RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS
AQTC de Martín Lucía
AQTC de Martín Lucía
Ediciones En Huida. Sevilla,2012
A propósito de la obra
anterior de Martín Lucía ( Sevilla,
1976) , Los desperfectos, decíamos : “ en
la senda exacta de una prometedora fecundidad se encuentra esta
“opera prima” de un poeta que llega con este libro después de haber
investigado todos los matices del discurso poético en los múltiples medios que
la tecnología nos ofrece en estos tiempos y de haberlo macerado en su propio
jugo poético para ofrecer lo que de ningún modo puede considerarse libro de un
primerizo, sino obra entera, madurada, con el sello mayúsculo de la eterna
Poesía… Un libro de una profundidad insondable, que sienta las coordenadas de
una senda de búsqueda en los intrincados bosques de la vida y en los abismos inescrutables de la Poesía.”
Y en ese sendero, vaticinado entonces, nos hallamos con esta
segunda entrega, AQTC,
que encierra en su abigarrada y compleja estructura las claves
de una poética definida en los territorios inalienables de lo íntimo, en una
personal y desgarradora batalla contra las constantes maquinaciones del tiempo
, en una búsqueda arriesgada de su
verdad en el universo de lo cotidiano.
Dual, como esos álbumes de música con
doble disco a los que quiere homenajear, AQTC se desdobla en dos libros que a
su vez son dos tiempos, marcados no solo por la secuencia de las estaciones,
sino que en cada uno de ellos están presentes tres discos que en cierto modo
clasifican su contenido temáticamente: Así en el Libro 1: “Honestidad brutal” de Andrés Calamaro, “Tu labio superior” de Cristina Rosenvinge y “Caminando
en círculos”de Quique González , nos definen la cotidianidad, el amor y el
tiempo, temas que en el Libro 2 están asignados a “Jurebox”, de Quique González, “Demasiado
tarde” de Enrique Urquijo y “El
tiempo no va a volver” , tema de Ira
Gershwin y Kurt Weill. Libros que no son uniformes, sino que presentan dos
estadios de una poesía que como dicen las palabras cuyas iniciales forman el
título del libro: “Ahora Que Todo Comienza”, tienen mucho de liturgia iniciática hacia el
acceso a una constelación poética donde tiene mucho que decir.
Íntimamente ligada al tiempo, la memoria: “De aquel tiempo de hombres invencibles/mi adolescencia/ De aquel
tiempo sin asperezas/ mi caminar envalentonado/…”, y de ese tiempo : “ …No he dejado de memorar/ el amor y la
sangre,/ los cuerpos como paisajes en blanco,/ venturosa visión teñida de
recuerdo./…” dirá en el Libro I, mientras que en el Libro 2, en otro tempo más apacible, escribirá: “El pálido reflejo en la estancia/ a través
del espejo hecho memoria…”, porque lo
cotidiano se hace presente en ella : “ La plaza sigue ahí:/ su mismo color de
piedra,/ la misma disposición en su bancos,/…”. Y el tiempo mismo, presente
en el Libro 1, con un atinado lirismo: “
…ya Abril en los huesos,/ volvemos a adivinar el agua en la brisa,/ la hierba
en la grieta del asfalto/…”, “ Agosto
arde de luz./ Y en ella los cuerpos serpentean/…”, en el Libro 2 se hace
filosofía: “! …Porque el tiempo/ es un
punto, un flash, un parpadeo/…”, irreversible presencia: “ ….Y jamás está de regreso./ Y no lo hará
este Marzo risueño y juvenil en su aura./ Ni la veintena. Ni ella. Ni el amor./
Porque ayer es una sombra ausente de cuerpo./…”.
El tiempo del amor se
hace lirismo puro, iniciación, en el Libro 1: “ Hoy todo es inicio, crepuscular. Todo, susceptible de ser nombrado
del mismo modo que el amor,/ a nosotros,/.nos nombra…” . Versos que nos traen ecos lejanos del
Aleixandre de “Sombra del Paraíso” y de la mejor poesía amorosa del 27: “Que yo venía de la soledad hacia tu cuerpo/
y ya de ti estaba pleno, te escribo./ Mi
cuerpo de mi cuerpo sólo rodeado. Mi pecho pensándose páramo./ Mi boca sin
reclamo ni júbilo./ La sangre desbordada de arena./ Piedras y ausencias en los
labios./ Y, sin embargo, pleno ya de ti.” , hermoso poema , titulado “Cuatro años” que encierra en su factura
el pulso de la más excelsa poesía de
amor. Mientras, en el Libro 2: “ Ya sabes
que no volverá./ Y que no hay amor que idéntico pose en dos labios./ Y que es
el amor un punto, un flash, un parpadeo.” , con lo que retorna a la misma
definición de tiempo, haciéndolo similar en su efímera estancia y
preguntándose: “ ¿Quién, entonces,
sostendrá tu amor,/ idea sólo de ti hecha,/ cuando seas flor de memoria?”.
Libro intenso a la par que dual, en el que a pesar de la
diferencia de estados no hay contradicción entre los dos tiempos, entre los dos
Libros en que lo divide. Aunque eso sí, un libro de una calculada estructura, que en su dificultad no es sino
una especie de cántico y lamento al tiempo, a la efímera flor de la dulzura del
amor, un “Tempus fugit”
actualizado que no hace sino inscribir este libro entre los
mejores de esta joven generación de poetas que nos trae la poesía sevillana de
estos días…
©F. BASALLOTE
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