VISIÓN POÉTICA DEL PAISAJE II
EL PAISAJE NOCTURNO
La visión poética del paisaje nocturno está llena de escenas de enorme plasticidad,
en las que la presencia de la luna añade un misterio tan antiguo como
cósmico. Juan Ramón Jiménez en La
estrella del pastor dice: “ La luz / de la luna iba nevando/ por los
montes negros sus / tristezas de lirios blancos…”, mientras que Vicente Aleixandre en una
elegíaca Luna del Paraíso escribe
“ Un azul grave, pleno, serenísimo / te ofrecía su seno generoso /
para tu alegre luz, oh luna joven”. La luna
será casi siempre el centro del paisaje nocturno, incrementando su
protagonismo en Lorca, para quien la
sobrecarga mágica de su presencia enriquecerá sus poemas. Veamos de su poema Muerto
de amor: “ Ajo de agónica plata / la luna menguante, pone/ cabelleras
amarillas / a las amarillas torres.”, y de la Oda a Walt Whitman de su Poeta
en Nueva York: “ Cuando la luna salga/ las poleas rodarán para turbar el cielo;
/ ..Nueva York de cieno/ Nueva York de alambres y de muerte.” y en el mismo
poemario y en su poema Calles y sueños, volverá a referirse a ella:“
Yo estaba en la terraza luchando con la luna/ Enjambres de ventanas
acribillaban un muslo de la noche….
Rafael Alberti , será seducido por
la luz selenita y en Balcón de Guadarrama dirá que “ la luna va
resbalando, / sola, por el ventisquero.
/ La luciérnaga del tren / horada el desfiladero.”, Luis Cernuda en
Desolación de la Quimera
describe la noche regida por una luna altiva: “ Sobre el azul tan claro
de la noche/Contrasta, como imposible gotear de un agua, / El helado fulgor de
las estrellas,/ orgulloso cortejo junto a la nueva luna/ Que, alta ya,
desdeñosa ilumina…”, mientras que Emilio Prados, en Crepúsculo, dirá
que “ La balanza de la sombra/ pesa la luna…”y .Joaquín Romero Murube en
Romance del llanto escribe: “ Azul la noche, y con brillo/ sobre el
borde de las tejas, / descompone arquitecturas / de luna y sombra .”
EL PAISAJE MARINO
El paisaje marino recobra en la poesía los
caracteres de origen y hábitat. Juan Ramón en Amanecer de Agosto, se
referirá a ese mar dócil y encerrado de las marismas: “¡ Marismas que
reflejan hasta un fin imposible/ el carmín del naciente/ en cauces medio secos!
”y en Soledad describe un mar
libre: “Los nubarrones tristes/ le dan sombras al mar./ El agua, férrea/
parece un duro campo llano…/ . El
mar de Aleixandre en Sombra del Paraíso, es un mar auroral, primigenio,
así en Casi me amabas describe cómo “ Un fondo marino te rodeaba./
Una concha de nácar intacta bajo tu pié, te ofrece/ a tí como la última gota de
una espuma marina.” y en Primavera en la tierra nos enseña “ La gran playa marina, no abanico, no rosa,
no vara de nardo, pero concha de un nácar irisado de ardores…” y en Mar del Paraíso “Las barcas que
a lo lejos/ confundían sus velas con las crujientes alas / de las gaviotas o
dejaban espuma como suspiros leves,…”.
Para Alberti el mar es algo
vivencial e iniciático; en Marinero en tierra dirá: “Ya está flotando
el cuerpo de la aurora/ en la bandeja azul del océano/ y la cara del cielo se
colora” y en Salinero nos
enseña cómo “…ya estarán los esteros / rezumando azul de
mar…”, aunque su pasión cromática le hará desear en
A la pintura que “¡ Si un día se
pudiera/ en ciertos momentáneos/ verdes que alumbra el mar/ hundir por la
mañanas los pinceles! .
Joaquín Romero Murube, en Las
playas de Hércules escribe “Montes de sal, pinares sobre el oro / del
roquedal batido por las olas” dibujando el paisaje luminoso de la costa
gaditana, y sobre el mismo paisaje gaditano, Rafael Laffón escribirá : “¡
Salinas, salinas en la playa blonda! ¡ Bajo el cielo zarco, gracia de colinas…”.
.El esplendor del mediodía será pintado
por Emilio Prados en su poema Agosto
en el mar :“ Arde el sol sobre las playas. / Como una navaja abierta, / su
verde cuchilla el mar / tiende brillante en la arena.”
EL PAISAJE FLUVIAL
En el paisaje poético del
río, hay como un retorno a los ríos
bíblicos, cargados de mieses, así Federico García Lorca en su Baladilla de
los tres ríos, dirá: “ El río Guadalquivir / va entre naranjos y olivos.
/ Los dos ríos de Granada / bajan de la nieve al trigo.”, Joaquín Romero
Murube dirá del Guadalquivir, en sus Coplas de Sevilla en el Guadalquivir: “
Por el río de nácar:/ Entre olivar y viñas / mirtos y cañas.”y en Las
aguas llevan tus ojos : “ Las aguas llevan el temblor del aire,/ cuando
discurren por la mansa tierra / con culantrillos de verdor oscuro,/ y el
corazón en sombra de las yedras.”, y Rafael en su Intermedio de las seguidillas del
río se referirá a ese río recién nacido: “ Por Cazorla va el agua/ de
pino a pino…”mientras que del río lento y casi marino de Coria dirá en
Barquitos veleros y tranvías de nubes: “ En este milagro de primavera,
una vela latina- idílica y lenta, blanca – iba cortando la claridad atónita del
aíre. Hasta los márgenes, remansados de espejos fríos y umbría de tarajales,
llegaba la estela que hacía un reborde abocelado, para morir en un chasquido de
lengua blanda.”
EL PAISAJE URBANO
La impresionante descripción de la Ciudad del
Paraíso de Vicente Aleixandre : “…ciudad de mis días marinos. / Colgada
del imponente monte, apenas detenida/ en tu vertical caída a las ondas azules,/
pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas / intermedia en los aires.”, nos
recuerda en su plasticidad luminosa un paisaje de Cézanne. Luis Cernuda , en su ensimismada visión de
narciso hablará de su ciudad . Así en Primavera vieja: “Ahora, al poniente morado de
la tarde,/ En flor ya los magnolios mojados de rocío,/ Pasar aquellas calles,
mientras crece/ La luna por el aire, será soñar despierto.” y en El
magnolio describe los callejones de
Santa Cruz: “ Se entraba a la calle por un arco. Era estrecha, tanto que
quien iba por en medio de ella, al extender a los lados sus brazos, podía tocar
ambos muros. Luego, tras una cancela, iba sesgada a perderse en el dédalo de
otras callejas y plazoletas…” o bien la ciudad muerta de Itálica en Las
ruinas: “ La avenida de tumbas y cipreses, y las calles/ Llevando al corazón de
la gran plaza/ Abierta a un horizonte de colinas;/ Todo está igual, aunque una
sombra sea…”. De Sevilla escribirá
también Joaquín Romero Murube en Ciudad: estío : “Sobre la calma la ciudad irradia/ su
latir presuroso de metales/ y el sol abre sus venas…”
F.Basallote
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