RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
DESDE ESTE OTOÑO de Miguel Martinón
DESDE ESTE OTOÑO
Miguel Martinón
Ediciones La Palma. Madrid, 2008
Incluido en la
denominada poesía esencialista
canaria, de la que es junto a Sánchez Robayna uno de sus más dignos
representantes, Miguel Martinón (Tenerife, 1945) ejerce la docencia
en la Universidad
de la Laguna a
la par que junto a su labor creativa une una intensa actividad crítica.
Mucho se ha hablado
de la esencialidad canaria como fenómeno colectivo en el que sin duda influye
no sólo la insularidad sino el propio espíritu de esa insularidad con su
conglomerado de particularidades lingüísticas, históricas, culturales,
medioambientales que la convierten en un caso especial de esta poesía a
la que poetas como Martinón le han dado una fuerza y un dominio de los sentidos
que se abren al calor y a la templanza de una tierra tan cercana al paraíso.
Poesía tan próxima a
las fuentes mas prístinas de la lengua, de donde mana lujuriosamente fértil
y abierta de flores, de mares, de estrellas , de un mundo feliz detenido
en la observación del poeta que no siente sino que observa su sentimiento como
aproximación a la verdad más pura.
Desde este otoño es un libro completo, que nos trae registros
diversos en un lenguaje cuidado donde los juegos de palabras son como una
escala “in crescendo” de emociones: “…mirar
de nuevo el aire, que se abría/ como si fuera otro aire/ dentro del tiempo,/ de
aquel tiempo que se me abría/ hondo dentro del aire…”, imágenes
enormemente plásticas y sugerentes: “ Aquí,
hoy, en el esplendor/ de esta tarde,/ los pájaros que caen graves/sobre teclas
de augusto mármol/ o se alzan en notas ávidas/ sobre el remate de las tumbas…”
, originales sinestesias:
“…no cabe entrar en ese olor distante de topacio frío…” en una
exhuberante demostración de vida, o evocando a Baudelaire de “lujo, calma y voluptuosidad”
Tiene Desde este otoño siete partes: De esta jornada, Acá llegando, A la altura del
agua, Espacio el aire, En la luz nativa, Del lado de Isogue y La mano del
agua. De ellas De esta
Jornada, Espacio el aire y La mano en el agua son contundentes
poemas unitarios, algo así como tres etapas de la emoción que muestra en
todo su esplendor: tiempo, espacio y elegía.
De esta jornada es puro deshacerse
el tiempo en los innumerables instantes del goce de la luz, del aire, del mar,
del vivir, desde la madrugada a la noche, el camino del día, lento y gozante: “ …Viene ese aliento largo y húmedo/ y llena el
pecho de la madrugada/ y deja que la piel recuerde/ aquel primer
escalofrío…” “..En el patio amanece el sauce/ que se obstina en su
ser…” “ Se afila ya la luz y penetra callada” , “ El tiempo se hace luz y
aire/ en el tenue temblor de la palmera..” “El día pide sólo un nombre/
sólo reclama una palabra/ que afirme esta claridad…”” El alma de la noche/
propaga ya sobre la isla/ el soplo de su incertidumbre..” Tan
solo la luz es el impulso de la vida, la certeza, llega con la noche la
incertidumbre….
Espacio el aire es el retorno: “Aún puedo volver/ pisar de nuevo aquellas plazas/
recorrer estas calles/ acaso para despedirme…” Retorno a un paraíso
perdido : “De los montes nacía/ allí
empezaba el aire..”, “ Siempre era húmeda / la llamada del bosque/ los dedos
que venían a palparme la frente…” ,el tiempo ha pasado pero: “ Puedo ver esos rostros y oír aquellas voces/ que
ya no nacen con el día/ que ya no acuden al repique/ de las campanas/ cegados
por la cal…”, “…Vuelvo a palpar la piedra de los muros,/las hojas
ásperas/en los cañaverales..” “ …atravieso de nuevo/ el olor del
magnolio,/…../ en esta nueva ofrenda de la palabra,/ acaso como despedida.”
La mano en el agua es la elegía
simultánea del tiempo y del espacio, de la vivencia: “..Ciudad tan próxima y tan lejana/ puedo verte a través de las
palabras,/ que vuelven al nacer el día/ oírte desde dentro y desde fuera/
inestable en el filo de la hora…”/, “ Te veo desde fuera y desde
dentro/ te veo entre la lava y la palmera…” “..y te llamo y te
oigo,/ oh ciudad de los flamboyanes,/ por los mares sin bordes del insomnio,/
cuando la luz callada llega hasta esta hoja,/ hasta los ojos que la leen/ y
todavía pueden verte.”
Acá llegado es a la vez que un
recuerdo personal de París: “Quizá
alguien que fui/ pudo pensar alguna vez/que un día cruzaría el Pont des Arts..”,
es un homenaje a Vallejo en Montparnasse : “Acá
llegado, te dijera/ Vallejo de las Américas terrestres, / que por toda la
madrugada insomne/ y todavía esta tarde/ por el rumbo de Montparnasse…” y
un encuentro consigo mismo idéntico al de las reencontradas palomas que
llegan al hotel: “ Ahí están las dos
palomas/ que también hoy han acudido/ al patio del hotel…”
En las restantes
partes, sin perder la unidad , en poemas sutilmente elaborados, ahondando en el
leguaje en búsqueda de una música en la reiteración de sonidos que unida
al extremo uso de la luz nos eleva a una experiencia única casi mística,
en la que todo emana y todo converge en la luz y en el azul del mar “ ..hacia ese azul sin límites/ azul
lleno de tiempo y de deseo/ que las manos no saben abarcar…”.
Un bello libro que
desde luego está escrito Desde un otoño
que la dulzura del clima atempera y enjoyece con la riqueza de una poesía
deliciosamente perfecta.
©F.Basallote
Publicado en Papel-Literario, 12/08/2008
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