SOBRE UNA POESÍA DEL
RETORNO
Toda la poesía es
memoria
José Emilio
Pacheco
Toda obra poética está relacionada con lo vivido, - ya dijo
Borges que “solo es nuestro lo que
perdimos”- y en esas perdiciones cada poeta
construye y elabora, modificando la realidad vivida en la virtualidad
recordada. La importancia de la memoria para el escritor es vital en la poesía
en el sentido que dice Antonio Colinas:
“toda la literatura es literatura de la memoria.”.Por eso el tiempo, ese
gran espectador, que diría el ya citado Borges
se convierte en nuestra propia materia y ese tiempo incesante es fuente
de experiencias que permanecen para
elaborar sobre los cimientos de los recuerdos,
fijados en el poema en una íntima arquitectura de elegías.
Ricardo Bellveser (Valencia, 1948), en Las cenizas del nido habla de
la desolación de la casa paterna, tras su muerte, y al reencuentro con un
tiempo en la memoria: “Esto ya no es una
casa, sino el almacén del desengaño, aquí nada vale nada, nada vale para nada,
no se preserva el recuerdo de vida alguna” dirá “… mientras hago inventario de la destrucción…me he deshecho de tanto
recuerdo…”
Este retorno a la casa no es tan doloroso para Juan Cobos
Wilkins (Riotinto, 1957),que en Biografía impura a través de la distancia, descubre y sueña con su
casa, “Como los sefardíes,/ que siglos después de la expulsión/ aún conservan
la llave de su hogar, así/ Inmarcesible./ Así, este joven.”
Aunque para Víctor Jiménez (Sevilla, 1957): en El tiempo entre los labios se hace nostalgia la imposibilidad de retornar al gozo
de aquella casa primera en la que: “…
está mi infancia dentro./ Y he perdido la llave./ Y no hay ninguna puerta.” Casa
y barrio, que para el mismo autor se hace memoria presente en el “Puente aquel de San Bernardo,/todavía pasa
el tren/ de mi infancia por debajo.”
Para Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945),en Cartas de
enero,(incluida en su reciente
antología La heredad), los recuerdos
se hacen retorno sepia, nostalgia con su esquina de dolor. “Sola
ella y el dedo/ de azúcar de miel de bambalinas…”, “Han tapado / la boca del horno con
ladrillos./ Solo quedan/ las vigas, las paredes, los pedazos del tiempo.”
Mientras que para Manuel Jurado ( Sevilla, 1942) en Los
huesos de los pájaros el tiempo
se hace memoria : “ Observa como
tiemblan/ las ramas de los días/ antiguos con su piel/ de cretona y
gramófono..” , y retorno a las emociones : “ A través de los ojos/ de un pájaro olvidado/ vuelvo a tener la edad/
de los pasos perdidos/ en un palacio ignoto.”
Y hay quien desciende a la historia misma, como Paco Vélez
en Poesía
unida, de manos de la memoria, cumpliendo así lo que decía Gamoneda: “La poesía es un arte de la memoria”, convirtiendo
la historia, personal y colectiva en lenguaje poético y que el poeta ratifica: “Me siento envuelto en el pasado/ por los huecos
abiertos de la mente…” Y desciende de nuevo a la nostalgia, al
pueblo y al calor de la familia: “Mi
cuarto de muchacho/ miraba al campo por dos lados/…/ La hora del almuerzo, dos
por plato. /Y mi madre trajinando en la cocina, /…/Esto fue un trozo de aquella
niñez/ que saboreo,…”.
Y en el goce de la luz, se deshace el
tiempo para Miguel Martinón (Tenerife, 1945), desde la madrugada a la noche, el
camino del día, lento y gozante: “ …Viene
ese aliento largo y húmedo/ y llena el pecho de la madrugada/ y deja que la
piel recuerde/ aquel primer escalofrío…”, “...En el patio amanece el sauce/ que
se obstina en su ser…”, “ Se afila ya la luz y penetra callada”
Para Eloy Sánchez Rosillo, (Murcia,
1948), en Oír la luz, ésta
ascenderá en el sentido del retorno. Dice el poeta: este “deseo,
esta necesidad/ de retornar mil veces a donde está la luz…” pues retornar,
es reencontrarse con la luz primera: “He
vuelto a este lugar del corazón, y hay/ una luz semejante a la que había aquí
/en mis años primeros.
Siempre ese retorno es la fuerza del poeta, que en la
delectación del gozo recobrado llegará
a decir con Eloy Sánchez Rosillo: “Mi
patrimonio fue la luz del mundo”.
F.Basallote
No hay comentarios:
Publicar un comentario