domingo, 10 de noviembre de 2013

ENTREVISTA A CARMEN RAMOS



HABLANDO CON CARMEN RAMOS:









Carmen Ramos es  economista y poeta, a la llamada de la poesía respondió  hace mucho tiempo de una forma lenta y tangencial, sin imbricarse totalmente en la creación; pero con una actividad  colectiva  como Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de Sevilla. y colaborando en blogs y revistas digitales y otras publicaciones , en algunas de las cuales como la revista “Gibraleón es Cultura”,    tiene una sección fija llamada “Lecturas no obligatorias”. Ha escrito dos poemarios: “Mudanza Interior” y “Poliédrica” ,a los que incorpora  “Las estrellas han hallado otra forma de morir”  .Hace dos años nos descubrió su talante poético, con un sorprendente “Poliédricañ”, que nos permitió descubrir a una poeta  con personalidad y con la mirada abierta a una senda que se le abre prometedora. Acaba de publicar “Las estrellas ha hallado otra forma de morir” en la que desbroza caminos en una búsqueda serena y tenaz. Si para nosotros fue una grata sorpresa su descubrimiento, su reafirmación es una promesa ya  cumplida…  









 

 Carmen, entre “Poliédrica “y “Las estrellas han hallado otra forma de morir” hay muchas diferencias,   ¿Es solamente la incidencia  de lo cotidiano su causante?

Hay un poco de todo en las razones de las diferencias: la temática, por ejemplo. “Poliédrica” trataba de abarcar más, de ser más universal,  mientras que “Las estrellas…” es más íntimo. También la madurez y el oficio a la hora de escribir. Ten en cuenta que tras la plaquette “Mudanza Interior”, “Poliédrica” era mi primera incursión en serio en la poesía. Han pasado dos años desde entonces y ello me ha permitido leer a otros autores (consagrados y noveles), interesarme e investigar otras poéticas. Todo esto lógicamente se ha visto reflejado en el nuevo poemario.



Esta cotidianidad, no es neutra, se ve una toma de posiciones ante el mundo.
¿Hasta que punto lleva tu postura? ¿Crees que el poeta debe definirse ante la crisis y sus consecuencias sociales, comprometiéndose ¿

Para mí – como poeta, como persona, como profesional – es muy difícil separar lo que está pasando en el exterior de lo que estoy haciendo en ese momento. Y por eso no puedo escribir manteniéndome en una posición “neutra”, no puedo aislarme de lo que pasa afuera, porque eso me alimenta y yo alimento con mi postura a esa situación. Esa es mi postura. No es un compromiso formal porque no milito en ninguna organización política. Ni tampoco es algo artificial o buscado, sino mi forma de estar aquí, en este momento. Y ante este momento que estamos viviendo y padeciendo, yo quería reflejar en mis poemas lo que estaba pasando. Creo que será muy interesante, pasados unos años, ver qué se ha escrito en España y en el sur de Europa durante estos años de crisis.

Ante la definición o no del poeta, del creador en general, frente a  la crisis y sus consecuencias, creo que es inevitable el compromiso, más en una sociedad donde estamos suprainformados. Pero también me resulta muy respetable la gente que es capaz de hacer literatura sin que las circunstancias afecte a su obra.










Eres economista. ¿Tiene que ver su profesión con la visión del mundo que transmite en su poesía?  ¿Si cambiaran las circunstancias, variaría su poesía?

Bueno,  he de confesar que yo ya era así antes de ser economista. Con 7 años, días antes de hacer la comunión le dije a mi madre que quería hacerla vestida con unos vaqueros, que había muchos niños en el mundo que pasaban hambre y que no tenían vestido de primera comunión. He tenido la suerte de estudiar mi licenciatura con alguno de los manuales que el gran José Luis Sampedro había realizado en su época como docente y que, por desgracia, han sido paulatinamente sustituidos de los temarios de las facultades de Economía por los manuales de los padres del movimiento “neocon”. Lógicamente todo eso ayuda y hace camino para llegar hasta este punto y escribir lo que escribo.

No sé si mi poesía va a cambiar, ni tan siquiera si las circunstancias cambiarán o evolucionarán hacia otro punto para volver a dónde estamos. Sé, y así lo veo por las últimas cosas que estoy escribiendo, que voy trazando una ruta nunca premeditada y que muchas veces no sé adónde me llevará. Y eso es lo que más me gusta cuando escribo y lo que, a fin de cuentas, me llevó a escribir.






De tu obra anterior, en la que se presentaba una visión global del mundo, queda una cierta visión más reducida , más local, más personal.  .
¿Eso significa además una depuración interior?  ¿Qué se ha caído?

