viernes, 3 de mayo de 2013

RESEÑAS III - POETAS ESPAÑOLES. Javier Asiain, "El triunfo de Galatea"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES


EL TRIUNFO DE GALATEA de JAVIER ASIÁIN










PINTURA vs. POESIA
A propósito de EL TRIUNFO DE GALATEA de JAVIER ASIÁIN.
VIII Premio de Poesía “Claudio Rodríguez”
Hiperión. 2011


Javier Asiáin (Pamplona, 1970) ha publicado, ente otros libros, Unidad de cuidados intensivos     Premio a la Creación Literaria del Gobierno de Navarra, 2010; Testamento de la espiga (2008), Simulador de vuelo (2007), Votos perpetuos (Premio Internacional de Poesía "León Felipe". 2006) y Contraanálisis. Con El triunfo de Galatea, obtuvo el VIII Premio Internacional de Poesía "Claudio Rodríguez".
El triunfo de Galatea se basa en la fábula mitológica de Polifemo y Galatea reflejada en el fresco de Rafael Sanzio en la Villa Farnesina en Roma , una pintura inspirada a su vez en las Metamorfosis de Ovidio. Según éstas, Galatea era hija de Nereo  y de una divinidad marina siciliana.   Polifemo, el cíclope, estaba muy enamorado de Galatea, pero ella no le correspondía. El corazón de Galatea pertenecía al bello Acis, hijo del dios Pan  y una ninfa. Una vez que los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemo los descubrió. Acis intentó huir, pero el furioso monstruo le lanzó una enorme roca y lo aplastó.  El fresco representa a Galatea, de pie sobre una gran concha que sostiene con ambas manos las riendas de una pareja de delfines que la arrastran sobre la superficie del mar, mientras   unos amorcillos   le disparan   flechas, otras figuras son :una ondina que en primer término aparece sentada sobre un centauro marino que trata de aprisionarla entre sus nervudos brazos. Al fondo, varios centauros surcan las ondas, unos llevando a las compañeras de Galatea y otros tocando trompetas y sendos caracoles. En primer término, el Amor vuela hasta tocar las riendas, sujetando   a uno de los delfines como para indicar que todos los personajes de la composición se hallan sometidos a su mandato.
 El poemario   destaca por su forma, ya que Asiáin ha elegido en esta ocasión  como él mismo dice: "un lenguaje complejo y muy cargado de metáforas, lo que me permitía seguir fiel al Renacimiento y a la pintura de Rafael", de tal manera que según él: "Éste es mi libro más arriesgado, en el que más me he expuesto y el que más me ha agotado". Desde la Epístola a los Pisones, en la que Horacio unía pintura y poesía, ambas artes han ido de la mano en la historia del hombre, ya que el poder de sugerencia de la poesía se acerca al poder de percepción de la pintura.   Leonardo llegó a decir que: “La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega.” y Wallace Stevens montó toda una teoría sobre la similitud de dichas artes, entre las que Joan Miró decía  que no existía diferencia.

Esta estructurado el poemario en doce Cantos, en similitud con las doce figuras del cuadro y al igual que en éste todas las perspectivas y los puntos de vista de los doce personajes confluyen en la figura central de Galatea, las líneas de los doce cantos se centran en la amada, núcleo de un lenguaje exuberante con referencias a la pintura, la mitología, la literatura, especialmente renacentista y en una atmósfera en la que prima  un cierto surrealismo.  Y es el amor el más bello conjunto de versos esclarecidos y luminosos en los doce cantos, así si en el primer Canto, inicia con lo que podría definirse como declaración de intenciones: “ Voy  a la consumación de tu cuerpo/ como va Rafael a sus pinceles…” , estableciendo el paralelismo creativo  y la similitud de la amada con la Galatea triunfante y como en el cuadro, fuera del núcleo vívido de la tensión del amor no hay nada, aquí dirá el poeta : “Mas allá del fragor existe la nada invasiva…” . Y comienza a seducir a la amada : “ Tu pecho duerme reposando la sangre bautismal de las mañanas/ Girasol sediento encumbrado de rocío…”; “…Tus senos son el pan de la providencia…”;  “…Así he ascendido hasta el vértice perdido de los símbolos/ hasta hundir la lengua en el libro azul de los significados…”  y desde su niebla reclama a la amada: “ Ven a mí desde la ojiva del temblor…”, y la buscará  “ …navegando hacia tu cuerpo y sus costuras imposibles/ con el veneno del poema golpeando/ sobre el remo codicioso de la sangre…”;” …porque sólo tú simbolizas el movimiento del mar/…/ tus senos encubiertos son dos bancos de bruma…”,  “…allí donde la lengua es oleaje insólito…”, confesándose  desgarradoramente: “ Ave mía toda agua/ Galatea estremecida y precipitadora / Soy tu Polifemo mitad hombre, mitad bestia.”, reclamando en el Canto XII “El Triunfo final ante la muerte.”.

Si las palabras de amor a esa amada triunfal constituyen el núcleo de los doce Cantos, está presente el espíritu de los clásicos propio del Renacimiento  : “ …yo aspiré a la luz/ como a un poema de Virgilio…”, “….los labios redentores de Homero y Filoxeno/ de Ovidio y Virgilio/ de Píndaro y Hesíodo, Catulo y Horacio…” y cómo no, los hombres del Renacimiento, aparte de Rafael, “…el testamento prodigioso de Leonardo/la mirada en pie de Perugino/ el sol violento sobre las cúpulas exaltadas de Florencia.”, “…el beso disidente en la “Rinástica”· primera / de Petrarca y de Bocaccio…”, así como una especial alusión a la música, la otra arte hermana de la poesía,: “ …el violín de Arcangelo Corelli agitado como un río/ en tus ojos cinquecentos…”  , “…escucho / las sonatas de Biagio Marini en cada poro alucinado…”.

Y todo ello en un lenguaje surrealista enriquecido con imágenes deslumbrantes, que con su desbordamiento lo alejan de lo que sería un poemario estrictamente culturalista, con lo que perdería actualidad , cosa que consigue en el tratamiento insólito del cuadro de Rafael, que instrumentaliza poéticamente con gran acierto .

©F.Basallote
Publicada en Papel Literario, 9/08/2011


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