LA VOZ DEL HUMANISTA QUE
PRECEDE A LA CATÁSTROFE
El reconocimiento del mundo literario en español a la poesía de
José Emilio Pacheco (México, 1939) le vino en el año
2009, por partida doble. Si en mayo recibía el Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana,
en noviembre recibía el más preciado de los galardones de la Lengua Española: el Cervantes.
Ya en 2005 había recibido en Granada el Federico García Lorca. En una encuesta
realizada por la revista Letras Libres
en 2005, fue designado como el “mejor
poeta mexicano vivo”.
Definido
como poeta de la memoria, lo es de una memoria no personal, más bien
antropológica, vital… El poema Contraelegia
, perteneciente a su libro Irás y no volverás es completamente definitorio
de su poética,: “Mi único tema es lo que
ya no está./ Sólo parezco hablar de lo perdido./ … / Y sin embargo amo este
cambio perpetuo, este variar segundo tras segundo,/ porque sin él lo que
llamamos vida/ sería de piedra.” Lo
que le permite una celebración del
instante, no sólo como culmen sino como
fugacidad. En Netzahualcóyotl
dirá: “No tenemos raíces en la tierra/ No
estaremos en ella para siempre/ sólo un instante breve/…”, pero en su
poesía hay una trascendencia mayor de esa fugacidad que puede llegar a perdurar
en la intensidad de lo vivido
También poeta vital, la Naturaleza en todos sus
aspectos y especialmente en aquellos en que se nos muestra frágil y caduca,
está presente en su poesía, así en el poema Ciudad
maya comida por la selva de su libro Islas
a la deriva dirá “De tanta vida que hubo aquí, de tanta/
grandeza derrumbada, sólo perduran/ las pasajeras flores que no cambian.”. Ese
amor por la naturaleza enlaza
coherentemente por su preocupación por la destrucción del mundo, un ecologismo
no superficial ni coyuntural sino inmanente con su propia concepción poética
Relacionado
con su teoría de la permanente
destrucción hay en la poesía de José Emilio Pacheco una reflexión sobre la
historia .Reflexión en la que prevalece
la ciudad de México en el espejo contradictorio del mito y de su
descomposición. En el Reposo del fuego, dirá
en su tercera parte: “Bajo el suelo de
México se pudren/ todavía las aguas del diluvio…” y en el poema Fray
Antonio de Guevara reflexiona… de
Irás y no volverás, lo hace sobre las ruinas de Tenochtitlán: “…Temistitán, ciudad arrasada/ para que
sobre sus ruinas brille el sol/ del Habsburgo insaciable.”
Poeta de clara voz, honra
de la literatura en español, que en estos tiempos de incertidumbre se eleva
para hablar al hombre de sus problemas, de la degeneración del mundo, de la
contaminación y de la necesidad de su salvación. Francisca
Noguerol en el prólogo de Contraelegía
dijo: “Un poeta en la cima de una
creación marcada por el rigor y la energía, al que sólo se puede comparar con
los humanistas del Renacimiento y que, aún consciente de la inminencia de la
catástrofe, sabe apreciar en todo momento la belleza del instante, la vida, la
luz”.
F.Basallote
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