RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS
TAMBIÉN
MIS OJOS de LAURA ROSAL
Sobre TAMBIÉN MIS OJOS de LAURA ROSAL
Edita : Cangrejo Pistolero Ediciones.
Sevilla. 2010
No cabe duda que la poesía española está cambiando; pero es un
cambio lento, silencioso y a la vez profundo, no se trata de una revolución ni
un corte brusco, es como una silenciosa penetración en el ámbito poético de una
joven generación que como un descendimiento biológico aparecen de forma y voz
plural en todos los rincones del país cargados de una verdad que late en sus corazones, que se reconoce en
las voces pasadas pero que se acoplan al ritmo del nuevo tiempo
pausadamente, no vienen con actitudes
despectivas, antes bien respetuosamente con las poéticas que le precedieron y
de algunas de las cuales beben; aunque han buscado en otras raíces el elixir
que les alimenta, descubriendo sus espejos poesías hasta ahora intangibles para
muchos poetas anteriores.
En estas páginas hemos dado cuenta de obra de autores jóvenes,
algunas de ellas óperas primas con tan
alto grado de madurez que demuestran que no se tratan de advenedizos sino de
serios valores a tener en cuenta. Hemos reseñado novedades poéticas de toda
España y hemos de decir que casi un 15 %
de ellos son menores de 40 años y si nos ceñimos a escritores de Andalucía, el
porcentaje anterior se aproxima al 25 %, mientras que el de los menores de 35
años es del 20 %.
Hoy, con Laura Rosal (Jerez de la Frontera, 1988),
evidentemente baja la media de edad pero al mismo tiempo su obra También mis ojos, nos reafirma en que
late con fuerza una poesía prometedora que sin duda viene a enriquecer la
poesía española.
Dotada de un dominio de la imagen, Laura Rosal enriquece
plásticamente su poesía , no sólo con formas sino con el sentido cromático de
sus poemas y con una gran capacidad
sintetizadora se aproxima al impacto instantáneo del haiku: “Descollando
azul/ En mi cabeza/ siempre llueve…”
,la imagen potente “…Sobre el sol
níveo/ El cuerpo niña/ Arqueado…”, “ La
luna se resbala/ de mi cama…”, el color , “…Rojo sangre, /Arrebol, / una luz infantil…”
Con prólogo de Andrés
Neumann que dice: “Este libro está lleno
de una mezcla sagrada de ida y vuelta” , el libro está dividido en cuatro
partes: La extranjera, En la noche oscura, Sangra luz
y También mis ojos que da nombre al libro.
Aunque la primera parte, precedida del versículo de Anne Sexton “ Welcome, roots”, quiere ser un
descendimiento al origen, ya la poeta
dice que “…el origen es sólo/ Un cerrar
los ojos./ Mirar el vacío, desafiante…” ; pero transversalmente está el
amor y la noche, presentes constantemente en el libro, aportando las claves a
la vez que el soporte estético del poemario: “ Abandonarme a la noche./ Abandonarme/ En el poema que no escribo…”, ,
“Por ti me duelo/ me soy infiel/ Callo a la tormenta/ entre mis brazos.”
En La noche oscura, abierta con el verso “la luz es demasiado grande para mi infancia” de Alexandra Pizarnik , el
lirismo trasciende de la noche, se hace bella filacteria en la cúpula del amor, “
¿ Y cómo no voy a tragarme todas las flores/ Del cuerpo y delinear tu sombra ,/
Cuando ya te estés yendo?”, y es que
el dolor llega a ser hermoso: “ Un dolor
bello: /El dulce peso de la noche/ al hundirme las costillas.”, terminando con tan bello poema : “ Un pájaro en el pecho/No una tristeza/Un
sollozo enjaulado.”, Síntesis rotunda.
Sangra luz es la tercera parte, que se inicia con el verso de Nuria Ruíz de
Viñaspre: “Vivir es una herida abierta”, y
en la que en poemas cortos se intensifica ese río lírico que recorre el libro,
con imágenes afortunadas y un dulce
decir: “ No me tenses la cintura/ Ni te
introduzcas como agua/ Ni me beses los párpados/ No me recuerdes al frío”
, “ Se abrió la cabeza con silencio:
/Sólo salieron ángeles.”. Imágenes y color: “ Tuve que borrarme el rojo/ de los labios. El rojo/ de las uñas. El
rojo/ de mi dulce estrategia/ derrotada./”. Y el amor: “Sobre la piel húmeda,/ un piano tenue/ Paladar que se acaba.”
También mis ojos, con el verso de Marguerite Duras “Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde”,
es un final redondo para un libro en el que los sentidos se extienden como
enredadera por unos versos ascendentes en sueños y sentimientos, y donde la
ausencia escribe “Mis ojos también tiene
veinte años/ Mi cuerpo /no/ Mis ojos no están.” , y está presente el olvido: “ Y me temes y me amas y yo quisiera/ que
nunca olvidaras mi sangre…”, para
concluir “Te echo tanto de menos que te juro/ que trenzaría el llanto de los
pájaros/ si aparecieras a mi lado…”
Sin duda la fuerza lírica y la música interna en una factura
hábil e incisa hace de este libro primero de Laura Rosal un indicio certero de
una rica poética de la que pronto podremos gozar intensamente.
©F.BASALLOTE
Publicado en
Papel Literario, 28/04/ 2010
Francisco, tras las hábiles reseñas con que nos presentas a estos jóvenes poetas, se nos abren las heridas de sus ausencias en nuestras librerías. Heridas que solamente admiten una medicina: posar sus letras en nuestros estantes y permitir las caricias de sus versos en nuestro entendimiento, sediento de ellos....
ResponderEliminarAboro, es la humilde forma de contribuir a difundir este emergente patrimonio poético, que merece ser conocido por todos. Un abrazo, por tu interés y amistad.
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