HABLANDO CON CARMEN RAMOS:
Carmen Ramos es economista y poeta, a la llamada de la poesía
respondió hace mucho tiempo de una forma
lenta y tangencial, sin imbricarse totalmente en la creación; pero con una
actividad colectiva como Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de
Sevilla. y colaborando en blogs y revistas digitales y otras publicaciones , en
algunas de las cuales como la revista “Gibraleón es Cultura”, tiene una sección fija llamada “Lecturas no
obligatorias”. Ha escrito dos poemarios: “Mudanza Interior” y “Poliédrica” ,a
los que incorpora “Las estrellas han
hallado otra forma de morir” .Hace dos
años nos descubrió su talante poético, con un sorprendente “Poliédricañ”, que
nos permitió descubrir a una poeta con
personalidad y con la mirada abierta a una senda que se le abre prometedora.
Acaba de publicar “Las estrellas ha hallado otra forma de morir” en la que desbroza
caminos en una búsqueda serena y tenaz. Si para nosotros fue una grata sorpresa
su descubrimiento, su reafirmación es una promesa ya cumplida…
Carmen, entre “Poliédrica “y “Las estrellas han hallado otra
forma de morir” hay muchas diferencias,
¿Es solamente la incidencia de lo
cotidiano su causante?
Hay un poco
de todo en las razones de las diferencias: la temática, por ejemplo.
“Poliédrica” trataba de abarcar más, de ser más universal, mientras que “Las estrellas…” es más íntimo.
También la madurez y el oficio a la hora de escribir. Ten en cuenta que tras la
plaquette “Mudanza Interior”, “Poliédrica” era mi primera incursión en serio en
la poesía. Han pasado dos años desde entonces y ello me ha permitido leer a
otros autores (consagrados y noveles), interesarme e investigar otras poéticas.
Todo esto lógicamente se ha visto reflejado en el nuevo poemario.
Esta
cotidianidad, no es neutra, se ve una toma de posiciones ante el mundo.
¿Hasta
que punto lleva tu postura? ¿Crees que el poeta debe definirse ante la crisis y
sus consecuencias sociales, comprometiéndose ¿
Para mí –
como poeta, como persona, como profesional – es muy difícil separar lo que está
pasando en el exterior de lo que estoy haciendo en ese momento. Y por eso no
puedo escribir manteniéndome en una posición “neutra”, no puedo aislarme de lo
que pasa afuera, porque eso me alimenta y yo alimento con mi postura a esa
situación. Esa es mi postura. No es un compromiso formal porque no milito en
ninguna organización política. Ni tampoco es algo artificial o buscado, sino mi
forma de estar aquí, en este momento. Y ante este momento que estamos viviendo
y padeciendo, yo quería reflejar en mis poemas lo que estaba pasando. Creo que
será muy interesante, pasados unos años, ver qué se ha escrito en España y en
el sur de Europa durante estos años de crisis.
Ante la
definición o no del poeta, del creador en general, frente a la crisis y sus consecuencias, creo que es
inevitable el compromiso, más en una sociedad donde estamos suprainformados.
Pero también me resulta muy respetable la gente que es capaz de hacer
literatura sin que las circunstancias afecte a su obra.
Eres
economista. ¿Tiene que ver su profesión con la visión del mundo que transmite
en su poesía? ¿Si cambiaran las
circunstancias, variaría su poesía?
Bueno, he de confesar que yo ya era así antes de ser
economista. Con 7 años, días antes de hacer la comunión le dije a mi madre que
quería hacerla vestida con unos vaqueros, que había muchos niños en el mundo
que pasaban hambre y que no tenían vestido de primera comunión. He tenido la
suerte de estudiar mi licenciatura con alguno de los manuales que el gran José
Luis Sampedro había realizado en su época como docente y que, por desgracia, han
sido paulatinamente sustituidos de los temarios de las facultades de Economía por
los manuales de los padres del movimiento “neocon”. Lógicamente todo eso ayuda
y hace camino para llegar hasta este punto y escribir lo que escribo.
No sé si mi
poesía va a cambiar, ni tan siquiera si las circunstancias cambiarán o
evolucionarán hacia otro punto para volver a dónde estamos. Sé, y así lo veo
por las últimas cosas que estoy escribiendo, que voy trazando una ruta nunca
premeditada y que muchas veces no sé adónde me llevará. Y eso es lo que más me
gusta cuando escribo y lo que, a fin de cuentas, me llevó a escribir.
De tu
obra anterior, en la que se presentaba una visión global del mundo, queda una
cierta visión más reducida , más local, más personal. .
¿Eso
significa además una depuración interior?
¿Qué se ha caído?
“Las
estrellas…” nació de una circunstancia personal, de una herida que fue la
pérdida de mi padre de una forma inesperada cuando yo solo tenía 24 años. Las
mejores cosas de mi vida hasta hoy me han pasado sin que mi padre haya estado
presente. Hay veces que me pasan cosas bonitas o graciosas y que
inconscientemente pienso en lo que le diré a mi padre cuando se lo relate.
