jueves, 2 de enero de 2014

ARTÍCULOS. LUGAR DE LA NOSTALGIA.




 LUGAR DE LA NOSTALGIA











Volver a los espacios donde la dicha se vistió de infancia, a los lugares de la más pura felicidad, la primera , construida con los indelebles materiales de la  fantasía  y del descubrimiento , es tarea de la nostalgia que los poetas elaboran poniendo en sus versos aquellos rincones más  queridos de su intimidad.

Dice Juan Carlos Mestre: “Siempre se regresa al paraíso perdido. Lo cierto es que uno vuelve al territorio de la infancia, a los “loci memoria”, a los lugares de la memoria. Son los espacios donde tuvo uno por primera vez conciencia de la palabra árbol, de la palabra río; donde vio por primera vez una mariposa, un relámpago…”   Y Borges dirá: “Se que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío …  No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.”. Es decir se canta lo que se pierde, pero esas pérdidas tienen un espacio…Todo paraíso estuvo ubicado en ese ámbito físico de la dicha. Tomás Segovia escribe en sus Diarios: “Cuando evoco alguna época mía, tengo la sensación de que esa época no está en el tiempo, sino en el espacio…”.


En “Indumentaria” y posteriormente en el poemario “Cante Chico” escribe Antonio Hernández  dentro del poema “Coronarias” el siguiente cuarteto: “ Y siempre que he visto un pueblo/ encima de una montaña/se me  ha ido de la mano/ mi corazón a mi casa.” , poniendo  en el gráfico recuerdo de su querido Arcos el modelo de los pueblos andaluces, vestigios de la historia de un tiempo de fronteras, y que el tiempo ha enlucido convirtiéndolos en espuma blanca de cal sobre farallones de rocas.  


. Cuando Coriolano González  en el poema de Códice de la ciudad  de su libro  Otra orilla (2004-2007), se pregunta: “¿Dónde aquel banco en el que fui besado/ por vez primera/ y el tiempo se detuvo?, ¿Dónde están aquellas plataneras/ que desbordaban de luz y olor/ la travesía por el barranco…”, no hace sino reconstruir esas emociones sobre la planta real del espacio recordado.


El poeta chileno Pedro Lastra, en  Baladas de la Memoria   usa ésta  como modo de regreso: “Mi patria es un país extranjero, en el Sur/ en el que vive una parte de mi/…/  A veces yo recuerdo el país en que nací/ y veo como siempre/ sucesivos fantasmas/…”   . Y esa memoria  desciende hasta los tiempos primeros: “…estoy solo en la casa,/ mi padre mira un árbol en el patio,/ las flores,/ pienso en la primavera y sé que es Chillán…”,  y aquellos días que tiempo después revivirán: “ …Hablaremos sentados en los parques/ como veinte años antes,/ indignados del mundo,/…”. Hay también una invocación a ese tiempo y las frustraciones de su imposible retorno: “ Recuerda, pues, recuerda/ que a la vuelta de las estaciones/ tú serías mi principio de realidad, / y no hubo estaciones ni regresos,…”.


En  Desde este otoño” , Miguel Martinón retorna al espacio querido de un tiempo perdidio el lugar donde la memoria se hace presente “Aún puedo volver/ pisar de nuevo aquellas plazas/ recorrer estas calles/ acaso para despedirme…” Retorno a un paraíso perdido : “De los montes nacía/ allí empezaba el aire..”, “ Siempre era húmeda / la llamada del bosque/ los dedos que venían a palparme la frente…” ,el tiempo ha pasado pero: “ Puedo ver esos rostros y oír aquellas voces/ que ya no nacen con el día/ que ya no acuden al repique/ de las campanas/ cegados por la cal…”,  “…Vuelvo a palpar la piedra de los muros,/las hojas ásperas/en los cañaverales..”, “ …atravieso de nuevo/ el olor del magnolio,/…../ en esta nueva ofrenda de la palabra,/ acaso como despedida.”


Pérez Azaústre ha dicho de su obra “Las Ollerías': “ es una avenida de Córdoba, transformada en un espacio simbólico de la memoria: un territorio en el que es posible la reconstrucción personal a través del poema",., en dicha obra el poeta realiza un acto de reconstrucción total del tiempo y del espacio, barriendo en términos de positivismo un pasado cuyo escenario está tan vinculado a su propio ser que constituyen un todo en el que el poema es el instrumento del retorno; pero un retorno global. Y en el que el poema, la escritura, es el medio ideal para conseguirlo: “Dice un amigo mío que al paraíso/ no se puede volver. Quizá tenga razón. / Pero qué es escribir, y además qué es vivir/ sino un regreso torpe al paraiso,…/…/ Quizás solo es posible nombrar el paraíso/ si se ha dejado atrás.”

Poeta de la memoria, José Carlos Cataño, revive en “Lugares que fueron tu rostro”,  no el espacio luminoso de un tiempo perdido que sería recuerdo, sino algo más profundo, tan cerca del corazón que es sangre de palabras, emoción reconocida en el sueño de un mar, en las imágenes recobradas de una luz que viene de nuevo desde un cielo topacio, desde unas nubes, desde las montañas lejanas en los húmedos alisios, una vida que se hace dolor y presencia. Y hay un espacio en el que el poeta es él, el ámbito natural, el mar, el cielo, el viento: “ Sólo por eso el cielo siempre/Es la misma sed de irse.” , “Con sed de transparencia, el mar a oscuras/ Latiendo en otra parte…”, “…Otro amanecer, la cabaña/ Entre los sombríos redobles/ del viento…” , “El mundo se deshace en nubes...”, con deslumbrantes versos como “ El crepúsculo de plata vira al oro,/Vira al polvo de oro,/ El oro al violeta, a los lugares de la dicha: “ En los cañaverales./ De donde vengo adonde soy, dispuesto / Todo está…” y del dolor: “ Bajo a la calle, todos los rostros/ De la muerte me vienen de frente.” la descarga/ Eléctrica del azul…”.


Abraham Grajera en “El tiempo menos solo”, en un emotivo recurso a la memoria escribe el hermoso poema “Remoto figurado” : “Las ciudades, las casas que nos contemplaron,/ las vidas que quisimos habitar por siempre,/ cuanto nos inculcó estas vagas/ nociones de belleza imposibles de extirpar, / lo que perdimos por no ser bastante,/ vuelve a menudo a nuestro lado, y calla./…”   


Y es que estos lugares constituyen el espacio físico donde el corazón construye el artificio emocionado de la evocación, del mágico retorno a lo que la nostalgia elabora con las pócimas del ensueño y del deseo.

©F.Basallote

2 comentarios:

  1. Yo incluiría todas esas entregas de Manual de la nostalgia aunque sea prosa y la antología poética Desde esta luz.

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    1. Además de lo que dice en este artículo caben muchas más referencias poéticas actuales, quizás actualice este artículo más adelante.
      Muchas gracias por la referencia a mis obras.

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