domingo, 26 de mayo de 2013

RESEÑAS IV - NUEVA POESÍA SEVILLANA. Ana Alvea, "Interiores"



RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS

INTERIORES, de Ana Alvea









SUAVE SONATA , a propósito de INTERIORES, de Ana Alvea Sánchez
Ed. EN HUIDA. Sevilla, 2010

Ana Alvea Sánchez,.(Sevilla, 1969), publica su primer poemario, Interiores, . tras una experimentada  actividad en el mundo de la literatura:  Licenciada en Derecho y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada., se ha adentrado en el mundo de la palabra en actividades plurales de creación y difusión literaria, blogs y webs de pensamiento y creatividad , habiendo participado en los libros colectivos “Arde en tus manos” y “Mar de en medio”,  lo que hace de su trayectoria una intensa etapa de maduración poética que en  Interiores se manifiesta, con contenidos y, sobre todo, formas muy diferentes a las que se espera de una opera prima, ya que al fin y al cabo no es sino la manifestación impresa de una obra  ya pulida y suficientemente madurada.
Dividida en tres partes,   Surcos, Al final del día y En el encuentro, modula su voz existencial desde un recóndito yo que prevalece en todos los tiempos en una especie de tranquila transición, como una sonata en tres movimientos:  uno lento, un adagio y un final allegro.
Retorna lo ya vivido con la lenta persistencia de la memoria en Surcos, llegándose  a preguntar que sentido tiene la memoria si en ese tiempo recuperado vuelve el dolor   : “..¿De qué sirve? Dime,/ si abre llagas la memoria,…”, sin embargo reconoce la necesidad del recuerdo: “ Aunque temas convertirte en estatua de sal/ aunque gotee la nieve de tus huesos,/ aunque la memoria te entierre/ gira la cabeza y mira…”  y en ese recurso a la memoria  está el retorno a los lugares perdidos en el tiempo: “Entro en la casa de mi niñez,/ sus habitaciones guardan/ todos nuestros secretos…” y “…contemplo lo que fui,/ imágenes mutiladas de la memoria…”. Es un tempo que discurre con la cadencia de esas imágenes. En Al final del día, hay una vivencia comedida, en la que los altibajos existenciales  a veces se elevan en vuelos de trascendencia: “Este es mi cometido/  dibujar en graffiti/ sueños en el aire…”   , y el paso de los días, con su cotidianeidad deja  en la epidermis del sentimiento su vestigio: “ Mientras,/ el tiempo va rodando/ por mi piel, por mis sentidos…” . En la tercera parte de este poemario-sonata , En el encuentro, hay una luz distinta, un allegro que cierra sorprendido el paso de las horas.:”…vuelves tu/ y no me alcanza la voz.” , “…como quien descubre/ nuevo cada instante…”, “Como el calor de las chimeneas/ en los días de lluvia,/ eres tú/ un cálido lugar…” y en la exaltación del reencuentro “Acude la ternura a mi boca…” y  “…dos cuerpos desnudos/ bebiéndose el uno al otro.”  hasta conseguir  :” Un paisaje sereno:/ el mar, tu cuerpo…”.
Un poemario mesurado tanto en el desarrollo temporal como conceptual, en el que los ritmos se acoplan  a la medida de los pasos existenciales con una justa emoción  enraizada en una forma apropiada para su música de atardeceres ensimismados, de quien se acerca a los enigmas de la verdadera poesía  con el respeto asombrado de la palabra.  
©F.Basallote
Publicado en Papel Literario, 13/01/2011

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