“Las estrellas…” nació de una circunstancia personal, de una herida que fue la pérdida de mi padre de una forma inesperada cuando yo solo tenía 24 años. Las mejores cosas de mi vida hasta hoy me han pasado sin que mi padre haya estado presente. Hay veces que me pasan cosas bonitas o graciosas y que inconscientemente pienso en lo que le diré a mi padre cuando se lo relate. Luego….luego me doy cuenta que eso es imposible. Y eso es lo que quería contar en el poemario (no sé si lo habré conseguido). Quería contarle a mi padre cosas que me han pasado en estos 20 años – el nacimiento de mis sobrinas, haberme sacado el carnet y otras trivialidades de la vida -  pero también qué ha pasado en el mundo: el email y las nuevas tecnologías, el 11-S, la reivindicación de la memoria histórica... Es por eso que muchas cosas que había en “Poliédrica” han perdido valor en “Las estrellas…” pero simplemente porque el punto de vista a la hora de abordar el poema es distinto.



Dejas traslucir en tu poesía, rincones personales, íntimos. ¿Crees que no tienen razón poética para incidir en ellos? 

Bueno la principal razón más que poética es personal. Y es que aunque yo soy una persona extrovertida, sociable, con facilidad de palabra soy “muy mía” para mis cosas, para mis sentimientos más íntimos. Y reconozco que me da vergüenza que luego alguien los lea y me reconozca. Hay personas que al escuchar o leer algunos de mis poemas se han sorprendido de que yo escriba con un tono bastante triste o melancólico en general. Y no es algo impostado, yo soy así también. Aunque parezca mentira soy muy llorona y me emocionan cosas muy banales algunas veces, pero me resulta más fácil mostrarme a los demás dicharachera y alegre. Por eso, aunque tenga bastantes poemas que hablan de mí, de mi intimidad, me resulta más cómodo alejarme de ellos y poner el centro de atención en otro punto.




Hoy día, salvo contadas excepciones, los poetas jóvenes han abandonado por completo la forma, la métrica. ¿En tu caso es una cuestión circunstancial o esencial?

Todo es relativo. Ahora mismo no me siento con ganas de encorsetarme en la métrica clásica. Creo que el verso libre da más juego y me permite experimentar con la palabra, crear otros lenguajes incluso. Pero esto no es un canon ni un acto de fe poética que yo lleve hasta sus últimas consecuencias: si un día me apetece escribir en alejandrinos, no me importará.

Eso sí, aunque dinamite la métrica en mis poemas, siempre tienen que tener lo que yo llamo “ritmo interior”. Una vez acabado el poema lo leo en voz alta.  Si no me convence va a la “nevera” hasta que consiga doblegarlo. Unos se dejan domesticar y otros quedan por siempre salvajes.


¿Qué buscas en la poesía?

Tanto al leerla como al escribirla siempre busco otra forma de ver las cosas, una ventana que me permite asomarme más allá de la realidad que ven mis ojos, que conectan lo que siento dentro con lo que mis sentidos perciben. Por ejemplo, levantarme y que el cielo me parezca un cuadro de Velázquez, como dice mi amigo Antonio Sánchez en el poema “Noticias”.


¿Crees que tu poética está en el camino cierto?. ¿No hay una tendencia en ella hacía lo íntimo? ¿Hacia la raíz de una poesía más pura?

No sé si será el camino cierto o no, pero sí que es verdad que mis pasos van hacia una poesía más desnuda, con menos artificio, a decir más en menos, a trazar más que a dibujar. Los últimos poemas que he escrito van en esa línea: pocos versos, pocos adjetivos y mucha tela que cortar.



¿Cómo ves el panorama poético sevillano?

Bien y mal.

Bien porque hay mucha gente de distintas generaciones que escribe, que publica y que incluso se lanza al complicado mundo de la edición. Mucha gente muy joven que escribe y que alimenta el círculo poético con sus propuestas más arriesgadas. Y eso es muy bueno. El tiempo dirá quién es digno de permanecer y quién no.

Y mal porque la difusión es muy limitada a pesar de las redes sociales, porque la asistencia a actos poéticos muchas veces no va más allá de la endogamia, porque es difícil que nuestras propuestas traspasen las fronteras más allá de nuestra localidad, porque los poderes públicos apoyan poco la cultura más allá de la oficialidad, porque es difícil llegar a nuevos lectores. Y porque la poesía es un género muy minoritario, para unos pocos audaces, como aquellos pioneros que poblaron el Medio Oeste norteamericano.


¿Quieres añadir algo?

Darte las gracias Francisco, por este escaparate que me ofreces y por la difusión de la poesía y la literatura en general que haces desde tu blog. Y a los que hayan llegado hasta esta línea un ruego: lean, lean mucho, pero sobre todo lean poesía.



4 comentarios:

  1. Excelente entrevista y tratare de conseguir los libros de la poeta. Carmen Ramos.

    Un cordial saludo desde Miami, USA.

    Jeniffer Moore

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  2. Una Carmen pura, enérgica y poética.
    Su poesía emociona y cuando ella habla transmite poesía.

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  3. Tu lo dices , Pepi, una poeta vital , que hace de la vida poesía. Una poeta que se da en su obra y que merece ser conocida por más lectores.

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