EL ÁRBOL DE LA DIOSA DE LOS OJOS GLAUCOS
EN LA POESÍA
La planta elegida por la diosa
de los ojos glaucos, como regalo a los
hombres y símbolo de la paz que desde los fenicios puebla las orillas del
mediterráneo, constituye una pieza
esencial en el paisaje de Andalucía y
con esa enorme fuerza cósmica de su origen mitológico lo conforma y personaliza.
No han sido insensibles los
poetas andaluces a su presencia rotunda
y antigua en el paisaje y en la vida del pueblo:
Así
verá Antonio Machado, con certeza telúrica,
su presencia en el paisaje
andaluz en Los olivos
(…)¡ El campo andaluz,
peinado
por el sol canicular
de loma en loma rayado
de olivar, y de olivar
(…)
Esta profundidad del campo andaluz, su paisaje total es a veces definido con la certeza
de muy pocos versos, transidos siempre
de la personal visión de Federico García Lorca,
que en el Poema de la Soleá, unos cortos
versos tienen la hondura absoluta del paisaje andaluz:
(…) Sobre el monte pelado
un calvario.
Agua clara
y olivos centenarios.(…)
Rafael Alberti se impregnará de paisaje andaluz en su Carta
a Horacio:
(…) Laureles y romeros
y zarzales,
restos de mirtos, la
salvaje higuera,
raquíticos manzanos, viejos robles,
lastimados, agónicos
olivos,(…)
Y
en “Resurrección de la esperanza” ,
Vicente Nuñez describe el paisaje marcado por
la oculta ventura de los olivares:
(...)Mira el hondo
camino que baja al Aceituno,
Cortijo -Rey, la
azuda, las salinas, el río…
un día para siempre
hacia allí nos iremos
y entre los olivares y
su oculta ventura(…)
Dos poetas sevillanos de la Generación del 27,
Rafael Laffón y Joaquín Romero Murube,
nos describen paisajes de la tierra con la concisa exactitud de sus
versos. En Es una novia Sevilla, Rafael Laffón
dice:
(…)De una banda, grana
el trigo,
de otra banda, el
olivar;
detrás se empina la sierra
con tocas de madroñal.(…),
y en Canción con
ella , Joaquín Romero Murube escribe:
(…) Los olivos,
dulcemente,
subían collados mansos
hacia invisibles
contornos/
de soledades y pájaros.(…) .
Y ésta es la visión de su Puente Genil natal que nos da Ricardo Molina en su Carta a Juan Rejano
(…).Desde la cumbre
desnuda del Cerro
de Jesús aun se siguen
divisando
las blancas huertas y
el Genil; al fondo
Castillo Anzul de oro
entre olivares(…)
La inagotable fuente de los colores y de la plenitud
sensorial que humaniza en su exaltación el cósmico misterio de la tierra
alzada, montes oscuramente azules o encendidos de la sierra , en boca de Mario López en Tormenta
de final de verano:
(…) Encienden las
veletas sus barrocos santelmos
- gallos y ángeles de
herrumbre- en el relámpago azul de los olivos
y por Sierra Nevada el
arco iris sangra el plomizo otoño de las nubes(…)
Mientras que el magma
incandescente de esta tierra detenida en
el Canto al Sur de Juan
Bernier :
(…) entre los
olivos y los naranjalesel canto estival de la chicharra
como el ruido
de una sangre que hierve a borbotones: sangre del Sur(…)
El
campo solitario y solar, de vid y olivo,
es cantada por José Mª Requena
….El silencio ceniza del camino
crucificaba al sol en las chumberas,
mientras la brisa verde y lagartija
endemoniados dedos paseaba
por las nucas chavalas de las viñas.
Bajo imposibles sueños naranjeros
se achicaban amargos los olivos….
O
la majestad vegetal ensalzada por Manuel Rios Ruíz:
....La zarza estremecida, la adelfa sumisa, la majestad
crucificada del olivo,
viñas del candor y del cantar.....
Y
la canción de Emilio Prados en Carcuna:
(…)Arisca es la sierra,
verde el retamar.
La flor del olivo
floreciendo está(…)
En
el tratamiento poético del paisaje del campo por los poetas andaluces el olivo
junto con el barbecho y la pobreza del pegujal están presentes en algunos de
ellos, como sucede con Julio Mariscal
(…) Camino entre dos barbechos:
adónde me llevarás ?
Si a un pueblo de marineros,
o a un pueblo blanco de sal
Entre olivos prisionero(…)
para
quien el camino entre olivares es un símbolo de destino :
(...)la lengua polvorienta del camino
lamiendo una miseria de olivares(...)
Otras veces el olivo es nostalgia, recuerdos que viajaron por el Atlántico hacia el destierro, como los evoca Emilio Prados en su poema Cuando era primavera:
(…) Cuando era primavera en España:
los olivos temblaban
adormecidos bajo la sangre azul del día(…)
Aunque
siempre ha sido una antigua fortuna, heredada de pueblos antiguos hijos de Atenea, a quien con Manuel Mantero
en su Oráculo de Atenas , hemos de
decirle:
(…) ¿Cómo no amarte, diosa del olvido,
si creaste el olivo, verde arcano(…)
F.Basallote
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