premio Andaluz de Poesía Villa de Peligros 2008,  en el que la memoria  se hace  artífice de una intensa elegía de los mejores instantes del amor hasta el punto que poesía erótica y poesía de la memoria se entrelazan  tramando finamente la urdimbre de un sugerente y apasionado poemario, enriquecido de espléndidas imágenes en las que la luz  y los sentidos juegan un delicado papel de escenario intemporal, detenido en la contundencia de los instantes evocados.

Y ese habitar el instante es un revivirlo, así “Entrar en la memoria es como entrar/ en un sueño lejano…” nos dice , intentando apresar de nuevo  “Esa rosa instantánea/ que quedó/ entre las hojas vivas de las horas./” y la furia de la sangre ,metáfora del espejo de la mar crispada por el levante que se alza como “Manadas de alazanes/ con sus crines al viento…”, que habita en la epidermis de una carne que el tiempo no logra abatir, pues su fulgor es tan intenso como su elegía, que viene cargada de esperanzas de trascender: “Si yo supiera, amor, conformar mis deseos/ a esa caricia tenue que vuela de tus manos/ y esa mirada verde que se crece con la duda,/ seríamos la luz que tamiza la tarde.”

Esa pretensión de futuro, es a veces un resorte de la memoria “¿Te acuerdas de aquel tiempo en que estrenábamos/ miradas encendidas cada tarde..?” y sin dolor, con un recurso al humor más fino , dirá  “ No salen a buscarte,/ como era su costumbre,/ las fresas de mi pecho,/Cuando sienten tu hambre insinuante/ acercarse a la huerta de mi piel.”.  Hermosa conjunción de Eros y Cronos: “ Acudo a mis recuerdos/ de puntillas./ Y hojeo una a una mil imágenes/ capaces de incendiar/ al mismísimo olvido.”   

Incendio cuyos rescoldos permanecen  en Las brasas que aún remueve la badila, poema en dos partes, que comienza en la evocación : “Fue un tiempo rutilante de cerezas,/ de noches embriagadas …/ …/Fue un tiempo del que quedan/ ay amor ,/ las brasas…/”  y continúa con la llamada  al amor : “ Por eso, amado mío,/ no temas si te digo que te asomes/ al abismo entreabierto de mis labios,../” culminando con la  urgencia de la incitación: “Aligera tu atuendo/ y ponte sólo/ las rosas que en la cima de algún sueño/cultivé para ti.” En otros poemas el juego se manifiesta rotundamente: “Cubierta me dejó/ de un tiempo sin fronteras,/ leve como la luz…/ “

Mas, el designio del tiempo hace que lo que ayer fue sublimación sea hoy sólo memoria, pero memoria que aún encierra el deseo de un mañana, así  “Si llegases y vieras que mi puerta/ se encuentra ya entornada,/no llames, ni te apures./ Sólo entra.” Mientras tanto  “Hay un silencio enorme en las estancias/ donde dicen que viven los recuerdos…/”

Un hermoso poemario, rotundo, cerrado, sin estridencias, con la serenidad que da la madurez de una poesía asentada en la certeza del camino.


© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 12/12/2008


jueves, 24 de enero de 2013

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Aurora Luque, "La siesta de Epicuro"




RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES

"LA SIESTA DE EPICURO" DE AURORA LUQUE












EPICURO EN ÍTACA
 26/09/2008
SOBRE "LA SIESTA DE EPICURO" DE AURORA LUQUE.
X PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA GENERACIÓN DEL 27
EDITORIAL VISOR.2008


“En esta cesta hay uvas esenciales,/cerezas infantiles/ húmedas fresas que prometen bosques,/...” escribe Aurora Luque en el primer poema , Fruta del día, de la primera parte del libro de igual título que éste. Y este frutal contenido se derrama plácidamente en un lento derroche sensorial, demorado en el degustar  de la crátera de los días florales y en el tacto de la luz sobre los cuerpos alargados en la noche del gin y de la música que se acaba en la embriaguez absoluta de las horas. No en vano dice la poeta que “Yo soy yo más Euterpe y Dioniso” en el poema Cócteles de la segunda parte denominada La Biblioteca de Pison.

Otras dos partes incluye el libro: El jardín de Filodemo y La tumba de Lucrecio. En ellas el verso signado por la rica poética de Aurora Luque presenta matices temporales, facetas de etapas distintas en las que el mito permanece en un segundo plano, eso sí presente, dando primacía al goce del instante más hondo del ser.

La poesía de Aurora Luque, luminosa y sensorial, es a la vez profundamente proclive a la síntesis, tendencia que se materializa en los Haiku de Jardín de Filodemo, entre los que hay algunos dignos de la pluma de los maestros Bashöo y Buson: “ Llueve de noche./ Y las sábanas huelen/ a cuerpo usado” o “El mar al sol./ Para umbral de la puerta, /el horizonte”.

Hay en el libro una sutil pincelada que a veces se oculta tras el deslumbramiento gozoso: “ A vivir y a gozar, que son dos días/ y uno sale nublado, mi Catulo” o “los muslos relucen embriagados:/ oro limoso, enigmas, / pirámides de luz…” por detrás de los vehementes deseos: “Dulce Ipsitilo mío, te lo ruego, /mi molicie, mi osezno, invítame/ a visitarte a la hora de la siesta.” que provocan “…las serpientes de ámbar,/ las medusas de fósforo, las furias…”, “...sus aullidos carnales…” y el momento de su pérdida : “El pájaro se ha muerto de mi amado./ Y lo quería más que a sus entrañas./ Era tan cariñoso que saltaba/ de dicha cada noche en su regazo.”

