RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS
VIENTO DE CUCHILLOS de ROCÍO HERNÁNDEZ TRIANO.
ENTREGARSE A LA PALABRA
A propósito
de VIENTO DE CUCHILLOS de ROCÍO HERNÁNDEZ TRIANO.
Ed. EN
HUIDA. Sevilla, 2010
¿Quién no siente una enternecedora
evocación al ver entre sus manos el temblor de una opera prima?. Máxime cuando la misma es una intensa elegía de los
instantes del amor, y en el verso se trasluce una madurez poética necesitada de
abrir al mundo exterior ese río fluyente que en su corazón mana con una sabiduría de tiempos y de
anhelos. Opera prima es este Viento de cuchillos de Rocío Hernández
Triano, que a su premio extraordinario en Filología Hispánica por la Universidad de
Sevilla, y a su docencia en Literatura,
une su presencia en diversos foros literarios y culturales. Una muestra
de su poesía se incluye en las antologías No
quedará la noche (2004), Poesía viva
de Andalucía (2006), así como en
diversas revistas y páginas webs.
Es pues esta opera prima una obra bien cimentada, de una poeta de consolidada
formación y una cierta experiencia en los mundos del verso que hacen que Viento de
cuclillos, sea un
interesante aporte a la nueva poesía que se está haciendo en nuestra tierra. Y
no queremos decir con esto que introduzca llamativas innovaciones en la poesía,
no, sino que al tratar un tema universal en la poesía como es el amor lo hace,
sí, con todo el desgarro que el mismo exige; pero con una pulcritud de asentada
poeta que sabe tratarlo con la fuerza
constante que el mismo ha exigido a los poetas por encima de los tiempos. Ella
misma dice: “Escribir es un acto
doloroso. Supone escarbar en la conciencia, descalichar las paredes de la
memoria, entregarse a la palabra. “
Consta Viento de cuchillos de tres partes: Tinieblas, Penumbra y Vislumbre. En la primera ese viento turbador del amor se define en su primer poema: “Es el amor un viento de chuchillos/ y una
alberca de fango el abandono…”. Están pues, presente los polos opuestos de
la pasión, el amor y el desamor; la presencia y la ausencia, el haz y el envés
…: “En
una misma cama, dos orillas distintas,/ soportan el silencio los amantes./…/
Pero ninguno duerme,/ pero ninguno besa/ o llama/ o roza; …” . Y es tan
presente el polo negativo, la pérdida del amor que se eleva el lamento: “Porque voy a estar sola/ porque estaremos
solos/ y ciegos y desnudos/ como todos los muertos…”. La muerte del amor
tras la que en un poema las palabras adquieren un valor iconográfico más
potente, imágenes riquísimas que alzan en su plástica el fulgor doloroso de la
pérdida: “Carcoma./ Helada mariposa./Cien
pájaros de escarcha/ contra un cielo de ceniza./ Negro pez de las sombras./
Araña/ que enhebra tenebrosa/ con sus hilos de muerte/ la malherida fe de los
amantes…” .En Penumbra, se
manifiesta el látigo doloroso de la memoria: “…Te recuerdo, aún caliente, / dando tumbos y tumbos por los campos
azules/ hasta quedar deshecho como un terrón de tierra./..” para llegar a decir: “…el recuerdo es una fiera pestilente/que habita en su guarida de
alimaña.”. En Vislumbre hay un resquicio en el que “Tu
amor es una tregua cruel de amparo corto…” en el que basta muy poco: “…tus manos/ piedra angular/ delicia última.
Lo suficiente.”
Un poemario que no es la
incertidumbre del novicio, sino una manifiesta factura de dominio de la
palabra, que explora senderos enriquecedores, en los que aún en la sencillez y
en la brevedad del poema, - es en éstos donde acentúa dentro de su claridad el
vigor poético, la mas rica elaboración de las metáforas,- muestra los espacios por donde probablemente
discurra su poesía: lo sugerido, la concisión, lo intuido, la entrega a la
palabra……
©F.Basallote
Publicado en
Papel Literario, 25/04/2011
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