RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
PIEDRAS AL AGUA de ANTONIO CABRERA
EL MUNDO REFLEJADO
Sobre PIEDRAS AL AGUA de ANTONIO CABRERA
Tusquets . Barcelona,2010
Se
ha dicho de Antonio Cabrera (Medina Sidonia, 1958), que es un poeta de
aparición tardía. En el año 2000 su primer libro, En la estación perpetua,
consiguió el XII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe y el Premio
Nacional de la Crítica;
2001, pasando a formar parte de una elite
entre los autores más difundidos de su generación histórica . Para
Carlos Bousoño, era un libro de un poeta "del
pensamiento insólito". Tras este libro publicó una colección de haikus, Tierra en el cielo (Pre-Textos,
2001).y Con el aire (Visor, 2004), con el que obtuvo el XXV Premio
Ciudad de Melilla, así como el Premio de la Crítica Valenciana
2005.
El crítico Ángel L. Prieto de Paula, dice de su poesía que “recorre
los diferentes ámbitos de la naturaleza; pero, frente a lo que podía entenderse
en la literatura dieciochesca como una poesía de la naturaleza en función de
sus temas, la de este autor importa menos por los motivos que por mostrarnos
con asombrosa precisión el hilo de la reflexión horadando la realidad.” y
el mismo Antonio Cabrera ha asegurado
que escribe mezclando " la
contemplación de la naturaleza y la realidad externa con el pensamiento y la
reflexión",y sin mencionar su condición de filósofo, llega a decir que
"Mi poesía está muy cerca de la
filosofía".
Consta Piedras al
agua de tres partes numeradas: La primera es un canto detenido al mundo
exterior, al paisaje y al triunfo de la luz.
En la segunda parte el poeta deja traspasar el velo de lo observado por
las aceradas fíbulas de la nostalgia y la evocación. En la tercera, hay como un
retorno al mundo exterior, pero esta vez es más intensa la presencia reflexiva.
Se trata de una poesía meditativa en la que se patentiza un diálogo entre
visión y pensamiento, naturaleza y poeta, que en cierta manera y al estilo de
los maestros japoneses del haiku se considera fuera del mundo y del poema: “Canta el alrededor, no hables de ti…”,
dirá en El Alrededor, primer poema
del libro. Y como el haijin que
construye un haiku, se dedica a observar
el mundo, que le asombra y que como él intenta detener esos instantes de
iluminación, el “satori” del zen: “Lo que me ha detenido/ es la esgrima
entablada/ entre el sol y la sombra,/ los bordes exultantes/ donde el presente
se hace agudo.” , y esa
manifestación del mundo es capaz de penetrar en el mundo interior del poeta: “La urna donde pienso, por la que caminaba,/
la ha quebrado el silbido del pinzón…”
y se detiene en la belleza del
paisaje: “ El verde es vertical y
muy oscuro/ en los chopos, reniega de los brillos,/ es linde en el azul…”. Y
dirá en esa intercomunicación de espíritu y naturaleza: “Mundo/ he venido a tu tregua.”
Y en esta contemplación del tiempo detenido en el
estanque, - ¡otra vez la comparación con el haiku japonés y en este caso
con Bashô, con su haiku del estanque…!-
dirá en el poema que da nombre al libro: “...ahora
que no hay destellos,/ porque la luz se duerme en el regazo/ abierto y neutro
de este instante;/…/ ahora, justamente ahora/ voy a tirar piedras al agua / con
las que remover / este limo contrario/ este cieno exterior/ de las cosas
visibles…”. Hay en esta constante
intercomunicación poeta-mundo, un intento que va más allá de la pura
aprehensión hacia dentro para llegar a expresar una manifestación de las cosas
al exterior: “Seis orquídeas razonan en
el comedor. / Retienen blanco/ en sus pétalos blancos/ para poder mostrarse
inesperadas.”. Es decir, de nuevo la sorpresa del instante… Y una vez más
la ausencia, la separación del yo de su propia esencia: “Mi sombra,/ bajo la luz occidental, se ausenta/ de mí, soy yo en el
mundo sin mí mismo,/ como resina que segrego…” en la pura función especular
del conocimiento y de la propia identidad.
Un libro profundo con un acertado y claro lenguaje, pleno
de imágenes bellas, con una rica plasticidad
y con un acercamiento al mundo
relajado y ausente de tensiones, como una lluvia hermosa de palabras, un
hermoso hontanar de incitante belleza.
©F.Basallote
Publicado en Papel-Literario 19/10/2010
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