RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
ALUVIAL (Poemas 2007-2008) de TOMÁS SEGOVIA
A MANO LIMPIA
A propósito de ALUVIAL (Poemas 2007-2008) de TOMÁS SEGOVIA
PRE-TEXTOS. VALENCIA, 2009
Tomás
Segovia, (Valencia ,1927) ha sido una figura fundamental de la poesía de México
adonde llegó exiliado con nueve años y donde vivió hasta 1985. Entre sus libros
de poemas destacan: La luz provisional (1950), El sol y su eco (1960), Anagnórisis (1967), Figura y secuencias (1979) y Cantata a solas (1985). Su obra Casa
del nómada (1994) reúne los libros Partición, Lapso y Orden del día. En 1997 publicó Fiel imagen y entre
los años 2003 y 2008: Salir con vida, Día
tras día, Llegar y Siempre todavía. . Entre sus ensayos hay que
mencionar Contracorrientes (1973), Poética
y profética (1986) y Alegatorio
(1997). Ha escrito también teatro y narrativa. Entre los premios obtenidos
destacan: Octavio Paz de Poesía y Ensayo
en 2000, Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan
Rulfo en 2005, y el Premio Internacional
de Poesía Federico García Lorca ciudad de Granada, en 2008.
Poeta integral, se considera a sí mismo
un poeta que escribe sin un plan "de
pronto algo me susurra, algo se me ocurre y empiezo a buscar palabras para
decir eso que me anda rondando” y a propósito de su concepción poética
dice: “La poesía que hago, que busco y me
gusta leer va por el lado de la intuición, va por el lado de percibir el
sentido, no como un razonamiento sino captarla súbitamente, captarla de una vez
y traducirla en palabras; es lo que los fenomenólogos llaman la intuición.”. Autor
de un interesante Diario, en él sobre su actual poesía dice: “La poesía que
escribo ahora la escribo en plena inocencia: a mano limpia, solo frente a la
realidad, sin que se inmiscuya la menor gota de profesionalismo, ni de
"intertextualidad", ¡Dios me valga!, como tampoco trucos atesorados o
especulaciones con valores seguros. Esto, naturalmente, es el privilegio de la
extrema madurez.”
Esta poesía
escrita a mano limpia es la que reúne
en el presente Aluvial (Poemas 2007-2008),
con cinco partes con cierta clasificación temática: Tarde o temprano, Seriamente, Volver a mirar, Salvaciones y Trébol. En
Tarde o temprano hay una
presencia luminosa de la naturaleza, -
en la que se adivinan trazas del paraíso de Aleixandre- tratada
de una manera casi franciscana. Dirá: “Las hojas allá arriba están danzando/
Balancean sus ágiles racimos/ de indolente minucia…”, y al modo de Issa
Kobayashi le hablará al viento: “No te
quedes allí en esa media altura/ leve viento indeciso…” o “ Tendré que poner
algo de mi parte/ Este tímido soplo embebecido…” y gozára con los árboles
en primavera: “ Están los chopos ya
metiendo la cabeza/ En este limpio sol ta de primera agua…” y con los
pájaros: “Los pájaros saltando revolviéndose/
Dentro del blando seno del follaje/ Que traspasa un sol aúreo…” .
Seriamente, tiene un
sentido más cercano del límite, así dirá en el primero de sus poemas: “Nunca la vida mientras quede vida/ Será una
sola vida/ Y debajo de todos mis estratos/ Duerme la última tarea/ La que
trabaja en sueños.” Y a ese trabajar ilusionado se refiere cuando dice en
su diario: “Nada se compara a esta
sensación dichosa que tengo ahora al escribir un poema: que entro en sintonía
con la vida,…” a pesar o quizás por ser consciente de
la finitud: “Se acortan ya los días/
Habrá que irse preparando…”.
En
Volverse a mirar hay como un retorno a un pasado, con cuyo recuerdo llegan
con toda su fuerza vivencias, tiempos y espacios gozosos y doloridos, así dirá”La evocación es siempre turbadora…”, y
al recordar la infancia: “Inaplacable
infancia/…/ Después tuve que aprender/ A ahorrar el hambre/…/ Pero cierto
también/ que no me he consolado nunca/ De aquellos días frente al precipicio/
En los que fui eterno…”. Tiempo de
dichas : “ Hubo un tiempo en el que el
tiempo nos trataba/ Como a las bienaventuradas criaturas/ Que él mismo había
criado…” , aunque en el fondo : “Lo que quisiera yo no es acordarme/ Es
colgarme apoyarme aferrarme abrazarme/ Sentarme encima de las viejas horas…/”, para
.que de nuevo aquello que pasó se detenga en ese espacio ficticio de la
memoria…de acuerdo con aquello que dijo un día : “ La metáfora del río
del tiempo está profundamente arraigada en nuestra imaginación: sentimos que el
tiempo no aparece y desaparece, sino que transcurre como un río, es decir que
recorre un espacio. En "realidad" la metáfora inversa sería más
exacta: es el espacio el que transcurre por el tiempo: el espacio era "el
mismo" ayer, pero el tiempo ya no es el mismo que ayer.”
Salvaciones
es de nuevo el
presente, ese gozo y testimonio de los días : “Pocos habremos sido los que esta madrugada/ Desde el espeso fondo/ De
la ciudad aún mal despierta/ Habremos visto allá en la blanca altitud/ El vuelo
delicado de los patos salvajes…” , identificación con la naturaleza y
disfrutando de ella : “Se está metiendo
el sol por todas las ventanas/ Inundándolo todo de un gran vigor sin cuerpo/ La
casa gana peso…” o “ Un fresco sol de altura/ En el que bañan ya sus
cabelleras/ Algunas altas frentes…” . Envuelto de luz, en pleno disfrute del mundo dirá: “Qué claro se ve hoy/ Que vamos a bebernos este día/ Sin una gota de
remordimiento/ Lo vamos a llenar todo de ganas…”
La breve y última parte, Trébol, a modo de colofón es una
consagración de lo vivido compartido: “Y
nosotros delante del bárbaro despliegue/ A salvo y dándonos la mano/ Paladeamos
como nunca antes/ La dicha de ser dos.”
Hermoso libro de un gran poeta que lo ha escrito en plena inocencia, con la pureza que da
el encuentro con la vida y consigo mismo; ya lo dijo en una entrevista: “Huyo de refugiarme en la literatura para
escapar de la vida. Escribir es mi manera de tratar de poner las cosas claras
con la vida, no con la literatura. Allá se las entiendan los profesores".
Es decir, autenticidad.
©F.Basallote
Publicado en Papel Literario, 14/09/2010
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