viernes, 21 de junio de 2013

ARTÍCULOS. Algunas voces de mujer









ALGUNAS VOCES DE MUJER



A estas alturas del siglo, hablar de poesía femenina parece ser que es entrar en un terreno no sólo anacrónico sino de firme inestable y resbaladizo ya que  las políticas de igualdad, desigualmente apreciadas,   podían dar lugar a algún que otro malentendido. Como nosotros partimos de una concepción  igualitaria de la creación y no admitimos, por principios, discriminaciones el hecho de agrupar estas poetas no pretende diferenciar sino solamente mostrar aleatoriamente la poesía que últimamente hacen algunas de las poetas andaluzas y para ello elegimos aquellas cuya última obra está latente aún. Hemos elegido cuatro poetas andaluzas que forman parte de una generación nacida al calor de esa primavera literaria que supusieron los años ochenta .Hablamos de Mercedes Escolano, María Sanz, María Rosal y Celia Bautista  .

Mercedes Escolano (Cádiz, 1964), aparece en el panorama lírico en pleno boom de las mujeres poetas, en la famosa Antología Diosas Blancas (1985), cuando sólo tenía publicado Marejada (1982); pero fue suficiente para ser incluida así como para  demostrar con su obra posterior que no fue capricho de antólogo. Para quien ha nacido en Cádiz sentir el latido de la Atlántida,  hablar del mar, de su enigmático secreto, sólo es como abrir el corazón al viento o mirar desde la balaustrada de la Alameda, como dice Pilar Paz Pasamar en el prólogo de su último libro La Bañera de Ulises: ¿A dónde mira, cuando una mujer se asoma al mar y qué ve en él…?.La Bañera de Ulises es un profundo poema de amor, en el que “El mar late despacio sin rumbo/…/ Flexible, tibio, rumoroso es/ su vientre…/../ Baten sus olas en mis piernas, frenándose./Viene hacia mí, animal lascivo y sediento/.../ ¡qué serena el agua en tu cintura! /… /caderas ondulantes, un cimbrear de muslos,/..,/una corriente de besos, humedad, saliva./…/ Un crujir de mástiles y jarcias llega hasta nosotros/ haciendo mas potente el deseo…/” .Contundente identificación de los tiempos del amor con las secuenciales etapas del mar.

Con Espeleología humana, María Rosal (Fernán Núñez, 1961) penetra en las más profundas simas del alma, con el afán diseccionador del científico, capaz de analizar los últimos secretos del corazón humano. Es para la autora este libro “una bajada al infierno personal” que “refleja un momento de la vida contemporánea llevado a la infancia y a la adolescencia” y para Pablo García Baena, presidente del jurado del premio Aljabibe, concedido a esta obra: “una bajada a los infiernos…un libro duro y amargo”. María Rosal, desciende al pozo de los interiores del alma, que “En lo profundo acecha/ el más leve vaivén de nuestros movimientos.”, y que “…solo yo sé que devora sin pausa/ que sus fauces aguardan el bocado salobre,/la carne desmedida.”.”y al mismo tiempo constituye una enorme metáfora: “El pozo es el envés del universo./ En su sima está dios casi ahogado.”

La poética de María Sanz, (Sevilla, 1956) es una trayectoria de soledad e introspección que ha ido evolucionando desde un mundo íntimo y cercano a un universo amplio, creando una atmósfera de aislamiento premeditado para poder interpretar los signos y el misterio de las cosas; pero con una interrelación, casi compenetración, con los fenómenos que le rodean que le permite ser espejo de sus propias soledades. Hypnos en la ventana obtuvo el Premio Ciudad de Badajoz y en  él . “…Ha abierto la ventana del tiempo que precede/ a la errática luz de la naturaleza,/ un ensalmo distinto a lo que ve su anhelo/ de buscar esa sombra  donde estuvo la  vida/…/...¿Escepticismo? Hasta cierto punto si, ya que para la poeta todo es un espejismo, una falacia: “Nunca será verdad esta alegría/ este rondel de pájaros al alba,…”, o “Nunca habría soñado/ que la verdad podía/ diluirse en el tiempo…” para llegar a lamentarse: “Qué lástima de noche solitaria,/ de lienzos apagados sobre el cuerpo…” “…/…/ Quise coger estrellas/ del pozo de su cuerpo/ pero no me fue dado/ caer en él…”

Celia Bautista (Ríotinto, 1953) con  A orillas de la Carne ,obtuvo el Premio Andaluz Villa de Peligros. En este poemario la memoria se hace elegía hasta el punto que poesía erótica y poesía de la memoria se entrelazan tramando finamente la urdimbre de un sugerente y apasionado poemario, enriquecido de espléndidas imágenes en las que la luz y los sentidos juegan un delicado papel de escenario intemporal. Y ese habitar el instante es un revivirlo, así “Entrar en la memoria es como entrar/ en un sueño lejano…” nos dice , intentando apresar de nuevo “Esa rosa instantánea/ que quedó/ entre las hojas vivas de las horas./” y la furia de la sangre ,metáfora del espejo de la mar crispada por el levante que se alza como “Manadas de alazanes/ con sus crines al viento…”, que habita una carne que el tiempo no logra abatir, pues su fulgor es tan intenso como su elegía, que viene cargada de esperanzas: “Si yo supiera, amor, conformar mis deseos/ a esa caricia tenue que vuela de tus manos/ y esa mirada verde que se crece con la duda,/ seríamos la luz que tamiza la tarde.”

F.Basallote

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