martes, 19 de marzo de 2013

RESEÑAS III - POETAS ESPAÑOLES. José Carlos Cataño, "Lugares que fueron tu rostro"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
LUGARES QUE FUERON TU ROSTRO
 DE JOSÉ CARLOS CATAÑO
















UN POETA DE LA DISTANCIA
ACERCA DE "LUGARES QUE FUERON TU ROSTRO" DE JOSÉ CARLOS CATAÑO.
EDITORIAL BRUGUERA. BARCELONA.2008




 


….En las viejas casas cerradas,
Palomares enfermos,
No ha vuelto a oírse la luz del día,
….
Habré muerto, pues vuelvo
A las calles aquellas y dicen conocerme.







Poeta de la memoria, José Carlos Cataño (La Laguna, 1954), revive desde el espejo no el espacio luminoso de un tiempo perdido que sería recuerdo, sino algo más profundo, tan cerca del corazón que es sangre de palabras, emoción reconocida en el sueño de un mar, en las imágenes recobradas de una luz que viene de nuevo desde un cielo topacio, desde unas nubes, desde las montañas lejanas en los húmedos alisios, una vida que se hace dolor y presencia.


Dijo en cierta ocasión: “Soy poeta de la distancia. Escribo hacia el pasado. Miro a mis islas desde ese mito inaprensible, desde esa inaccesibilidad que trastoca mi alma…” Y desde ese extrañamiento reconstruye su vida reviviendo aquellos lugares donde la juventud y el amor fueron el rostro verdadero del ser, hoy palabras…


Mas hay en su poesía no sólo el reconocimiento del espacio, sino la identificación y búsqueda de la luz: “ La luz podría ser la misma/ Cuando de verdad era cierto/…” , “…el solo día,/El solo sol diciendo/ El único espacio…” porque “Cuando todo se apaga/ Viene otra luz,/…” , “…Sólo la luz buscada casi abierta,/ Encarnada en los trazos de estas letras…”


Luz que reconstruye espacios y tiempos, figuras de olvido “..Que cruzan por tu sombra y la confunden/Con la tarde caída en las hojas.” , la juventud, su embriaguez vital: “ Ah, juventud, noche aspirada/ Hasta el fondo, viviendo/ El infinito y lo diverso...”,

Y hay un espacio en el que el poeta es él, el ámbito natural, el mar, el cielo, el viento: “ Sólo por eso el cielo siempre/Es la misma sed de irse.” , “Con sed de transparencia, el mar a oscuras/ Latiendo en otra parte…”, “…Otro amanecer, la cabaña/ Entre los sombríos redobles/ del viento…” , “El mundo se deshace en nubes...”, con deslumbrantes versos como “ El crepúsculo de plata vira al oro,/Vira al polvo de oro,/ El oro al violeta, a los lugares de la dicha: “ En los cañaverales./ De donde vengo adonde soy, dispuesto / Todo está…” y del dolor: “ Bajo a la calle, todos los rostros/ De la muerte me vienen de frente.” la descarga/ Eléctrica del azul…”o imágenes tan hermosas como “Viento del alba,/Los ruiseñores.” , tan sintética como un haiku.


Se pregunta el poeta: “Adónde va lo que sentimos,/ Adónde va lo que miramos y se nos pierde...” y dice “ Para que no se consuma mi corazón con tu recuerdo./ He de apagar el latido que ahora me duele de ti…/” quedando sólo “ Del fulgor antiguo en las venas./ Nada más que un hueco latiendo,/ Nada más que una llaga oscura.”


Un bello poemario, al que se accede como a una revelación por los senderos de una belleza circular, envolvente y concéntrica hacia el punto mismo del enigma más profundo: el hombre en el territorio íntimo de su soledad.



©FRANCISCO BASALLOTE
Publicado en Papel Literario,28/11/2008








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