ES EL HAIKU “ARTE
POVERA”?
El término arte povera (voz italiana para "arte pobre") es una
tendencia dada a conocer a finales de los años sesenta, como reacción frente al arte
tradicional en la medida en que éste es considerado bello y de materiales
nobles. Sus artistas utilizan
materiales considerados 'pobres', de
muy fácil obtención: como madera, hojas o rocas placas de plomo o cristal,
vegetales, telas, carbón o arcilla, o, también, de desecho y, por lo tanto,
carentes de valor. Tratan de provocar una reflexión entre el objeto y su forma,
a través de la manipulación del material y la observación de sus cualidades
específicas.
Si la poesía es un arte, lógicamente
puede ser "povera", es
decir utilizar materiales pobres. ¿Pero qué material usa la poesía, sino la
palabra? Quiere decir eso que la poesía para ser "povera" usará palabras pobres, un vocabulario
deleznable?
Quizás de todas las formas poéticas,
el haiku es por sus orígenes la que más se acerca a ese arte povera, más que
por su contenido por la concepción primigenia de su creador Bashô y de sus
seguidores. Bashô comentaba que "en la poesía del haikai se usan
palabras ordinarias", pero ¿de qué iba a hablar quien decía que "haiku es lo que está ocurriendo en
este instante" sino de lo que ve, las cosas que tiene delante?, no
dejando de ser vulgares, elementales, como lo describió uno de sus discípulos,
Chora:
"En atuendo de viajante,
una grulla en las lluvias tardías de otoño:
el venerable maestro Bashô"
Bashô
se da cuenta desde su
profundización en el Zen, que la poesía no es exclusivamente belleza y canta lo inmediato, lo ordinario, lo que le
rodea y elige un medio caracterizado por su dicción popular, es decir un
material si no deleznable sí al menos “pobre”. Él sabía que sin contacto con lo
que le rodeaba: el frío, el hambre, la pobreza…, no encontraría la verdadera
poesía y se lanzó a una vida de pobreza y peregrinaje y a ese precio de hambre
y privaciones encontró su inspiración. .
Desde su pobreza, siempre en ruta,
viviendo con lo que le daban, durmiendo
en sitios malolientes e inmundos, sin aspiraciones materiales, de su frugalidad y ascetismo escribió su obra
dejando en ellas patente su forma de vida:
Yo soy un hombre
que come su arroz
ante la flor de “asagao”
Expuesto a la intemperie
y resignado, ¡cómo corta
mi cuerpo el frío!
E incluso en el momento final de su
vida, poco antes de morir dejó escrito este haiku, que es un fiel reflejo de su
vida:
Habiendo enfermado en el camino,
mis sueños
merodean por páramos yermos.
¿Poesía povera?
Y si miramos a Issa Kobayashi, que desde la infancia vivió en la pobreza más absoluta, acuciado de problemas y desdichas.
Se cuenta que siendo niño, cubierto de harapos, los niños no querían jugar con
él, escena que no se le olvidó y más tarde la reflejaría en el haiku:
Vente a jugar conmigo,
gorrión sin padres
Sus personajes preferidos fueron los
pequeños animales, los menos apreciados como el caracol, el sapo, mosquitos,
etc… por los que siente una simpatía especial, y dejó escritos numerosos haikus
con ellos como protagonistas, baste decir que dejó escritos más de cien haikus
sobre pulgas:
Vosotras también, pulgas,
¡noche larga tendréis
y soledad...!
y cerca de doscientos sobre moscas:
Ahora que me marcho
entreteneos jugando al amor,
moscas de mi ermita
Su propia muerte no pudo tener mayor
ámbito de miseria. En un almacén sin ventanas, tras haber perdido su casa en un
incendio, cayendo la nieve por un tejado en ruinas, murió dejando bajo su lecho
de muerte este haiku:
Gracias sean dadas a lo alto;
la nieve sobre mi cobertor
viene también de Joodo
Quizás sea Taneda Santôka, (1882-1940). el último haijin viajero que convive con la
pobreza. Descendiente de
una familia de terratenientes empobrecidos, conoció tempranamente la decadencia
y la soledad, que habrían de acompañarle en sus viajes (o peregrinaciones) como
Bonzo mendicante por Japón.
Santóka es el último monje itinerante de la historia de Japón.
En uno de sus diarios postreros escribe: "No soy otra cosa que un monje
errante. No hay nada que se pueda decir de mí excepto que soy un peregrino loco
que ha gastado toda su vida de aquí para allá, como las plantas que flotan en
el agua que va discurriendo de una orilla a otra. … ".
La pobreza, recuerdo del pasado familiar y del presente, como
bonzo:
Sin dinero, sin posesiones
Sin dientes
Totalmente a solas*
La soledad y el Sake como
fuente de inspiración y al mismo tiempo de evasión:
Vendo mis harapos
Y compro algo de sake
¿Habrá soledad todavía?
¿No es haiku de la pobreza? ¿ Poesía povera?
©F.Basallote
Palabras fértiles
ResponderEliminargigantesca explosión,
voz del instante.
Sin dinero, sin posesiones
EliminarSin dientes
Totalmente a solas
Más pobre no se puede ser.