“LAS ESTRELLAS HAN HALLADO OTRA FORMA
DE MORIR”
de CARMEN RAMOS
Guadalturia Ediciones.Sevilla, 2013.
.
Carmen Ramos,(Gibraleón,
1968). Economista de profesión , ha sentido la llamada de la poesía desde hace
mucho tiempo y ha respondido de una forma lenta, colaborando con asociaciones culturales como Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de
Sevilla. y en blogs y revistas digitales y otras publicaciones , en algunas de
las cuales como la revista “Gibraleón es
Cultura”, tiene una sección fija llamada “Lecturas no obligatorias” Ha publicado “Mudanza
Interior” y “Poliédrica”, (ambas
en Ediciones en Huida, 2010).
Para ella la poesía es : “… otra forma de ver las cosas, una ventana
que me permite asomarme más allá de la realidad que ven mis ojos, que conectan
lo que siento dentro con lo que mis sentidos perciben.” Es decir, una
forma de encontrarse consigo misma y al mismo tiempo tomar conciencia de su
propio camino, tan entregado a los dioses y al descubrimiento de lo maravilloso
o de lo impactante que como dice: “Sé, y así lo veo por las últimas cosas que
estoy escribiendo, que voy trazando una ruta nunca premeditada y que muchas
veces no sé adónde me llevará. Y eso es lo que más me gusta cuando escribo y lo
que, a fin de cuentas, me llevó a escribir.”. Al igual que los grandes poetas japoneses que lanzados
al camino éste les deparaba el “aware”:
la emoción profunda del descubrimiento… Un
camino en el que la autora se encuentra a gusto, con una certeza de sus pasos ,
que le hace decir: “No sé si será el camino cierto o no, pero sí que es verdad que mis
pasos van hacia una poesía más desnuda, con menos artificio, a decir más en
menos, a trazar más que a dibujar…”
“Las estrellas han
hallado otra forma de morir” es un poemario
distinto de su obra anterior en muchas cosas, no solo en su concepción poética
sino en la estructura y sobre todo su
propio lenguaje, más depurado, con una emoción más personal hábilmente transmitida. Para la autora esta obra: “… nació de una circunstancia personal, de una
herida que fue la pérdida de mi padre de una forma inesperada cuando yo solo
tenía 24 años. Las mejores cosas de mi vida hasta hoy me han pasado sin que mi
padre haya estado presente. Hay veces que me pasan cosas bonitas o graciosas y
que inconscientemente pienso en lo que le diré a mi padre cuando se lo relate.
Luego….luego me doy cuenta que eso es imposible. Y eso es lo que quería contar
en el poemario…”.
Se abre el poemario con
una alusión directa al “padre” en el
poema “Vino un tiempo oscuro”: “ Vino un tiempo oscuro después de ti./ Un
tiempo lento donde desorientados,/ faltos de alas , no supimos como buscarte./…”.
A él acude en otros poemas, como en el tierno “Podría” , o en el definitivo “Cuerpo de barro” : “De todos los datos, fechas, acontecimientos,/
consejos y procesos y definiciones/con los que a diario me bombardean,/ ¿qué es
lo importante? / Si tú no estás, / si mañana no vas a estar/ si mañana es
siempre./…”.
Dos elementos
fundamentales de la poesía tejen la
urdimbre de este poemario: La memoria y la cotidianidad.
Siendo un poemario de
la memoria, tiene una gran importancia la presencia de la memoria personal
relacionada con el suceso: “He tenido que
volver a los hospitales / para beberme a secas/ la poliédrica figura de la
vida:/… “, o “ Me sigo mirando en tus espejos:/ Más por homenaje / que por vanidad.”,
aunque a veces esta memoria desciende al tiempo primero: “Ya no
consigo recordarme/ en aquella niña de coletas/ calcetines largos, kiowas/ y
uniforme./…” o “ Suenan los bolillos
como grillos en el patio./ Cri-cri-cri-cri./ El calor de la madera entre los
dedos/ y el mapa de la infancia que falta ahora./…”.
