RESEÑAS DE OBRAS DE
POETAS HISPANOAMERICANOS
LA CIUDAD DE
JORGE GALÁN
SOBRE
“LA CIUDAD” DE
JORGE GALÁN
Premio
Internacional de Poesía Villa de Cox,2010
Pre-Textos,
2011
JORGE
GALÁN (San Salvador, El Salvador, 1973). Licenciado por la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Ha obtenido varios
premios literarios. En el Salvador ha obtenido: Premio Nacional de Novela
Corta. CONCULTURA, 2005; Premio Hispanoamericano de Poesía de los Juegos
Florales de Quetzaltenango, Guatemala; Premio Nacional de Novela Corta. CONCULTURA, 2004; Gran Maestre de Poesía
Nacional de El Salvador; Premio Nacional de Poesía de El Salvador,
1996. En España ha obtenido el Adonáis, 2006; el Internacional Antonio Machado
en 2009 y, el siguiente año, el Internacional Villa de Cox.
Ha publicado, entre otros, los libros: Los otros mundos (Alfaguara
infantil,2010), Breve Historia del alba,
(Rialp, 2007); La habitación ( DPI,
2007), El Día Interminable(DPI. 2004);Tarde de Martes (Colección del Premio
Hispanoamericano de Quetzaltenango, Guatemala, año 2004.)
El crítico salvadoreño Francisco Andrés
Escobar, dice acerca de la poesía de Jorge Galán: “… es una poesía que viene de un largo
estudio de la historia, la teoría y la técnica de la expresión poética… La
poesía de Jorge tiene profundidad y sonoridad. La primera virtud le viene del
sentimiento auténtico; la segunda, del certero dominio del verso, en sus
distintos metros, y del dominio del procedimiento poético para alzar, con
palabras, eficaces imágenes y metáforas.”
Respecto
a la obra presente el autor en una entrevista a la periodista salvadoreña Gabriela
Mendoza Domingo, responde entre otras cosas lo siguiente: “Tenía una necesidad de decirme cosas sobre
ese entorno cotidiano, sobre lo que veía en la calle, sobre el miedo que ha
enfermado a esta ciudad, sobre la violencia de todos los días. Este libro es
una reflexión sobre eso.”, sobre la necesidad de escribirlo y, sobre los aspectos formales de oscuridad y violencia dice: “tiene cosas muy oscuras puesto que es un
reflejo de una ciudad tan sombría como la nuestra. La muerte es el pan de cada
día aquí. Vivimos en el espanto.” y “La que vivimos en El Salvador, la que
respiraba todos los días cuando iba al trabajo o veía las noticias o la que
escuchaba en la oficina, la violencia de ir por la calle o subirse a un
autobús, algo tan simple pero que en nuestro país produce una tensión
constante, como si se estuviera a punto siempre de encontrarse una escena de
muerte.”
Tiene
La Ciudad, dentro de su unidad tres partes: El silencio, La niebla y Lo real. En El silencio, el tiempo se detiene en los espejos de la memoria: “Hablaban de 1912 y un aroma de anís/ bajaba
por las escaleras como una vieja dama todavía elegante./…”, un tiempo que no quiere emerger en el sabor gris
de la cotidianidad : “…Como un hombre está hecho de sus tantas
historias/ soy aquello que olvido./…” , ya que “…Existimos
tan sólo en el pasado/ y el pasado no existe porque nadie podría / poner un pie
sobre el pasado./…”. La niebla es la agobiante presencia de la cotidiana
pesadumbre de la ciudad asediada, en la que las pérdidas elevan la categoría
de la tragedia, “La ciudad se ha reducido a un murmullo lejano…” y en ese paisaje:” la veo marcharse calle arriba como quien ve su propia alma/
abandonar su cuerpo y ascender y perderse./…” y el tiempo vuelve a ser una
medida de lo imposible: “…¿Cuántos años
de espera me acompañan?...”, en el que sólo la nostalgia pone una cierta
luminosidad: “…Pequeño antiguo amor y si tus brazos/ y si todo tu cuerpo cayese
sobre mi/ como esa nieve que cubre los caminos…” . En Lo real, se manifiesta con mayor intensidad el
desasosiego de una ciudad sombría: “ …la
ciudad que se hundía en el fango/ como una viuda ensombrecida,…”. La vida
en un barrio joven protegido por barreras
“ Como una ciudad solemne de hace
quinientos o mil años/ este pequeño barrio joven está rodeado de murallas…”, una
terrible cotidianidad en una ciudad que
“ ha modificado nuestras almas
originales,/ las ha provisto de una esencia distinta/ y esa esencia es
semejante a la del animal/ en el instante de proteger la cueva del refugio/ a
punto de la primera nevada.”.
Difiere esta poesía que el propio autor denomina de la cotidianidad , de otros autores
seguidores de dicha tendencia en que la emoción reflejada viene transida de una
tensión existencial que de alguna manera es como un índice acusatorio de la
vida urbana, aunque limitada a su propia experiencia personal ; pero que podría
muy bien trasladarse a otros ámbitos en los que
la vida urbana nos viene impregnada de insolidaridad y de violencia, en
ningún modo exclusivos de esta ciudad poetizada en su dolor , sino
desgraciadamente bien patentes en una dolorosa y triste cotidianidad. Es pues
una obra poética muy actual.
©F.Basallote
Publicado en Papel Literario, 2/11/2011
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