RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS HISPANOAMERICANOS
BALADAS DE LA MEMORIA, Antología de PEDRO LASTRA
“Y
LA MEMORIA COMO
EL MAR, INCESANTE…”:A propósito de BALADAS DE LA MEMORIA, Antología de PEDRO LASTRA
Selección
de Irene Mardones y Miguel Gomes.
LA CRUZ DEL SUR. PRETEXTOS. Valencia, 2010
Pedro
Lastra es un poeta chileno que por su ausencia de su país durante mucho tiempo
y por la dedicación a la docencia “en tierra extranjera”, como a él le
gusta decir, ha sido un poeta de minorías , hasta el punto que esta edición
antológica , en selección de su compañera Irene Mardones y del joven poeta y
crítico venezolano Miguel Gomes, es la primera que se publica en España . La selección se ha realizado para
ampliar ese reducido espacio , animados por su convicción de que esta poesía
rigurosa y exigente merece una difusión mayor, como lo pedía el poeta Gonzalo
Rojas hace unos años al concluir su presentación de un libro de Pedro Lastra:“.. lo auténtico es oír en esta voz lo
insondable de la otra voz: la de la poesía-Poesía, y celebrar en ella el
desapego, el despojo, la cortesía del recato.” A este respecto, el crítico Mario Amadas dice:
“… entiendo que su escasa repercusión se
debe a motivos completamente extra-literarios. No sé si tendría que estar ahí,
con los grandes vivos de América Latina, con Gonzalo Rojas, con Nicanor Parra,
con Ernesto Cardenal, con José Emilio Pacheco, con Juan Gelman, pero sí sé que
es un poeta sólido y ojalá sus libros vayan llegando lenta, imparablemente a
nuestras librerías. Ganaríamos su poesía y su conocimiento.”
Pedro Lastra nació en Quillota, Chile, en
1932. Entre 1972 y 1994 fue profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad del Estado
de Nueva York en Stony Brook, de la que es profesor emérito desde 1995. Es
miembro de la
Academia Chilena de la Lengua. Actualmente
dirige los Anales de Literatura Chilena de la Universidad Católica
de Chile. Sus libros de poesía son Traslado
a la mañana (1959), Y éramos
inmortales (1969), Noticias del extranjero (1979), Canción del pasajero (2001)
y varias antologías publicadas en México, Venezuela, Grecia, Colombia, Ecuador
e Italia. De 1980 son sus Conversaciones
con Enrique Lihn y de 1981 Una
antología de estudios sobre Julio Cortázar. Ha reunido sus ensayos y notas
críticas en Relecturas hispanoamericanas
(1987), Leído y anotado (1998) e Invitación a la lectura (2001).Sobre su
poesía dijo el poeta en una entrevista: “Tengo
una tendencia a la concentración, procedo por concentración y sobre todo por
eliminaciones. Le tengo mucho temor a la palabra vacío y pongo muy a prueba eso
revisando y no vacilando en sacar lo que pienso ya no dice nada. Dicen algunos
amigos que esto puede convertirse en una manía que lo condene a uno al
silencio, pero creo que vale la pena correr ese riesgo si se logra formular
alguna idea o vivencia poética que pueda tener significación para los lectores.
