RESEÑAS DE
OBRAS DE POETAS ANDALUCES
A
ORILLAS DE LA CARNE de
CELIA BAUTISTA
A PROPÓSITO DE "A ORILLAS DE LA CARNE"
DE CELIA BAUTISTA
PREMIO ANDALUZ DE POESÍA "VILLA
DE PELIGROS, 2008"
DIPUTACIÓN DE GRANADA. GRANADA. 2008
Con el verso de Vicente Gallego “Ese
instante tan mío que ahora habito”, abre Celia Bautista (Riotinto, 1953)
este poemario A orillas de la Carne, vencedor del Premio Andaluz de Poesía
Villa de Peligros 2008, en el que la memoria se hace
artífice de una intensa elegía de los mejores instantes del amor hasta el punto
que poesía erótica y poesía de la memoria se entrelazan tramando
finamente la urdimbre de un sugerente y apasionado poemario, enriquecido de
espléndidas imágenes en las que la luz y los sentidos juegan un delicado
papel de escenario intemporal, detenido en la contundencia de los instantes
evocados.
Y ese habitar el instante es un
revivirlo, así “Entrar en la memoria es como entrar/ en un sueño lejano…”
nos dice , intentando apresar de nuevo “Esa rosa instantánea/ que
quedó/ entre las hojas vivas de las horas./” y la furia de la sangre
,metáfora del espejo de la mar crispada por el levante que se alza como “Manadas
de alazanes/ con sus crines al viento…”, que habita en la epidermis de una
carne que el tiempo no logra abatir, pues su fulgor es tan intenso como su
elegía, que viene cargada de esperanzas de trascender: “Si yo supiera,
amor, conformar mis deseos/ a esa caricia tenue que vuela de tus manos/ y esa
mirada verde que se crece con la duda,/ seríamos la luz que tamiza la tarde.”
Esa pretensión de futuro, es a veces un
resorte de la memoria “¿Te acuerdas de aquel tiempo en que estrenábamos/
miradas encendidas cada tarde..?” y sin dolor, con un recurso al humor más
fino , dirá “ No salen a buscarte,/ como era su costumbre,/ las
fresas de mi pecho,/Cuando sienten tu hambre insinuante/ acercarse a la huerta
de mi piel.”. Hermosa conjunción de Eros y Cronos: “ Acudo a mis
recuerdos/ de puntillas./ Y hojeo una a una mil imágenes/ capaces de incendiar/
al mismísimo olvido.”
Incendio cuyos rescoldos permanecen
en Las brasas que aún remueve la badila, poema en dos partes,
que comienza en la evocación : “Fue un tiempo rutilante de cerezas,/ de
noches embriagadas …/ …/Fue un tiempo del que quedan/ ay amor ,/ las brasas…/”
y continúa con la llamada al amor : “ Por eso, amado mío,/ no temas
si te digo que te asomes/ al abismo entreabierto de mis labios,../”
culminando con la urgencia de la incitación: “Aligera tu atuendo/ y
ponte sólo/ las rosas que en la cima de algún sueño/cultivé para ti.” En
otros poemas el juego se manifiesta rotundamente: “Cubierta me dejó/ de un
tiempo sin fronteras,/ leve como la luz…/ “
Mas, el designio del tiempo hace que lo
que ayer fue sublimación sea hoy sólo memoria, pero memoria que aún encierra el
deseo de un mañana, así “Si llegases y vieras que mi puerta/ se
encuentra ya entornada,/no llames, ni te apures./ Sólo entra.” Mientras
tanto “Hay un silencio enorme en las estancias/ donde dicen que viven
los recuerdos…/”
Un hermoso poemario, rotundo, cerrado,
sin estridencias, con la serenidad que da la madurez de una poesía asentada en
la certeza del camino.
© F.Basallote
Publcado en Papel-Literario 12/12/2008
Francisco, acabo de leer tu comentario sobre mi libro. Te agradezco tu lectura atenta que me enseña que un libro no lo termina quien lo escribe, sino quien lo lee.
ResponderEliminarGracias por organizar las imágenes que mi intuición captó en algún momento de mi vida.