RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
EL TRIUNFO DE GALATEA de JAVIER ASIÁIN
PINTURA vs. POESIA
A propósito de EL TRIUNFO DE GALATEA de
JAVIER ASIÁIN.
VIII Premio de Poesía “Claudio
Rodríguez”
Hiperión. 2011
Javier Asiáin (Pamplona, 1970) ha publicado, ente otros libros, Unidad
de cuidados intensivos Premio a la Creación Literaria
del Gobierno de Navarra, 2010; Testamento de la espiga (2008), Simulador
de vuelo (2007), Votos perpetuos (Premio Internacional de Poesía
"León Felipe". 2006) y Contraanálisis. Con El triunfo de
Galatea, obtuvo el VIII Premio Internacional de Poesía "Claudio
Rodríguez".
El
triunfo de Galatea se basa
en la fábula mitológica de Polifemo y Galatea reflejada en el fresco de Rafael Sanzio
en la Villa Farnesina en Roma , una pintura inspirada
a su vez en las Metamorfosis de Ovidio. Según éstas, Galatea era hija de Nereo y de una divinidad marina siciliana. Polifemo, el cíclope, estaba muy
enamorado de Galatea, pero ella
no le correspondía. El corazón de Galatea
pertenecía al bello Acis, hijo del dios Pan y una ninfa. Una vez que los amantes se
encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemo los descubrió. Acis
intentó huir, pero el furioso monstruo le lanzó una enorme roca y lo aplastó. El
fresco representa a Galatea, de pie sobre una gran concha que sostiene con ambas
manos las riendas de una pareja de delfines que la arrastran sobre la
superficie del mar, mientras unos amorcillos
le disparan flechas,
otras figuras son :una ondina que en primer término aparece sentada sobre un centauro
marino que trata de aprisionarla entre sus nervudos brazos. Al fondo, varios
centauros surcan las ondas, unos llevando a las compañeras de Galatea y otros
tocando trompetas y sendos caracoles. En primer término, el Amor vuela hasta
tocar las riendas, sujetando a uno de los delfines
como para indicar que todos los personajes de la composición se hallan
sometidos a su mandato.
El poemario destaca por su forma, ya que Asiáin ha
elegido en esta ocasión como él mismo
dice: "un lenguaje complejo y muy
cargado de metáforas, lo que me permitía seguir fiel al Renacimiento y a la
pintura de Rafael", de tal manera que según él: "Éste es mi libro más
arriesgado, en el que más me he expuesto y el que más me ha agotado". Desde
la Epístola a
los Pisones, en la que Horacio unía pintura y poesía, ambas artes han ido
de la mano en la historia del hombre, ya que el poder de sugerencia de la
poesía se acerca al poder de percepción de la pintura. Leonardo llegó a decir que: “La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega.” y Wallace Stevens montó toda una teoría sobre
la similitud de dichas artes, entre las que Joan Miró decía que no existía diferencia.
Esta estructurado el poemario en doce Cantos, en similitud con
las doce figuras del cuadro y al igual que en éste todas las perspectivas y los
puntos de vista de los doce personajes confluyen en la figura central de
Galatea, las líneas de los doce cantos se centran en la amada, núcleo de un
lenguaje exuberante con referencias a la pintura, la mitología, la literatura,
especialmente renacentista y en una atmósfera en la que prima un cierto surrealismo. Y es el amor el más bello conjunto de versos
esclarecidos y luminosos en los doce cantos, así si en el primer Canto, inicia
con lo que podría definirse como declaración de intenciones: “ Voy
a la consumación de tu cuerpo/ como va Rafael a sus pinceles…” ,
estableciendo el paralelismo creativo y
la similitud de la amada con la
Galatea triunfante y como en el cuadro, fuera del núcleo
vívido de la tensión del amor no hay nada, aquí dirá el poeta : “Mas allá del fragor existe la nada
invasiva…” . Y comienza a seducir a la amada : “ Tu pecho duerme reposando la sangre bautismal de las mañanas/ Girasol
sediento encumbrado de rocío…”; “…Tus senos son el pan de la
providencia…”; “…Así he ascendido hasta
el vértice perdido de los símbolos/ hasta hundir la lengua en el libro azul de
los significados…” y desde su niebla
reclama a la amada: “ Ven a mí desde la
ojiva del temblor…”, y la buscará “ …navegando hacia tu cuerpo y sus costuras
imposibles/ con el veneno del poema golpeando/ sobre el remo codicioso de la
sangre…”;” …porque sólo tú simbolizas el movimiento del mar/…/ tus senos
encubiertos son dos bancos de bruma…”,
“…allí donde la lengua es oleaje insólito…”, confesándose desgarradoramente: “ Ave mía toda agua/ Galatea estremecida y precipitadora / Soy tu
Polifemo mitad hombre, mitad bestia.”, reclamando en el Canto XII “El Triunfo final ante la muerte.”.
Si las palabras de amor a esa amada triunfal constituyen el
núcleo de los doce Cantos, está presente el espíritu de los clásicos propio del
Renacimiento : “ …yo aspiré a la luz/ como a un poema de Virgilio…”, “….los labios
redentores de Homero y Filoxeno/ de Ovidio y Virgilio/ de Píndaro y Hesíodo,
Catulo y Horacio…” y cómo no, los hombres del Renacimiento, aparte de
Rafael, “…el testamento prodigioso de
Leonardo/la mirada en pie de Perugino/ el sol violento sobre las cúpulas
exaltadas de Florencia.”, “…el beso disidente en la “Rinástica”· primera / de
Petrarca y de Bocaccio…”, así como una especial alusión a la música, la
otra arte hermana de la poesía,: “ …el
violín de Arcangelo Corelli agitado como un río/ en tus ojos cinquecentos…” ,
“…escucho / las sonatas de Biagio Marini en cada poro alucinado…”.
Y todo ello en un lenguaje surrealista enriquecido con imágenes
deslumbrantes, que con su desbordamiento lo alejan de lo que sería un poemario
estrictamente culturalista, con lo que perdería actualidad , cosa que consigue en
el tratamiento insólito del cuadro de Rafael, que instrumentaliza poéticamente
con gran acierto .
©F.Basallote
Publicada en Papel Literario, 9/08/2011
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