Que se sientan acompañados.”! Miguel Gómez
la define: “Llena de exilios, reinos desaparecidos,
pérdidas diversas, hay en la poesía de Pedro
Lastra rastros de una melancolía perseverante. Esta podría asociarse con
un vago romanticismo; tal impresión, desde luego, sería falsa, no solo por la
disciplina y la restricción "clásicas" de sus versos”
Consta
Baladas de la Memoria de 86 poemas, ocho de ellos inéditos. De
acuerdo con el título, la memoria es el tema nuclear de estos poemas. El
recuerdo de su Chile natal “Mi patria es
un país extranjero, en el Sur/ en el que vive una parte de mi/…/ A veces yo recuerdo el país en que nací/ y
veo como siempre/ sucesivos fantasmas/…” encierra en su leve nostalgia una especie de
crítica velada. En realidad hay en esa nostalgia un cierto reproche. Así en el poema que abre el
libro, “Mano tendida” , dirá: “ ¿Quién te exilió de mí, o me exilié yo
mismo/ como de mi tierra?” .. Y esa
memoria desciende hasta los tiempos
primeros: “…estoy solo en la casa,/ mi
padre mira un árbol en el patio,/ las flores,/ pienso en la primavera y sé que
es Chillán…”, y aquellos días que
tiempo después revivirán: “ …Hablaremos
sentados en los parques/ como veinte años antes,/ indignados del mundo,/…”. Hay
también una invocación a ese tiempo y
las frustraciones de su imposible retorno: “Recuerda,
pues, recuerda/ que a la vuelta de las estaciones/ tú serías mi principio de
realidad, / y no hubo estaciones ni regresos,…”. Memoria siempre vigente: “De su memoria sale…./ …/ Abres la puerta
de su memoria/y entonces sales tu…”, “ Y
la memoria como el mar, / incesante, instantáneo…”
Y esa
memoria se hace elegía: “Hace justo diez
años/ Javier Lentini y yo éramos inmortales…”, y tiempo y nostalgia hablan del maestro
Ricardo Latcham : “ Todo es cuestión de
tiempo, como se dice,/ para encontrarlo a Vd., también como se dice,/ a la
vuelta de la esquina. Entonces /el discípulo y el maestro seguirán dialogando…”
o de los amigos: “… Enrique Lihn,
amigo de mis mejores días/ (esos que no llegaron)/ qué puedo hacer por fin/
para encontrar el reino que solo el sueño crea…”, “ Yo digo Roque, Roque,/ y
empieza esta función como en un cine continuado/…”.Elegía que a veces deja
transitar el dolor: “Deja pasar los años,
Víctor Jara, / en el tiempo que viene/ nadie recordará/ al oscuro hombrecillo
que ordenó que murieras…”. El tiempo, ese factor elemental de la memoria,
con el que la elegía y el recuerdo traban la inconmovible presencia de lo
pasado es asimismo factor primordial en esta poesía: “ El futuro no es lo que vendrá/ (de eso sabemos más de lo que él mismo
cree)/ el futuro es la ausencia…”, “ Y vinieron los días/ ajenos a sí mismos, /
y de nuevo el destello…”. Tan presente la fugacidad y el juego verbal de su
contrario: “Y éramos inmortales. Nuestras
flechas/ daban justo en el blanco…”
Y el
amor, el tiempo del amor, ocupan un
lugar primordial en los versos de Lastra;
mas de una forma singular, dotando al poema de una honda perspectiva en la que
espacios y tiempos se entrecruzan en una labor que huye del vacío. En solo dos
versos, una definición: “Dolor de no ver
juntos/ lo que ves en tus sueños.” .La
hermosa elaboración de la ausencia: “…nunca eres más bella que cuando sé que
eres/ la que no está conmigo…”, “ Tu nombre es
tan hermoso como el vuelo de un pájaro/ que abandonando el dulce refugio
de sus árboles/ se perdiera en el mar llenos de alas/ que le inventó la noche
por amor.” , “…cuando el viento derrama/ tu cabellera sobre mi memoria.” y
la enjoyada espera : “Mientras espero tu
llegada/ las aves sobrevuelan el jardín silencioso/ ellas también te esperan/…/
y te veo venir por un claro del bosque/ junto al agua real…” y el encuentro,
felizmente cantado: “… la rosa de tu
cuerpo,/ tan viva,/ desplegada/ latiendo en cada uno de mis cinco sentidos.” y
anclado en el deseo de su eternidad en
dos sencillos y hermosos versos: “ Quiero
ser inmortal/ para seguir amándote.”
Una poesía
fundamentalmente concisa, con la medida exacta de las palabras precisas
en una austeridad de la que Gonzalo
Rojas dijo : “…hoy lo raro es una palabra así, como la suya, donde no hay sílaba que
no se justifique en el ejercicio magistral …” , simple y sencilla “cortesía del recato”, demostrando en este magisterio el control absoluto de la
lengua. ©F.Basallote
Publicado en Papel Literario, 10/03/2011
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