ITINERARIO POÉTICO POR SEVILLA CON JOAQUÍN ROMERO MURUBE
Todo escritor tiene en
el íntimo reducto de su identidad creadora la topografía luminosa y la trama
ideal de una ciudad querida, el punto iniciático, el lugar único, recreado en
un elaborado sistema de luces y sombras que delimitan y condicionan
emocionalmente su propia biografía.
Mas ese lugar, como el
amor, es siempre demasiado amplio para su posesión total, siempre es una
estrella lejana, inalcanzable sombra de inasible cintura, ciudad o amor
imposible porque tiene sus límites en las mismas fronteras del paraíso
perdido. Por eso dirá Borges que Ilión fue, pero Ilión perdura en el
hexámetro que la plañe. Israel fue cuando era una antigua nostalgia... En
realidad se añora lo que se pierde, o lo que no se puede poseer, la ciudad lejana o etérea es a veces un
amargo fruto de nostalgias.
Sin embargo, hay algunos
poetas que tienen la suerte de vivir en el mismo centro de su amor, su paraíso
es el presente, no hay lugar para la evocación que no sea la del deleite del
momento feliz, la pasión es el instante renovado, la exaltación a los únicos cielos
recobrados tras el constante ascesis. Este estado de éxtasis es el que nos
traslada Joaquín Romero Murube en toda su
obra; pero especialmente en sus poemas, quizás la sublimación más pura de su
amor por Sevilla, hasta tal punto que frente a la sola representación de la
muerte lejos de su amada Sevilla le hace decir en el último poema de su último
libro:
¡ La Muerte, aquí frente
a esta augusta calma
del mar antiguo,
en soledad sonora!
Pero algo
bulle en mi raíz de tierra
Que opone, dulce su
repulsa leve...
¡ Sin mares ni colina,
allá en la dura
tierra caliente, en mi
Sevilla eterna.![i]
El poeta que llevaba Sevilla
en los labios, en realidad la escondía en su propia esencia
Haciéndola consustancial
a su propia naturaleza de poeta hasta el punto de identificarse absolutamente
con la ciudad amada:
(...)
Sevilla,
cuando yo muera
quiero ser tu gracia
pura. [ii]
a la que desea como
esposa:
(...)
Filo de la
media noche
Mi secreto te daría....
¡ Si tu quisieras,
Sevilla
contigo me casaría ! [iii]
Identidad total con el
amor de la ciudad que prendido en el
aire es alegre brisa:
(...)
Si fuéramos
brisa
- jardinillos de la
tarde,
alegría de las esquinas
-
si fuéramos brisa,
amor,
contigo en Sevilla.[iv]
Pasión que, fuego inextinguible, en el crepúsculo se
enciende en la vivencia latente de su eterna presencia:
(...)
Ya muerto el
día, sólo es un anhelo
de vida en los luceros
de la tarde.
Sombra
total. Pero en mis ojos arde
tu luz, tu patio, tu
balcón, tu cielo.[v]
Y el poeta se convierte
en cicerone de su amada, en un itinerario de amor que la recorre dulcemente,
con el ritmo que detiene el tiempo en su delectación, como un oleaje de
caricias por la epidermis del aire de todas sus esquinas.
Hablará de la Giralda,
siempre con el deseo de profundizar en el misterio de su música que inunda
el alma:
Veinticuatro
campanas
repican altas.
Veinticuatro campanas
dentro del alma.
¡ Ay quien lograra
ser de plata y de música
en la Giralda ![vi]
o, simplemente, definirla como objeto de amor o de coincidente amante de la eterna belleza:
(...)
Y de Sevilla amante,
torre que eleva tallos
de azucenas
en el azul distante.[vii]
(...)
(...)
La Giralda tiene un
traje rosa. La Giralda tiene un traje morado. La Giralda tiene un traje azul.
El de plata y piedras celestes para las noches de fiestas. La Giralda tiene un
traje blanco, transparente, que la desnuda como a una mujer segura de su
gracia... [viii]
(...)
y paseará sus calles y plazas, marcando a
fuego el signo de su pasión:
(...)
¿ En qué calle de
Sevilla
en qué muro, en qué
palacio,
sobre mejillas de trigo
el ascua fiel de mis
labios ?[ix]
o, en soledad, trascendida en fe, describiendo la callada belleza de su querido
Barrio de San Lorenzo:
(...)
Fachadas verdes, azules,
Esquinas de cal.
Conventos.
La tarde entra por el
río
al barrio de San
Lorenzo. [x]
(...)
o un sentimiento
antiguo:
En la
plaza hay una fuente
llorando por Doña
Elvira.
