RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
DE LA LEVEDAD DEL AIRE
HUESOS DE PÁJARO de
MANUEL JURADO
Sobre HUESOS DE PÁJARO de MANUEL JURADO
XIV Premio Tardor de Poesía
Edita: Agua Clara. Alicante, 2009
Sin ceder en su maravillosa
orfebrería de la palabra, antes bien afinando los atauriques dorados de sus
palacios de mármoles encendidos y de crestería teñida por el carmín desvaído de
los ocasos, concentrando el vértice de todos los poliedros que el diamante de
su verso refleja; con el viento sutil de su ironía eleva Manuel
Jurado ( Sevilla, 1942) estos Huesos de
pájaro, ligeros como corresponde a la estructura zoológica de las aves, a
un cielo en el que el aire se hace ámbito “
entre el resplandor y la muerte” como dice Antonio Gamoneda en el versículo
que preside la primera parte de este poemario: Los códices del aire. Dos partes más tiene el libro: Espacios y silencios y Las tardes de
noviembre.
Para quien la poesía ha llegado a
ser no una senda sino un observatorio del mundo y sobre todo un mirador de su
propia intimidad, este libro es un
peldaño en esa aproximación reflexiva a la emoción íntima sin ceder en sus
parámetros de ironía y escepticismo aunque matizados por una cierta consciencia
del tiempo, de su fugacidad y de los
quiebros de la caducidad. Un libro con una poesía exactamente ponderada, con
una estética extraordinariamente madura en la que la depuración del verso
certifica ese ejercicio de aproximación al esquema del sentido y con una
sonoridad magistral extraída del buen uso de los heptasílabos. De memoria, de su clásica ebriedad frutal, de
amor y de tiempo están hechos estos huesos que con su levedad llenan de armonía
el aire.
Fugacidad del tiempo, del hombre o del aire: “El aire en el espejo,/cuando pasa, no deja/
señal o labio o verso./ pasa y se va .Sucede.” , “Cuando mañana el agua/ tenga
un rumor distinto/ y fluya sin retorno…”, “ El alba es una línea/ entre naranja
y malva,/una crema de leche/ de almendra para el cuerpo que dura unos
instantes…”. Tiempo que se hace memoria : “ Observa como tiemblan/ las ramas de los días/ antiguos con su piel/
de cretona y gramófono..” , retorno a las emociones : “ A través de los ojos/ de un pájaro olvidado/ vuelvo a tener la edad/
de los pasos perdidos/ en un palacio ignoto.” , “ Recuerda que te he dicho/ que
el olvido es la rama que no cruje/ al pisar la memoria.”
Poemario en el que, pese a la
contención sintética, fluye como siempre tan rico lenguaje , lleno de metáforas
felices, río de versos donde los sentidos disfrutan de ocultos reflejos
paradisíacos , de la ebriedad de los colores… “Huele el campo a roja/corteza de alcornoque, a zarabanda y valses/
alocados, febriles….”, “La fruta que se cierra/ y se abre como el ojo/ de una
perdiz oscura/ que no sospecha el vuelo/ del azor…”, “El labio se
detiene,/separa su perfume,/ saborea su pulpa/ de cuerpo adolescente./”, “ …esa
llama interior de cuarzo puro/ que fulge y se deshace/ en una fuente ígnea…”
Y la espera del ángel final: “Aguardo la visita/ cordial del enemigo,/ a que encienda su fuego/ y
prenda en mi mirada/ su disparo de luz.” , cuya llegada provoca cuestiones
: “¿Quién planchará mi piel?/ ¿Quién
doblará mi cuerpo/ y lo pondrá en la cómoda/ entre membrillos rubios?” . Consciencia del límite que se truca en batalla, “La derrota es un tema/ literario y jugoso…”
o en pregunta cargada de símbolos: “¿Por
qué la nieve en estos álamos/ esbeltos, musicales,/ se desploma tan pronto?/ Ha
vencido al fulgor de la glicinias…”
Un poemario homogéneo en el que
la levedad del verso no quita el profundo sentido sensorial y de goce que han
sido constantes en su obra, matizados en este caso por ese viento frío que
empuja a los pájaros a la efímera esencia de su vuelo…
© F.Basallote
Publicado en
Papel-Literario . 18/09/09
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