Y también la memoria
colectiva, persona sensibilizada con el pasado de este país, la presencia
herida de la memoria histórica: “ …
Perdimos, sí./ En la cuneta quedaron sonrisas y viejos héroes,/ algunas
canciones inmortales,/ quizás mañanitas y sabiduría que,/ como esquirlas de
piel, se desprendieron./…” o
“Dicen que yacen aquí. Polvo y
silencio./ Dicen que murieron aquí. Silencio y pared./ Dicen que estuvieron
aquí. Pared y sangre./ Dicen que nadie les recuerdas/ y que fueron maestros,
albañiles, madres, jóvenes, libres./ Eso dicen./ Y que arañemos sus desnudos
nombres a la tierra.” Y, persona
sensibilizada con la humanidad, la memoria de los sucesos que hieren el corazón
del hombre:actual: el 11-S : “ Yo he
visto como se derrumba un edificio/ por el que sobrevoló tantas veces
Supermán./…”; el huracán Katrina en
Mardi Gras : “ Primero fueron los
murmullos a colores sobre el mapa./ Después vino el viento y el agua con nombre
de mujer./…” o los deleznables
sucesos de Abu Ghraib, en el hondo y patético poema “Querida Lynndie England” : “…Porque salí desnudo, atado como un perro
en aquella foto. Tú sonreías y fumabas mirando a la cámara. Y aunque nadie me vio
la cara, la vergüenza es una raspa en mi garganta que me impide hablar….”
Poeta de la
cotidianidad, habla de la vida diaria con un tono de escepticismo: “ Ya no existen los suburbios./ Todo el
mundo está confinado/ en pantallas de 15 pulgadas./…”· o de
melancólica tristeza: “
Esta tarde ha llovido/ mientras se iban cumpliendo / sus últimas horas/
y yo camino hacia casa/ en esta ciudad/ como una piel/ donde anónimo reside mi corazón,/…” . Escepticismo y tristeza que se convierten en activismo crítico ante la situación social
que vive este país, porque como dice ella misma: “Para mí – como poeta, como
persona, como profesional – es muy difícil separar lo que está pasando en el
exterior de lo que estoy haciendo en ese momento. Y por eso no puedo escribir
manteniéndome en una posición “neutra”, no puedo aislarme de lo que pasa
afuera, porque eso me alimenta y yo alimento con mi postura a esa situación.
Esa es mi postura.” . Y ese activismo se manifiesta clamorosamente en su poesía : “… ¿Por qué lo llaman crisis cuando/
quieren decir estafa?/ ¿Por qué lo llaman contrato cuando/ quieren decir
explotación?/…/ ¿por qué lo llaman política cuando/ quieren decir mercado?/…”, y
su voz convierte en crítica la fábula de la cigarra y la hormiga: “…Y si te dicen que fui generosa,/ mienten.
Lo hice por interés/…/ Yo la miro desde mi mesa de raíces de caoba,/ como va de
un lado para otro, sirviéndome./ Ella y todos los que llamaron a mi puerta./
Ahora trabajan para mi,/ 5 días a la semana,/ 8 horas al día,/ con contrato,
vacaciones y lealtad./ …” o se
hace crónica lacerante de la
desesperación: “ Un suicidio a diario,/
como el grano de arena que cae,/ como la gota de agua/ que horada la roca /…”.
Hay sin embargo en este
poemario un lugar para la esperanza: “…los
versos rebrotarán de nuevo/ y esta vez tan solo/ las estrellas han hallado otra
forma de morir”
Un completo poemario de
madurez, peldaño fundamental en la trayectoria poética de una poeta que desde
él abarca la perspectiva de un camino de claridades, de una poesía más
depurada, que se va despojando de lo superfluo para concretarse en la pureza de lo fundamental:
F.Basallote
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