Luego….luego me doy cuenta que eso es imposible. Y eso es lo que quería contar
en el poemario (no sé si lo habré conseguido). Quería contarle a mi padre cosas
que me han pasado en estos 20 años – el nacimiento de mis sobrinas, haberme
sacado el carnet y otras trivialidades de la vida - pero también qué ha pasado en el mundo: el
email y las nuevas tecnologías, el 11-S, la reivindicación de la memoria
histórica... Es por eso que muchas cosas que había en “Poliédrica” han perdido
valor en “Las estrellas…” pero simplemente porque el punto de vista a la hora
de abordar el poema es distinto.
Dejas
traslucir en tu poesía, rincones personales, íntimos. ¿Crees que no tienen
razón poética para incidir en ellos?
Bueno la
principal razón más que poética es personal. Y es que aunque yo soy una persona
extrovertida, sociable, con facilidad de palabra soy “muy mía” para mis cosas,
para mis sentimientos más íntimos. Y reconozco que me da vergüenza que luego
alguien los lea y me reconozca. Hay personas que al escuchar o leer algunos de
mis poemas se han sorprendido de que yo escriba con un tono bastante triste o
melancólico en general. Y no es algo impostado, yo soy así también. Aunque
parezca mentira soy muy llorona y me emocionan cosas muy banales algunas veces,
pero me resulta más fácil mostrarme a los demás dicharachera y alegre. Por eso,
aunque tenga bastantes poemas que hablan de mí, de mi intimidad, me resulta más
cómodo alejarme de ellos y poner el centro de atención en otro punto.
Hoy día,
salvo contadas excepciones, los poetas jóvenes han abandonado por completo la
forma, la métrica. ¿En tu caso es una cuestión circunstancial o esencial?
Todo es
relativo. Ahora mismo no me siento con ganas de encorsetarme en la métrica
clásica. Creo que el verso libre da más juego y me permite experimentar con la
palabra, crear otros lenguajes incluso. Pero esto no es un canon ni un acto de
fe poética que yo lleve hasta sus últimas consecuencias: si un día me apetece
escribir en alejandrinos, no me importará.
Eso sí,
aunque dinamite la métrica en mis poemas, siempre tienen que tener lo que yo
llamo “ritmo interior”. Una vez acabado el poema lo leo en voz alta. Si no me convence va a la “nevera” hasta que
consiga doblegarlo. Unos se dejan domesticar y otros quedan por siempre
salvajes.
¿Qué
buscas en la poesía?
Tanto al
leerla como al escribirla siempre busco otra forma de ver las cosas, una
ventana que me permite asomarme más allá de la realidad que ven mis ojos, que
conectan lo que siento dentro con lo que mis sentidos perciben. Por ejemplo, levantarme
y que el cielo me parezca un cuadro de Velázquez, como dice mi amigo Antonio
Sánchez en el poema “Noticias”.
¿Crees que
tu poética está en el camino cierto?. ¿No hay una tendencia en ella hacía lo
íntimo? ¿Hacia la raíz de una poesía más pura?
No sé si
será el camino cierto o no, pero sí que es verdad que mis pasos van hacia una
poesía más desnuda, con menos artificio, a decir más en menos, a trazar más que
a dibujar. Los últimos poemas que he escrito van en esa línea: pocos versos,
pocos adjetivos y mucha tela que cortar.
¿Cómo
ves el panorama poético sevillano?
Bien y mal.
Bien porque
hay mucha gente de distintas generaciones que escribe, que publica y que
incluso se lanza al complicado mundo de la edición. Mucha gente muy joven que
escribe y que alimenta el círculo poético con sus propuestas más arriesgadas. Y
eso es muy bueno. El tiempo dirá quién es digno de permanecer y quién no.
Y mal
porque la difusión es muy limitada a pesar de las redes sociales, porque la
asistencia a actos poéticos muchas veces no va más allá de la endogamia, porque
es difícil que nuestras propuestas traspasen las fronteras más allá de nuestra
localidad, porque los poderes públicos apoyan poco la cultura más allá de la
oficialidad, porque es difícil llegar a nuevos lectores. Y porque la poesía es
un género muy minoritario, para unos pocos audaces, como aquellos pioneros que
poblaron el Medio Oeste norteamericano.
¿Quieres
añadir algo?
Darte las
gracias Francisco, por este escaparate que me ofreces y por la difusión de la
poesía y la literatura en general que haces desde tu blog. Y a los que hayan
llegado hasta esta línea un ruego: lean, lean mucho, pero sobre todo lean
poesía.
Excelente entrevista y tratare de conseguir los libros de la poeta. Carmen Ramos.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde Miami, USA.
Jeniffer Moore
Carmen, si hoy no pudiese estar, suerte.
ResponderEliminarUna Carmen pura, enérgica y poética.
ResponderEliminarSu poesía emociona y cuando ella habla transmite poesía.
Tu lo dices , Pepi, una poeta vital , que hace de la vida poesía. Una poeta que se da en su obra y que merece ser conocida por más lectores.
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