sábado, 9 de noviembre de 2013

RESEÑAS IV. NUEVA POESÍA SEVILLANA. CARMEN RAMOS




“LAS ESTRELLAS HAN HALLADO OTRA FORMA DE MORIR”
de CARMEN RAMOS
Guadalturia Ediciones.Sevilla, 2013.











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Carmen Ramos,(Gibraleón, 1968). Economista de profesión , ha sentido la llamada de la poesía desde hace mucho tiempo y ha respondido de una forma lenta,  colaborando con asociaciones culturales como Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de Sevilla. y en blogs y revistas digitales y otras publicaciones , en algunas de las cuales como la revista “Gibraleón es Cultura”,    tiene una sección fija llamada “Lecturas no obligatorias  Ha publicado  “Mudanza Interior” y Poliédrica”, (ambas en Ediciones en Huida, 2010).

Para ella la poesía es  : “… otra forma de ver las cosas, una ventana que me permite asomarme más allá de la realidad que ven mis ojos, que conectan lo que siento dentro con lo que mis sentidos perciben.” Es decir,   una forma de encontrarse consigo misma y al mismo tiempo tomar conciencia de su propio camino, tan entregado a los dioses y al descubrimiento de lo maravilloso o de lo impactante que como dice: “Sé, y así lo veo por las últimas cosas que estoy escribiendo, que voy trazando una ruta nunca premeditada y que muchas veces no sé adónde me llevará. Y eso es lo que más me gusta cuando escribo y lo que, a fin de cuentas, me llevó a escribir.”. Al igual  que los grandes poetas japoneses que lanzados al camino éste les deparaba el “aware”: la emoción profunda del descubrimiento…  Un camino en el que la autora se encuentra a gusto, con una certeza de sus pasos , que le hace decir: No sé si será el camino cierto o no, pero sí que es verdad que mis pasos van hacia una poesía más desnuda, con menos artificio, a decir más en menos, a trazar más que a dibujar…”

“Las estrellas han hallado otra forma de morir” es un poemario distinto de su obra anterior en muchas cosas, no solo en su concepción poética sino en  la estructura y sobre todo su propio lenguaje, más depurado, con una emoción más personal  hábilmente transmitida.  Para la autora esta obra:  “… nació de una circunstancia personal, de una herida que fue la pérdida de mi padre de una forma inesperada cuando yo solo tenía 24 años. Las mejores cosas de mi vida hasta hoy me han pasado sin que mi padre haya estado presente. Hay veces que me pasan cosas bonitas o graciosas y que inconscientemente pienso en lo que le diré a mi padre cuando se lo relate. Luego….luego me doy cuenta que eso es imposible. Y eso es lo que quería contar en el poemario…”.

Se abre el poemario con una alusión directa al “padre” en el poema “Vino un tiempo oscuro”: “ Vino un tiempo oscuro después de ti./ Un tiempo lento donde desorientados,/ faltos de alas , no supimos como buscarte./…”. A él acude en otros poemas, como en el tierno “Podría”   , o en el definitivo “Cuerpo de barro” : “De todos los datos, fechas, acontecimientos,/ consejos y procesos y definiciones/con los que a diario me bombardean,/ ¿qué es lo importante? / Si tú no estás, / si mañana no vas a estar/ si mañana es siempre./…”.

Dos elementos fundamentales  de la poesía tejen  la  urdimbre de este poemario: La memoria y la cotidianidad.

Siendo un poemario de la memoria, tiene una gran importancia la presencia de la memoria personal relacionada con el suceso: “He tenido que volver a los hospitales / para beberme a secas/ la poliédrica figura de la vida:/… “, o  “ Me sigo mirando en tus espejos:/ Más por homenaje / que por vanidad.”, aunque a veces esta memoria desciende al tiempo primero:  “Ya no consigo recordarme/ en aquella niña de coletas/ calcetines largos, kiowas/ y uniforme./…” o “ Suenan los bolillos como grillos en el patio./ Cri-cri-cri-cri./ El calor de la madera entre los dedos/ y el mapa de la infancia que falta ahora./…”.

