RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS
LA LUZ ENTRE LOS CIPRESES de
JESÚS CÁRDENAS
LA LUZ ENTRE LOS CIPRESES de JESÚS CÁRDENAS
ED.EN HUIDA. SEVILLA, 2012
JESÚS
CÁRDENAS SÁNCHEZ (Alcalá de Guadaíra, 1973), Es profesor de Lengua castellana y
Literatura . Ha colaborado en distintas publicaciones y revistas literarias de
reducida distribución y obtenido algunos premios de poesía. Fruto de sus
trabajos de investigación ha publicado
varios libros en soporte electrónico: Espacios
urbanos americanos en el “Diario de un poeta recién casado”, de
Juan Ramón Jiménez, y “.El concepto de lo
popular en Juan Ramón Jiménez. Orígenes de la poesía neopopularista”
Tras
una experiencia en diversas
publicaciones y una madurez
poética contrastada nos ofrece su opera
prima: La luz de entre los cipreses, que recibimos con el calor y ánimo que
requiere una aventura como la de atravesar esa puerta tan cargada de misterio
para todo poeta novel como es la publicación.
En La luz de entre los cipreses nos manifiesta su versión del mundo con una
voz intimista y personal, cargada de ecos de la poesía de siempre: amor,
desamor, memoria, tiempo, cotidianidad, incertidumbre… Divide el libro en tres
partes: Puntos de fuga, La misma soledad
y Un abrazo a tiempo , que conforman como tres niveles
existenciales de una misma experiencia vital: La consciencia de lo inmediato y
de la sutilidad de la pérdida, la ausencia y las máscaras de la soledad, y el
encuentro o reencuentro del amor, estratos transversalmente hendidos de una
poética profunda en la que perviven las constantes de la poesía, dentro de una
urdimbre tejida por lo que define Enrique Baltanás en el prólogo de la obra: “ preocupación metafísica por el sentido de la vida, por la verdad o la mentira de la misma…”.., que se
manifiesta en la aceptación de la propia
contradicción: “Soy el hielo y la sal
juntos./ el permanente blanco de lo que ansío/ y el negro que deviene/…” y
por una cierta sumisión a los designios del destino, a quien se entrega: “…Abrigados siempre/ por el destino y por
sus imposibles/ esperan los deseos/ un cobijo/….” En este discurrir de la
cotidianidad se hace patente la tristeza :
“Qué vida en la tristeza. Suena adversa/ la tarde en los cristales. Estas
nubes/ descienden, lluvia intensa y fuerte viento/…”, tristeza que se hace soledad : “ Mientras, espero a solas un tren, busco/ en tu cuerpo que es el
cuerpo que pienso,/ y no sé ya de mi…”, y soledad que se hace fuerte en sus
designios: “Ya no mires atrás, corazón”
pero
que no puede evitar volverse nostalgia: “…Mientras contemplo los atardeceres/ repaso
–privado casi del juicio-, / el instante en que íbamos sentados/ en el mismo
vagón/…” , aunque las heridas
abiertas duelan en la soledad : “…Prefiero ahora envolverme/ en las sábanas
de la soledad,/ en la desesperanza y sus disfraces….”y la memoria se
encarga de avivar sus huellas: “El tiempo parece un río de imágenes/ con el
dique reseco del silencio…”. Sin embargo, el mismo tiempo se encarga de
resolver.
©F.Basallote
Publicada en
Papel-Literario, 25/10/2012
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