EL JARDÍN COMO PAISAJE INTIMO en los POETAS ANDALUCES
Es el jardín el paisaje más delicado, como una descripción del
alma, por eso los poetas que lo describen lo hacen desde la más vulnerable
sensibilidad, desde el silencio y la sombra interior encerradas en ese particular paraíso.
Cernuda es el poeta que más nos abre a la intimidad del jardín.
En El árbol escribe:
“ Al lado de las aguas
está, como leyenda,
En su jardín murado y
silencioso,
El árbol bello dos veces
centenario,
las poderosas ramas
extendidas
Cerco de tanta hierba,
entrelazando hojas.
Dosel donde una sombra
edénica subsiste.”
. Mientras que Romero Murube nos sumerge en la profunda blancura de un patio, en su poema Patio
lejano, que parece un cuadro impresionista.
“ El patio de blanco blanco
cuaja en la tarde caliente
todo el añil del ocaso.”,
Jardín recordado por Emilio Prados en
su Juego de memoria:
“…
El
jardín aletea sobre el verde crepúsculo
medio
deshilachado por insectos y frutas.
Herido
por el pájaro, huye sobre el reflejo
y
en los flecos del agua se le enredan las lunas.
…”
Y sentido profundamente por Pedro
Salinas en Fecha:
“…
¡Ay
, qué tarde organizada
en
surtidor y palmera,
en
cristal recto, desmayo
en
palma curva, querencia
….”
Jardín que a veces es un huerto, como
el que canta Alejandro Collantes de Terán en
Rueda de abril:
“…
Un
naranjal
y
un toronjil
y
una hojita de cristal
para
la niña de abril
…”
El jardín se abre como
íntima corola del silencio, en Artemisa de Manuel Fernández Calvo:
Un ramo de cerezas que la sombra custodie
pócima ponga y néctar a los pájaros.
En esa algarabía del silencio
donde la araña cuelga sus telares,
la artemisa fecunda...
El patio cordobés es cantado por Pablo García
Baena, siendo extraordinariamente hermosas sus descripciones del jardín. En Alma
feliz dice:
“ Jardines de amatista,
emergiendo sombríos
con pálidos estanques y la perla del cisne…”,
y
es en el poema Córdoba donde la
exaltación de ese pequeño e íntimo paraíso del jardín se nos hace tan presente:
“ Palpo el mármol, los
fustes, las verdinas, sobre bronces ecuestres. Aromas como anillos ciñen
nupcias, suben por galerías desvaídas: jazmín morisco, lilas, ajedrea.”
Otro poeta cordobés, Julio Aumente nos
transmite el instante del azahar en la geometría del boj en Cántico sin
nombre. :
“...Y otra vez los naranjos, están en
flor y esparcen su perfume
por los cuadros cuidados de bojes y arrayanes
formando laberintos y estrechos
miradores....”
Aromas de la tarde, que Rafael Guillen nos descubre en Taracea
:
Entre nada, el aroma
de la celinda y la alhucema sube
del pequeño jardín picoteando
cada segundo, ahuecando el tiempo
poniendo cóncava la tarde....
©FRANCISCO BASALLOTE .
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