Todo ello en “un tiempo sin bridas”, como dirá en Himno a la lentitud en Homenaje a Reneé Vivien. Pero en esta dulce voluptuosidad de Epicuro, como dijimos anteriormente, late intemporal la llamada de Ítaca, las sirenas de la memoria que cantan desde los tiempos de la infancia: “ Mi infancia son recuerdos/ de un vaso de Nocilla...” - como dirá irónicamente parodiando al poeta – o los tiempos del mar: “la copa que querré libar sobre la arena,/ me las dará ese mar…”, pues desde él “es más fácil/ dibujar para sí la proa de un retorno…”y al final : “…Un temblor de pureza/ negra como un misterio/ sobrante de la infancia…”, “ Y enloquecen los verbos al saltar/ del presente al pasado,/ de la luz en escamas/ a la pátina gris,/ del humo negro…!

Siempre el retorno constante, siempre Ítaca.



© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 26/09/2008

RESEÑAS I - POETAS ANDALUCES. Carlos Clementson, "Las olas y los años"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES


 “LAS OLAS Y LOS AÑOS” DE CARLOS CLEMENTSON


















JUEGO DE ESPEJOS
23/07/2008
SOBRE  “LAS OLAS Y LOS AÑOS” DE CARLOS CLEMENTSON
Edita: Ediciones La Palma. Colección Retorno. Madrid. 2008



En su tarea de rescatar del polvo de las librerías aquellos libros que en su momento fueron hitos sorprendentes o destacados fulgores en nuestra reciente poesía, Ediciones La Palma en su Colección Retorno nos ofrece a los veinticuatro años de su aparición en la Editora Regional de Murcia, una edición actualizada de LAS OLAS Y LOS AÑOS de Carlos Clementson.

Si el deslumbrador impacto de aquel libro en aquellos momentos en los que el culturalismo y la moda de los novísimos se sobreponía a su esencia revivida y no permitió llegar a ese estrato subyacente en él, su cimiento y resistente estructura de piedra calcárea, la potente materia de la memoria que establecía la urdimbre del poemario, hoy cuando tantos vientos han asentado aquellas polvaredas y barrido de sus arquitrabes tanta intranscendencia, en una especie de juego de espejos nos llega aquel auténtico descenso a la memoria en un nuevo retorno; mas de una forma pura, aséptica diríamos, si no se intentara entender por tal como una materia de estudio para disecciones de expertos, nos llega con auténtica fuerza, imágenes doblemente reflejadas y felizmente rescatadas, devueltas al mármol del pedestal de donde nunca debieron faltar.

Es volver a oír al poeta: “Dejadme: Carlos Clementson/ con su canción a solas , / abrazado tan sólo al corazón del viento”, evocar aquello que le fue segado  “Pues tu me diste todo lo que era tuyo: el viento/ sonando en los olivos…” por lo que “…Nunca fui de tu mano; nunca te enseñé el mundo.” Elegía que brota ante la propia imagen “ .. me miro ante el espejo/ mientras me peino, absorto,/ y en el cristal distingo aquel fulgor caoba/ como una llamarada, mansa ya por el tiempo,/ del pelo de mi madre..” a la vez que encomienda “…mis años/ -la flor de mi memoria-/ al fervor soterrado/ de unos pocos momentos verdaderos.” entre ellos: “...el ruiseñor cantando del Huerto de la Rueda,…”, “…el suave tacto madre/ de la piel de la noche…” “…viejos exvotos/ de un culto sin objeto…”, “ ..de todo lo cual queda, como imborrable seña/ de identidad/ un poco de ceniza/ al borde de los párpados…” evocando, - siempre la evocación el retorno sumergido en el deseo inmanente de permanecer- , “..hasta con fe/ y sin resentimiento/ quizá con una tibia melancolía en la voz,/ esos días azules y este sol de la infancia..”, en su extraordinario poema Las olas y los años que da nombre al libro retornado.

Libro de la memoria que de pronto se detiene ante su propia imagen detenida en el mismo tiempo, en los mismos lugares de la dicha, como una renovación celebradora de la felicidad primera, como un rayo de luz que en juego de su física reincidiera en el ida y vuelta de su brillo de uno a otro instante.

Todo es vivencia recordada: “La vieja cal de un muro/ herida por la luz...”, “..La luna llena y roja de Jueves Santo en Lorca…”, definitivamente: “todo aquello que pueda devolverme/ quien fuera yo una vez ya sin remedio…”  

Antiguo retornar que este juego de espejos revive: “Vuelve al lugar de entonces. Cierra la puerta. Acuerda/ tu corazón al pálpito secreto de las cosas…” donde “ Un ascua aún arde, pura, al fondo de tus años.” Al lugar y a su paisaje, al mar, sus gentes, todos los parámetros definitivos de una experiencia vital que encendida en su recuerdo es canto emocionado, elegía: “Oh, miradlos:/ llegaron los delfines/ heraldos de sí mismos sobre el azul más puro.” “.De aquel día de tu infancia litoral, como un sueño,/ sobre el diáfano azogue al sol de tu memoria…” Memoria, siempre memoria, encendida y luminosa memoria que nos llega retornada en este zigzag de la luz que como en juego de espejos ilumina nuestros corazones al par que por su efecto laten más jóvenes…



© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 23/07/2008