RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
RESPLANDOR de RAQUEL RICO
RESPLANDOR de RAQUEL RICO
Renacimiento. Sevilla, 2011
Raquel
Rico ( Málaga, 1948). Es profesora de Historia del Derecho en la Universidad de Sevilla
y autora de diversos libros de su especialidad.
Como poeta ha publicado Conciencia del instante (Dendrónoma,
Sevilla, 1984), Miradas (Quasyeditorial, Sevilla, 1993), De par en
par (Pre-Textos, Valencia , 2000) y Miscelánea Italiana (Signum,
Edizioni d’Arte, Milán 2005). Ha participado en los libros colectivos Poetas
en el Aula (1995), Palabras sin Fronteras - I Encuentro de Escritores
Huelva-Algarve (2002), A un poeta futuro (2003), Palavras sem
Fronteiras – IV Encontro de Escritores de Algarbe-Andaluzia (2006) y está antologada en Poesía Viva de
Andalucía., de la Universidad
de Guadalajara. México, 2006.
Ha obtenido, entre otros, los premios Nacional María
Espinosa y Luís Cernuda.
Tiene Resplandor, tres partes: A dos voces, Dos amores me habitan y
Lugares. Los poemas de A dos veces, están inspirados en los
Sonetos de Shakespeare , según la autora: “Los
poemas incluidos en “A dos voces” son el resultado de un reto: utilizar alguno de estos versos como temática de mis
propios poemas. En ellos las palabras de Shakespeare se integran en el texto o
son la cita que lo justifica.”. Los sonetos referenciados son los números
10,17, 52, 57, 58, 65, 71, 92 y 147.De algunos,como es el caso del soneto 52, los versos del poeta
inglés sirven de inicio: “Como un cofre es el tiempo en que tú estás
ausente.”, en otros como es el 58, los versos están incluidos en el
poema: “…porque viví contigo/ la
certeza más alta, esperar es lo mío/ y en ti mi confianza “, mientras que en
otros como es el soneto 97, está presente sólo como versículo que ha inspirado
el poema, en este caso “¡Oh, que frío en los huesos y qué días más
oscuros!”, servirá para
inspirar el poema [ De un pasado que mata…],
en el leemos “…Hiela el frío la savia/
barre el viento las hojas./ Su recuerdo es espina,…”.
Dos amores me habitan, toma el título a su vez del soneto 144 de Shakespeare :”Dos amores
me habitan, uno es paz y otro es llanto,/ como sombras que acuden a
tentarme sin tregua.” . Y ese tormento
llamado amor , o desamor en este caso, ausencia, desolación se hace presente en
estos poemas en los que la poesía de Raquel Rico torna a los tiempos
primeros y en el hermoso poema “[Oscuro,
insomne, herido y memorioso]…” cuyo
nombre rotundo procede del poeta
Servando Meana, en citación de Felipe Benitez, constituyendo el primer verso del mismo en el
que la poeta explica el daño de esos
cuatro adjetivos por “ …el amor que tuve y ya no tengo.”, y
afirma dolorida que “ La ausencia es un
espejo/ sin reflejo,/ es negación total,/ ojos cerrados/ y labios que, sin
labios,/ carecen de palabras./…”, siendo el presente memoria que “…En
el dolor germina/ la conciencia y ahora soy/ quien cultiva en el vacío/ sólo
una flor de cólera /y orgullo.”
La
tercera parte, Lugares, es un hermoso
cuaderno de viaje en el que la emoción deja su impronta en los sitios que su
sensibilidad evoca: “ Un hotel con hortensias/
a la orilla del Arno/ y este jardín/ en el que, un año más, brillan con dorada
inocencia / las hojas renovadas, / me bastan/ para sentirme en paz/ con lo
vivido.”. Paisajes e instantes, como
“Atardecer sobre el Arno”,: “…Caía la
luz/ con densidad de agua/ y el agua reflejaba/ su rosado fulgor/…” , o
sensaciones como en “Marina de la casa”: “El mar era un sonido/ un respirar constante/ a
orillas de la casa/…” o en “Cita en
Santiago”, donde a la sensación de la lluvia se une el látigo mordaz de la
memoria: “ Era entonces la lluvia/ un
repiqueteo de campanas,/ una bandada de paraguas/ que abrían/ y cerraban las
horas, / el breve tiempo del amor./…”. Para concluir que “Hay olores, sonidos/ que aún pueden conmoverme/….”, como un leve
resquicio para la esperanza.
Un
hermoso y trabajado libro, silencioso, sin alharacas ni vehemencias falsas,
antes bien hecho a la medida del sentimiento y con un arte mesurado en el que
ritmo y medida ponen el contrapunto a una poesía interiorizada que en la calma
de lo evocado se extiende con el suave resplandor de un ocaso de otoño.
©F.Basallote
Publicado en Papel-Literario, 11/04/2012
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