Y también la memoria colectiva, persona sensibilizada con el pasado de este país, la presencia herida de la memoria histórica: “ … Perdimos, sí./ En la cuneta quedaron sonrisas y viejos héroes,/ algunas canciones inmortales,/ quizás mañanitas y sabiduría que,/ como esquirlas de piel, se desprendieron./…”       o   “Dicen que yacen aquí. Polvo y silencio./ Dicen que murieron aquí. Silencio y pared./ Dicen que estuvieron aquí. Pared y sangre./ Dicen que nadie les recuerdas/ y que fueron maestros, albañiles, madres, jóvenes, libres./ Eso dicen./ Y que arañemos sus desnudos nombres a la tierra.”   Y, persona sensibilizada con la humanidad, la memoria de los sucesos que hieren el corazón del hombre:actual: el 11-S : “ Yo he visto como se derrumba un edificio/ por el que sobrevoló tantas veces Supermán./…”; el huracán Katrina en Mardi Gras : “ Primero fueron los murmullos a colores sobre el mapa./ Después vino el viento y el agua con nombre de mujer./…”   o los deleznables sucesos de Abu Ghraib, en el hondo y patético poema “Querida Lynndie England”  : “…Porque salí desnudo, atado como un perro en aquella foto. Tú sonreías y fumabas mirando a la cámara. Y aunque nadie me vio la cara, la vergüenza es una raspa en mi garganta que me impide hablar….” 

Poeta de la cotidianidad, habla de la vida diaria con un tono de escepticismo: “ Ya no existen los suburbios./ Todo el mundo está confinado/ en pantallas de 15 pulgadas./…”·   o  de melancólica tristeza:    Esta tarde ha llovido/ mientras se iban cumpliendo / sus últimas horas/ y yo camino hacia casa/ en esta ciudad/ como una piel/ donde anónimo  reside mi corazón,/…”   . Escepticismo y tristeza  que se convierten en  activismo crítico ante la situación social que vive este país, porque como dice ella misma: “Para mí – como poeta, como persona, como profesional – es muy difícil separar lo que está pasando en el exterior de lo que estoy haciendo en ese momento. Y por eso no puedo escribir manteniéndome en una posición “neutra”, no puedo aislarme de lo que pasa afuera, porque eso me alimenta y yo alimento con mi postura a esa situación. Esa es mi postura.” . Y ese activismo se manifiesta  clamorosamente en su poesía : “… ¿Por qué lo llaman crisis cuando/ quieren decir estafa?/ ¿Por qué lo llaman contrato cuando/ quieren decir explotación?/…/ ¿por qué lo llaman política cuando/ quieren decir mercado?/…”, y su voz convierte en crítica la fábula de la cigarra y la hormiga: “…Y si te dicen que fui generosa,/ mienten. Lo hice por interés/…/ Yo la miro desde mi mesa de raíces de caoba,/ como va de un lado para otro, sirviéndome./ Ella y todos los que llamaron a mi puerta./ Ahora trabajan para mi,/ 5 días a la semana,/ 8 horas al día,/ con contrato, vacaciones y lealtad./ …”  o se hace  crónica lacerante de la desesperación: “ Un suicidio a diario,/ como el grano de arena que cae,/ como la gota de agua/ que horada la  roca /…”.

Hay sin embargo en este poemario un lugar para la esperanza: “…los versos rebrotarán de nuevo/ y esta vez tan solo/ las estrellas han hallado otra forma de morir”

Un completo poemario de madurez, peldaño fundamental en la trayectoria poética de una poeta que desde él abarca la perspectiva de un camino de claridades, de una poesía más depurada, que se va despojando de lo superfluo para concretarse  en la pureza de lo fundamental:  


F.Basallote




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