sábado, 12 de enero de 2013

OPINIONES SOBRE MI POESIA-XII



PRESENTACIÓN EN VEJER DE ESTIRPE DEL AZAR

“FRANCISCO BASALLOTE MUÑOZ, ESTIRPE DEL AZAR”
Mª Ángeles Vélez










Una vez  más nos reúne aquí la poesía de un entrañable  y admirado amigo, incansable creador y poeta. Con lo difícil que es eso en los tiempos que corren, no favorables para la lírica. Apenas hace un año estábamos aquí mismo leyendo poemas de una obra  que ha sido finalista del premio de la Crítica, en su edición del año 2010, Naturalezas muertas, reconocimiento por el que damos nuestra más sincera enhorabuena a Paco.  Y ahora nos sorprende con este otro poemario que obtuvo, como saben, el premio de poesía “Ciudad de Ronda” del año 2009. Nos alegramos enormemente de que un vejeriego alcance esos logros y le agradecemos que los comparta con nosotros en ratos como este.

La creación a la que me refería anteriormente no solo nos remite al ámbito poético sino también al pictórico, ya que también hoy aquí vamos a tener la oportunidad de admirar y disfrutar de su última publicación, llamada Sólo tiempo. Se trata de un poemario de haikus con ilustraciones del propio autor.

Estirpe del azar presenta una portada un tanto minimalista en la que con esas dos flores sobre fondo blanco el poeta recurre al cromatismo como característica central de este libro.

El prólogo corre a cargo de Juan M. Vázquez Sentí, profesor de literatura y poeta, en él de una manera muy concisa pero de gran precisión nos descubre y adelanta la esencia del libro: “Francisco Basallote supo transmitirnos algo tan difícil como el mundo mágico de su infancia, “aquellos días azules”, de sus primeras búsquedas: el profundo secreto de la existencia.”

La infancia del poeta nos lleva de la mano a un tema central en su poética, Vejer, su pueblo natal al que nos remite su obra en muchos momentos. Es como si se tratara de un círculo en el que siempre llegamos al mismo punto. No podemos entender nada de lo que Francisco Basallote escribe sin tener en cuenta esto que acabamos de decir. En ese sentido, Estirpe del azar vendría a continuar de alguna manera la serie de libros que tienen como tema central sus orígenes, el descubrimiento de su infancia y la magia de los recuerdos que es en definitiva lo que nos queda de un tiempo ya pasado. El primero de ellos Frontera del aire, en el año 88, Retorno a Mellaria, once años más tarde en 1999, dos años más tarde  En las colinas de Bashir, Cuaderno de Buenavista, en 2003 y Palimpsesto de plazuela en el 2004. Y en 2005, Elemental memoria, antología de los anteriores. Cada uno de ellos tiene sus características propias, pero todos comparten ese amor a su tierra y, sobre todo, la necesidad del poeta de evocar esos días felices en los que la luz lo inunda todo y a todo le da sentido. En Estirpe del azar el poeta da un paso más y nos descubre de una manera muy clara cuáles son las claves de todas esas obras citadas anteriormente.

 La cita inicial es de Blanca Varela, autora a la que el poeta acude en muchas ocasiones- también lo hizo en Naturalezas muertas y en Elemental memoria-. Y dice así: “Eco tras eco desenterrar la infancia”. Como podemos ver, el mensaje de la misma resume muy bien el sentido global del libro.

Encontramos en él dos partes, la primera titulada “Espacio primero” en el que encontramos cincuenta y tres poemas y la segunda, “Sombra adivinada” con quince. La diferencia entre ellas no es solo numérica sino sobre todo presentan un tono bien distinto; en la primera parte el cromatismo, la luz nos lleva por esos días en los que la vida se le ofrecía al poeta como un ventana por la que mirar, un camino que recorrer; va trazando como si de un puzzle se tratara distintas figuras que entrelazadas conforman el universo de esos años mágicos de la infancia, en los que, por otra parte, está la base de toda la existencia. Siempre que hablamos sobre esto Paco dice que fue en esos años donde está el germen, la causa y razón que le llevó a la creación poética. 

En la línea del sol una senda infinita. Como un dios menor coronado con la aureola
De su sombra recorrías la distancia entre el deseo y la luz.”

El tono es más optimista y alegre. El nacimiento a la vida y la toma de conciencia de ello: “Era la luz. … En su cápsula luminosa te erguías sobre brazos oferentes cono la palmera encerrada en el patio, como yema de melocotón…”, el recuerdo de los seres queridos- que tan profunda huella dejan en nosotros-  a través de unas manos: “te aferrabas a la mano que te guiaba”…

Ese niño, al que alude el poeta, abierto a la luz y a la vida descubre el mundo a través de los sentidos, el patio con sus flores, la celinda, la adpidistra, el jazmín, todo inunda de color y olor estas páginas a través de las que compartimos esta multitud de sensaciones con él. El tacto, con el suave satén de los pétalos de rosas, el oído con la algarabía de voces…todos los sentidos deben mantenerse alertas porque las descripciones que hace Paco poseen tal densidad que se nos escaparían los matices. En este sentido, Estirpe del azar es un libro de reminiscencias modernistas, que nos evoca a Juan Ramón Jiménez, a Rubén Darío, a Machado y a tantos otros. Al igual que en ellos el lenguaje poético se aleja de la expresión conceptual y se vuelca en el intento de sugerir a través de la palabra las sensaciones que otras artes consiguen mediante la luz, el color y la música.
En la segunda parte, sin embargo, lo que advertimos es precisamente esa falta de luz “un reino de luz se desvanecía lentamente”, el futuro desconocido, la angustia por ese tiempo que no controlamos y casi se nos escapa de las manos sin apenas adivinarlo:

“Por delante la sombra y los geranios, […] la puerta abierta al tiempo que vendrá y a la insinuante negrura de lo incierto.”

En estas páginas últimas predominan las sombras, el humo, las imágenes se distorsionan… son realidades incorpóreas que se nos escapan de entre los dedos; las estaciones evocadas serán el otoño y el invierno, con su halo de tristeza.  

“Todo fue. En su recuerdo revive” con este verso  cierra Paco Basallote un libro que destila nostalgia por entre sus páginas. De la luz, a la sombra, de la plenitud al ocaso. En el fondo de todo ello las grandes preocupaciones del hombre, cuestiones filosóficas que deambulan por el resto de la obra del autor y que son, como sabemos, temas centrales en la poesía y en la literatura en general. García Márquez dice que la vida no es la uno vivió, sino la que uno recuerda y eso es precisamente el ejercicio que realiza Paco a lo largo de estos versos que hoy nos presenta.


Presentación de ESTIRPE DEL AZAR . Sdad. de Amigos del País.
Vejer, 9 de julio de 2010

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