UNA POÉTICA DE LA DESOLACIÓN
Siendo
tanto como el amor, su contrario, el desamor
coordenada principal de la poesía,
en cualquiera de sus manifestaciones: Ausencia, aflicción, angustia,
desconsuelo, soledad… en cualquiera de las formas de la desolación, existe una
numerosa y rica poética de ese estado anímico que tanto ha enriquecido nuestra literatura , con hitos deslumbrantes como Juan
de la Cruz,
Becquer, Gabriela Mistral, o Alejandra Pizarnik, nos acercamos a cuatro poetas que en sus obras recientes
manifiestan con desbordada riqueza una poética de la desolación. Hablamos de Inés
María Guzmán y su obra, Acto segundo,
escena cuarta: Mujer sola; de María
Sanz y su poemario "Hypnos en la
ventana"; de Lola Crespo y su obra “Gramática malva” y de Inmaculada
Moreno, en “Igual que lava oscura.
En , Acto segundo, escena cuarta: Mujer sola, Inés
María Guzmán va desvelando un proceso personal de transformación que culmina en
la aceptación positiva de una enriquecedora soledad: “ …Me decanto/ por esta soledad: soledad llena.” dirá de si misma,
llegando a decir : “ Hoy regreso a la
ausencia, al mar de soledades/ -todo calla- la casa es un templo vacío…” ,
preguntándose por un tiempo pasado, por sus parámetros perdidos : “…¿Dónde están escondidos los valores de
entonces?” , que se convierten en tristeza: “ Mi tristeza se duerme con el verso que escribo,…”, “Una sombra ceñida a mi cintura…”, hecha de recuerdos y nostalgia: “¿Quién eres tú, memoria que me acosa/ y me
incita a vararme en cada playa?”, “Un
halo de nostalgia entre los muebles./ Historias que resuenan todavía/ …”. Siendo
patente la desolación que provoca la ausencia.
Maria Sanz a quien J. Antonio Ramírez Lozano define como “como interlocutora única de sus soledades.”nos plantea en “Hypnos en la ventana” su verdad
existencial: una trayectoria de soledad
e introspección que ha ido evolucionando concéntricamente desde un mundo íntimo
y cercano a un universo amplio y difuso que le permite ser espejo de sus
propias soledades. “Hypnos está cerrando la
ventana invisible/ en cuya transparencia no caben realidades./Ahora me
pregunto, después de este vacío,/ cómo sobrevivir a tanto sueño inútil.” ¿Escepticismo?
Hasta cierto punto si, ya que para la poeta todo es un espejismo, una
falacia “ Nunca será verdad esta alegría/ este rondel de pájaros al alba,…”
, para llegar a lamentarse : “ Qué
lástima de noche solitaria,/ de lienzos apagados sobre el cuerpo…” “…/…/ Quise
coger estrellas/ del pozo de su cuerpo/ pero no me fue dado/ caer en él…” Pero
hay un espacio para la serenidad y la meditación, que por breve no deja de ser
una isla en la desolación, , aunque
venga cargada de designios y trazos de oscuridad : “…Qué difícil/ habitar el amor y darse cuenta/ de que todo es producto
del vacío.”
En Gramática Malva, nos presenta
Lola Crespo un tiempo desolado en el que
el amor y el desamor trenzan las horas en el vacío de un espacio inexistente, “Éramos amantes sin espacio…/amantes sin
rincón,/ a veces hasta sin labio./…”,
y en el que los colores forman un paisaje de códigos aprehendidos para
la interpretación de la nostalgia: “Mientras
me enciendes un fósforo/ yo te pienso más allá de los azules,/ justo en el
momento malva/ en el que,/ uno tras otro, /todos mis huesos/ fueron vocales de
humo.” tiempo de tinieblas, donde la luz es una
lejana referencia de la memoria: “Eras la
luz en los ojos…”, tiempo de confusión en el que “Cuando empleo la palabra médula/ yo sé bien de lo que estoy
hablando:/De jardines oxidados…”, lejos ya el tiempo de los colores exaltados llega a decir, con un toque de
amargura: “El mundo es un inmenso Ebay/
en una puja permanente,/ un mundo de usar y tirar/…”. En la parte final vuelve
a la memoria de su derrotero, encontrando los fallos de sus cartas marinas. “Nuestros portulanos/ desechaban las costas
ajenas/ y nuestras cartas de navegación/ estaban llenas de lagunas./…”
Inmaculada Moreno nos muestra en Igual que lava oscura una profunda
inmersión en los cráteres de la existencia, en los que la soledad es el magma
primigenio que cristaliza en el miedo, el dolor, la angustia del ser .Tan
recurrente tema de la soledad en la poesía se manifiesta en este poemario de
una forma absoluta, definitoria, irremediablemente presente en todas sus
manifestaciones. Ya la autora en cierta ocasión manifestó que “La poesía es un intento desesperado de romper la
soledad” y no cabe duda que de esa
lucha existencial surge una poética, como de quien se detiene en demostrarse a
si mismo que en ese desasimiento está el germen de la propia salvación. Aunque
el tiempo escriba en el poema la decepción: “La
vida no es tan bella/ como nos auguraban los sueños de la infancia…” y
que “Una historia se acaba, / una edad,
una casa, una manera/ de contemplar el mundo…”
Asunción de la soledad, el tiempo como cómplice de las aflicciones,
rebelión ante la angustia , en suma una poesía desolada en cuatro matices que
no hacen sino manifestar la constancia de los parámetros cardinales de la
poesía, en suma las coordenadas permanentes de la existencia del hombre.
©F.Basallote
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