RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES
LAS CENIZAS DEL NIDO de
RICARDO BELLVESER
INVENTARIO DE LA DESTRUCCIÓN
A propósito de LAS CENIZAS DEL NIDO de RICARDO
BELLVESER
XIX Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma
VISOR. . Madrid, 2009
Si
la voz de Ricardo Bellveser (Valencia, 1948), tan medida y tan profunda, tan
reflexiva y al mismo tiempo tan cargada
de misterio, nos ha llegado siempre como un análisis personal del mundo,
en Las cenizas del nido su palabra se
hace conmovedoramente reflejo de un desleimiento íntimo, de la deslumbrante
iluminación de su propio expolio, del desmembramiento del núcleo de la
felicidad primera que como piezas de un trágico museo personal se disuelven en
el polvo de su destrucción. Podría ser poesía de la memoria, recuerdo
lacerante; pero hay una intensidad en el vacío, que anula toda posibilidad de elegía.
No se canta lo perdido, su expolio se manifiesta dolorosamente.
Asistimos
a la desolación de la casa paterna , tras su muerte, y al reencuentro con un
tiempo que no tiene sentido en la memoria: “Esto
ya no es una casa, sino el almacén del desengaño, aquí nada vale nada, nada
vale para nada, no se preserva el recuerdo de vida alguna” dirá en la
primera parte del libro, escrita en prosa y
denominada Lo que quedaba de ellos
, experiencia que le hace decir “Tras de
mí se ha derrumbado una parte de mi vida que de pronto ha envejecido, mientras
hago inventario de la destrucción…me he deshecho de tanto recuerdo…”
Tras
esta introducción, tiene el libro dos partes, Fugit prima y Fugit secunda. La primera es un inventario de pérdidas. Desde la
misma casa; “La casa de los padres, ahora lo sé,/ se transforma en una tibia
crisálida/ espesa red de recuerdos aturdidos…”, a los objetos con los que se
reencuentra y en los que halla algo de sí , como el viejo poemario: “Me llevo el libro a la luz, cerca de la ventana,/
para leer los versos tanto tiempo dormidos/ y la mañana estalla al verse en el
papel /que los años ha sepiado, el silencio, el olvido…” , la foto de una
amiga muerta , “ Cómo puede morir alguien
con quien hicimos el amor,…”o la brisa : “ la fresca brisa enciende el pasado/ crea remolinos con los
recuerdos…” y es que “el tiempo tenaz
todo lo ha cambiado…”
Fugit secunda, trasciende de la casa y de las vivencias personales,
es una especie de catálogo de olvidos, álbum de decrepitudes cargado de amarga
ironía, cuando no de un sentimiento terminal… Veremos como “ La anciana en el museo camina hacia la estatua/ de Paulina
Borghese, como quien obedece/ a una llamada que sólo ella hubiera oído/…/ La
anciana, absorta, acaricia con sus sarmientos/ los tersos pechos al aire, los
hombros exactos/ de Venus…” La
inmortalidad del mármol y la caducidad del cuerpo…, presentes también en la
residencia de ancianos. “Quién puso la
blanca estatua de Venus/ Galatea, la hija de la ninfa,/ en el calculado centro
del patio/ de la residencia, donde los viejos/ arrastran su vida atada a los
pies…” O el retrato y el mito de Greta Garbo : “ No quiso envejecer ante el público./…/
Como una diosa regresó a la vida/…/ media vida en los platós de cine/ y otra
media en recuerdo de ese sueño.”, terminando con un Mensaje en la botella, que es el colofón desesperado de un mundo en
declive: “He de escribir un mensaje en un
papel/ meterlo luego en una botella y tirarlo/ a un contenedor para que se lo
lleve/ el camión de la basura a la hora del reparto/ y flote en la inmensidad
del estercolero/…/ Un mensaje en una botella flotando en la hez/ de lo que en
otro tiempo fue gloria y fama,…”
©F.Basallote
Publicado en Papel Literario 29/01/2010
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