RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
LUGARES QUE FUERON TU ROSTRO
DE JOSÉ
CARLOS CATAÑO
UN POETA DE LA DISTANCIA
ACERCA DE "LUGARES QUE FUERON TU
ROSTRO" DE JOSÉ CARLOS CATAÑO.
EDITORIAL BRUGUERA. BARCELONA.2008
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….En las viejas casas
cerradas,
Palomares enfermos,
No ha vuelto a oírse
la luz del día,
….
Habré muerto, pues
vuelvo
A las calles aquellas
y dicen conocerme.
Poeta de la memoria,
José Carlos Cataño (La Laguna,
1954), revive desde el espejo no el espacio luminoso de un tiempo perdido que
sería recuerdo, sino algo más profundo, tan cerca del corazón que es sangre de
palabras, emoción reconocida en el sueño de un mar, en las imágenes recobradas
de una luz que viene de nuevo desde un cielo topacio, desde unas nubes, desde
las montañas lejanas en los húmedos alisios, una vida que se hace dolor y
presencia.
Dijo en cierta
ocasión: “Soy poeta de la distancia.
Escribo hacia el pasado. Miro a mis islas desde ese mito inaprensible, desde
esa inaccesibilidad que trastoca mi alma…” Y desde ese
extrañamiento reconstruye su vida reviviendo aquellos lugares donde la juventud
y el amor fueron el rostro verdadero del ser, hoy palabras…
Mas hay en su poesía
no sólo el reconocimiento del espacio, sino la identificación y búsqueda de la
luz: “ La luz podría ser la misma/ Cuando
de verdad era cierto/…” , “…el solo día,/El solo sol diciendo/ El único
espacio…” porque “Cuando todo
se apaga/ Viene otra luz,/…” , “…Sólo la luz buscada casi abierta,/ Encarnada
en los trazos de estas letras…”
Luz que reconstruye
espacios y tiempos, figuras de olvido “..Que
cruzan por tu sombra y la confunden/Con la tarde caída en las hojas.”
, la juventud, su embriaguez vital: “ Ah,
juventud, noche aspirada/ Hasta el fondo, viviendo/ El infinito y lo diverso...”,
Y hay un espacio en
el que el poeta es él, el ámbito natural, el mar, el cielo, el viento: “ Sólo por eso el cielo siempre/Es la misma sed
de irse.” , “Con sed de transparencia, el mar a oscuras/ Latiendo en otra
parte…”, “…Otro amanecer, la cabaña/ Entre los sombríos redobles/ del viento…”
, “El mundo se deshace en nubes...”, con deslumbrantes versos como “ El crepúsculo de plata vira al oro,/Vira al
polvo de oro,/ El oro al violeta, a los lugares de la dicha: “ En los cañaverales./ De donde vengo adonde soy,
dispuesto / Todo está…” y del dolor: “ Bajo a la calle, todos los rostros/ De la muerte me vienen de
frente.” la descarga/ Eléctrica del azul…”o imágenes tan hermosas
como “Viento del alba,/Los ruiseñores.” ,
tan sintética como un haiku.
Se pregunta el
poeta: “Adónde va lo que sentimos,/
Adónde va lo que miramos y se nos pierde...” y dice “ Para que no se consuma mi
corazón con tu recuerdo./ He de apagar el latido que ahora me duele de ti…/”
quedando sólo “ Del fulgor antiguo en las
venas./ Nada más que un hueco latiendo,/ Nada más que una llaga oscura.”
Un bello poemario,
al que se accede como a una revelación por los senderos de una belleza
circular, envolvente y concéntrica hacia el punto mismo del enigma más
profundo: el hombre en el territorio íntimo de su soledad.
©FRANCISCO BASALLOTE
Publicado en Papel
Literario,28/11/2008
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