martes, 4 de junio de 2013

RESEÑAS IV - NUEVA POESIA SEVILLANA. Jesús Cárdenas, "La luz entre los cipreses"




RESEÑAS DE OBRAS
DE NUEVOS POETAS SEVILLANOS


LA LUZ ENTRE LOS CIPRESES de JESÚS CÁRDENAS












LA LUZ ENTRE LOS CIPRESES de JESÚS CÁRDENAS
ED.EN HUIDA. SEVILLA, 2012

JESÚS CÁRDENAS SÁNCHEZ (Alcalá de Guadaíra, 1973), Es profesor de Lengua castellana y Literatura . Ha colaborado en distintas publicaciones y revistas literarias de reducida distribución y obtenido algunos premios de poesía. Fruto de sus trabajos de investigación ha  publicado varios libros en soporte electrónico: Espacios urbanos americanos en el “Diario de un poeta recién casado”, de Juan Ramón Jiménez, y “.El concepto de lo popular en Juan Ramón Jiménez. Orígenes de la poesía neopopularista”
Tras una  experiencia en diversas publicaciones  y  una madurez  poética contrastada nos ofrece su opera prima: La luz de entre los cipreses, que recibimos con el calor y ánimo que requiere una aventura como la de atravesar esa puerta tan cargada de misterio para todo poeta novel como es la publicación.

En La luz de entre los cipreses  nos manifiesta su versión del mundo con una voz intimista y personal, cargada de ecos de la poesía de siempre: amor, desamor, memoria, tiempo, cotidianidad, incertidumbre… Divide el libro en tres partes: Puntos de fuga, La misma soledad y Un abrazo a tiempo  , que conforman como tres niveles existenciales de una misma experiencia vital: La consciencia de lo inmediato y de la sutilidad de la pérdida, la ausencia y las máscaras de la soledad, y el encuentro o reencuentro del amor, estratos transversalmente hendidos de una poética profunda en la que perviven las constantes de la poesía, dentro de una urdimbre tejida por lo que define Enrique Baltanás en el prólogo de la obra: “ preocupación metafísica  por el sentido de la vida, por la verdad  o la mentira de la misma…”.., que se manifiesta  en la aceptación de la propia contradicción: “Soy el hielo y la sal juntos./ el permanente blanco de lo que ansío/ y el negro que deviene/…” y por una cierta sumisión a los designios del destino, a quien se entrega: “…Abrigados siempre/ por el destino y por sus imposibles/ esperan los deseos/ un cobijo/….” En este discurrir de la cotidianidad se hace patente la tristeza : “Qué vida en la tristeza. Suena adversa/ la tarde en los cristales. Estas nubes/ descienden, lluvia intensa y fuerte viento/…”, tristeza  que se hace soledad : “ Mientras, espero a solas un tren, busco/ en tu cuerpo que es el cuerpo que pienso,/ y no sé ya de mi…”,    y soledad que se hace fuerte en sus designios: “Ya no mires atrás, corazón”   pero que no puede evitar volverse nostalgia:  “…Mientras contemplo los atardeceres/ repaso –privado casi del juicio-, / el instante en que íbamos sentados/ en el mismo vagón/…”  , aunque las heridas abiertas duelan  en la soledad : “…Prefiero ahora envolverme/ en las sábanas de la soledad,/ en la desesperanza y sus disfraces….”y la memoria se encarga de avivar sus huellas:  “El tiempo parece un río de imágenes/ con el dique reseco del silencio…”. Sin embargo, el mismo tiempo se encarga de resolver.
©F.Basallote
Publicada en Papel-Literario, 25/10/2012

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