Callejones de la Muerte.
Callejones de la Vida.[xi]
...
una evocación:
Niñas de la
calle Goles
junto a la Puerta Real.
Los trenes por la
Barqueta,
El río al lejano mar.[xii]
(...)
o un presentimiento:
Algún día,
por esta calle
de Santa Clara, en la
paz
de un atardecer de oro
pasará un hombre perdido
hacia un afán
inconcreto...[xiii]
En el corazón de la
ciudad amada, entre mirtos y mármoles antiguos, el núcleo de la Historia, la
médula del universo...:
(...)
(El Alcázar ya duerme en
la callada
soledad de lucros
protegida.
.....
Los goznes de una reja
rechinaron.
Y al paso de una sombra
caen jazmines.)[xiv]
testigo de amores
reales:
(...)
El Alcázar
de Sevilla
tiene patios y salones.
Camarines de damasco,
corredor, capilla y
porche.
Jardín de mirtos
oscuros,
cien fuentes, mil
surtidores.
Galería por los
estanques
y alta muralla con
torres.
Y en el Alcázar no puede
vivir don Alfonso Doce.
Que la riqueza no sirve
al que tiene mal de
amores.[xv]
(...)
junto al Palacio de San
Telmo:
(...)
El palacio
de San Telmo
tiene patios y escaleras
salones grandes de
espejos,
balcones, mirandas,
rejas.
Y en el
fondo del jardín
entre naranjos y
adelfas,
un merendero morisco
junto a las Delicias
Viejas
donde la Infanta
Mercedes
canta y ríe, borda y
sueña.[xvi]
(...)
y la espiritual y
silenciosa Sevilla de los Conventos de clausura, donde el tiempo se detiene
bajo la espadaña y el ciprés y callan sus trinos los pájaros porque Sor
Ángela duerme :
SEGUIDILLAS
DE MONJAS
Quisiera ser
monjita
de Santa Clara.
Y subir a la torre
- cara tapada -.
Y ver el río
cómo abraza en sus ondas
al cielo mío.
Quisiera ser
monjita
de Santa Inés.
Una rosa de fuego
la Coronel.
Si yo pudiera
por vencer al demonio
mi vida diera.
En el jardín
los pájaros
guardan silencio.
Las novicias contienen
hata el aliento.
Y en la cancela
- ¡Sor Ángela dormida! -
un ángel vela.
Quisiera ser
monjita
de San Clemente.
En el patio de mármol
cuatro cipreses.
La fuente llora,
si esta triste y callada
madre priora.
Desde el
mirador
en el conventito
de la Encarnación
las monjas han visto,
al ponerse el sol,
cómo su Eminencia,
triste y solitario,
cerraba el balcón.[xvii]
Sea este itinerario
fugaz de la mano poética de quien en Sevilla fue Sombra apasionada en los espacios precisos de la luz, destellos de
un luminoso astro de pasión por la ciudad –amada, para siempre cercada por sus
versos, un humilde homenaje a quien tanto ama a la ciudad que anualmente la
corona con la Magia eterna de la sonrisa de un niño, a quien tanto se parecen
los poetas.
F.Basallote
[i] TIERRA Y CANCIÓN, 1948
[ii] KASIDA DE LA MUERTE, TIERRA Y CANCIÓN,
1948
[iii] ROMANCE DEL ENAMORADO,SIETE ROMANCES.
1937
[iv] CANCIÓN DEL AMANTE ANDALUZ
CANCIÓN
DEL AMANTE ANDALUZ, 1941
[v] ARTE TOTAL
[vi] KASIDA DELREPIQUE,TIERRA Y CANCIÓN, 1948
[vii] ESTANCIAS DE LA VOZ QUERIDA, ARTE
MAYOR
[viii] GIRALDA,SOMBRA APASIONADA, 1929
[ix] ROMANCE DE LA NOCHE DE MAYO,ROMANCES
[x] BARRIO DE SAN LORENZO, Homenaje a
Bécquer. SOMBRA APASIONADA, 1929
[xi] ROMANCE DEL ENAMORADO,SIETE ROMANCES,
1937
[xii] ROMANCERO DE LA CALLE GOLES, TIERRA Y
CANCIÓN , 1948
[xiii] KASIDA DE LA GLORIA,TIERRA Y CANCIÓN
[xiv] DON PEDRO I DE CASTILLA,ARTE MAYOR
[xv] ROMANCE DE LA REINA MERCEDES,ROMANCES
[xvi] ROMANCE DE LA REINA MERCEDES,ROMANCES
[xvii] TIERRA Y CANCIÓN, 1948
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