RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
PERDURABLEMENTE ANFETAMÍNICO
de José
Manuel Prado Antúnez.
A propósito de
"PERDURABLEMENTE ANFETAMÍNICO" de José Manuel Prado Antúnez.
Editorial:
Gran Vía Burgos,
2009
Desde su contundencia experimental enriquecida de matices
semánticos en los que la palabra adquiere a veces una consistencia de
procedencias ígneas, endurecida en tensiones de antigua rabia telúrica,
nos trae José Manuel Prado-Antúnez (Baracaldo, 1963) un poemario en el
que profundiza sus constantes poéticas manifestando tanto un
proceso de madurez como una acentuación de las fuerzas profundas que
enriquecen las raíces de su poesía.
Dice Marta Rivera de la
Cruz que “Hay una furia antigua en estos versos, un
montón de preguntas cuya respuesta aterra, tal vez porque la verdad siempre nos
da miedo.” Y es que este poemario prevalece un universo interior,
dolorido y agrio, duro y a la vez catártico, que se abre al lector con la
crudeza y honradez de quien ha profundizado en sí mismo hasta subniveles
antropológicos metapoéticos.
Poeta roca, de aristas berroqueñas, apenas dulcificadas por los
vientos y las heladas, poeta tierra de hondas y antiguas verdades y
primordiales sufrimientos se manifiesta aquí desde su rotundidad telúrica: “
Si, me abriré las viñas, me desangré a los duros valles,..” , “Te
derramé salitre en la frente...”, “...Marchita tierra, ombligo estéril…”,
en versos donde la memoria se iza como lábaro de una batalla con el lastre de
su propia existencia: “En la ciudad nací que flota sobre un río,/ su vivo
flujo lo cruza mi mal patito feo…”,” Salitre y sangre, muere la ola y yo nazco/
de un ojo mustio,…”, “ Nací en la sima abrupta y salina, / flotó en mis dedos
roja la culpa, el estigma.” ,dulcificada a veces por brisas de nostalgia:
“Mi mariposa rota vuela/ a ese sinuoso tiempo, …”., “ Muere una niña
sobre la blanca sábana…” y con una absoluta certeza: “
…soy el niño/ que escuchará caer el hacha de piedra,..”, niño que
en su memoria conserva el recuerdo más puro: “Todo vivía lleno de ángeles y
arcángeles”, que culmina en Ayer, ahora, carga
explosivos Ángel Prado, poema terminal , hermoso y distinto en el
que el corazón se manifiesta en su total pureza.
En tan abigarrada constelación tiene el amor su presencia, a
veces dolorida, “Cuando a tus senos me abrazo y lloro…”, otras veces
gozosa: “Tacto de nieve, llega grisáceo y arrea/ todo mi amor lo arrastra,
accesible marea,/ un devaneo, un gozo...”, a veces interrogativa: “¿
Quién desde fuera, amor, te considera? ., y otras definitoria: “
Tu agua de ásperos collados es amar…”.
Poeta vivo, de honda vivencia, que en su dolor arrastra la
grandeza de su herida y la enseña absoluta de la verdad: “Vomitaré
escorpiones a la herida/ en una oblicua agonía…” , “Examinaré mi carga
con curiosidad de monstruo,/ con los estigmas en las manos”, y al mismo
tiempo deja constancia de una búsqueda : “ Busco respuesta, espectro del
sermón, …”, “Encontraré a ese hombre, lo crucifico/ Y me acompañan treinta
nombres, como valor de cambio.”
. Lenguaje
pleno de metáforas contundentes y al mismo tiempo incisivas, se acompaña
a veces de imágenes de una gran plasticidad que nos recuerdan cuadros de
Chagall, como “Fotografías níveas, la mujer que silba/ una desnuda
rusa bajo la luna muerta,..” o “Vuele en el cielo un cuervo y tiña a todo
niño,…”, utilizando la rica materia de las palabras para elaborar
una vez más el misterio constante de la creación de un mundo, labor del poeta
que llega a manifestar que “ Una labor eterna, me anega y me sepulta.”
En este libro descarnado, duro, de esplendida factura poética,
encontraremos la verdad pura, honesta verdad de un poeta maduro que como dijo
Leopoldo de Luís “es capaz de investir a la palabra de un valor nuevo.” el
valor siempre renovado de quien tiene la palabra como sendero.
©F.Basallote
Publicado en
Papel-Literario, 29/08/2009
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