SOBRE
EL HAIKU
13.-. EL HAIKU EN LENGUA ESPAÑOLA
LOS COMIENZOS DEL HAIKU
EN LENGUA ESPAÑOLA
El modernismo en lengua española, por
sus características de influencia oriental, especialmente en Rubén Darío y
Amado Nervo fue un campo propicio para tocar el haiku, “haikai” en el lenguaje de la época, de tal manera que
especialmente en Hispanoámerica se
inició una corriente liderada por José Juan
Tablada (1871-1945), que tras un viaje a Japón en 1900 se hizo un fiel seguidor de esta “poesia miniatura” como él llegó a
definirla.
No cabe duda que la forma del haiku
encontró en la literatura en español una similitud formal bastante usada: la
solea, el epigrama, el estribillo de la seguidilla –con la misma estructura
silábica: 5-7-5- que facilitó su implantación.
En España, coincidiendo con el
fenómeno de los parnasianos y simbolistas franceses, se produjo una influencia
del haiku que algunos poetas llevaron
adelante, como es el caso de Manuel Machado, que las denominó haikai y que con el mismo nombre[i] , aparecen en sus obras
aunque formalmente difieran mucho del haiku. Esta labor fue continuada por los
ultraístas entre las que cabe citar la obra del sevillano Isaac del Vando que publicó en 1924 dos
ediciones sucesivas de La Sombrilla Japonesa, libro de desigual factura que
constituye su más valiosa creación literaria “ que ilustra muy bien la
variedad de motivos temáticos y recursos formales por los que se interesaban
los ultraístas del momento: el modernismo rezagado, el exotismo orientalizante”,
según Paulino González y Rogelio Reyes[ii].
Libro reeditada en
Sevilla en 1980 bajo la dirección de Rafael Gómez Rivera, Manuel Jurado López y
José A. Moreno Jurado[iii]. En el prólogo que
Adriano del Valle hace del libro: “Isaac
del Vando-Villar en siete colores” , totalmente ultraísta, y en el apartado
Jardines de Nikko dice entre otras
cosas en las que mezcla la cultura china con la japonesa: “...voz de mandarín que caminaba rodeado de los farolillos encendidos
de unos haikais.” , destacando a nuestro criterio el tema “Isaac y las tacitas de porcelana de sus
haikais” , en el que dice: “ Nada más
que tres versos –los tres versos que, como tres finos dedos japoneses, se ciñen
a la porcelana pintada del haikai- …la lírica tacita de este poema en
miniatura..”
Reproducimos
algunos de los haikais de Isaac del Vando:
Abriste la sombrilla
maravillosamente
japonesa amarilla
Con un cestillo de
lotos
el Samuray se encamina
hacia el templo de
Kioto.
La princesa color de
caolín
se divierte recitando
haikais,
dentro de su pequeño
palanquín.
En ellos
es evidente la influencia japonesa, aunque formalmente distara mucho de las
condiciones del haikai o haiku.
En cuanto
a Antonio Machado, en Nuevas
canciones incluye algunos hai-kais, así como en Galerías y
Proverbios, transcribiremos algunos de ellos, especialmente los que tengan más
afinidad con el haiku japones, es decir aquellos en los que prima la
instantaneidad o la naturaleza:
Canta, canta, canta
junto a su tomate,
el grillo en su jaula.
[iv]
De amarillo calabaza
en el azul, cómo sube
la luna sobre la
plaza.[v]
Óctavio
Paz[vi]
ha encontrado la indudable relación entre un poema de Nuevas Canciones :
A una japonesa
le dijo Sokán:
con la luna blanca
te abanicarás,
con la luna blanca
a orillas del mar
con el
siguiente haiku de Sookan:
Si a la luna
se hincase un mango
¡qué buen abanico!
Según Paz,
la explicación exhaustiva que intenta dar Antonio Machado anula es espíritu de
sugerencia propio del haiku japonés, del que conserva sólo la temática.
No cabe
duda que la penetración de esta pequeña estrofa en la literatura española se
hizo por el lado más propenso a las innovaciones, la sensibilidad del
modernismo, la disposición futurista del
ultraísmo y sobre todo la predisposición intelectual de maestros como Antonio
Machado hicieron mucho para que este “poema en miniatura” de Adriano del
Valle encontrara sitio en la
Literatura española.
EL
HAIKU EN HISPANOAMÉRICA
Ya hemos
citado anteriormente a nombres importantes en la introducción del haiku en
Hispanoámerica. México, ha sido cuna de la mayor parte de los grandes autores
de haiku en español, y a un autor: José Juan Tablada, cuya grandeza como poeta
encuentra en sus queridos "poemas sintéticos" (como él mismo los
llamó) un personalísimo vehículo de expresión.
Por lo
demás, aunque los autores iberoamericanos se incorporan algo más tardíamente
que sus homólogos ingleses o franceses al estudio y composición del haiku, a lo
largo del siglo XX se producirán en nuestra lengua aportaciones poéticas muy
valiosas dentro del género. José Juan Tablada (1871-1945): Sin duda el mejor
autor de haiku en lengua española hasta nuestros días, Tablada tiene el mérito
añadido de haber sido el primero en introducirlo en el contexto de la poesía en
lengua española. Nacido en la ciudad de México, y en sus inicios modernistas
colabora con la "Revista Moderna". En 1900 viaja a Japón y toma
contacto con el naturalismo y la brevedad de la poesía japonesa, cuyos rasgos,
sin embargo, no se hacen notar en su poesía hasta mediados de la siguiente
década. Tablada abandona México en 1914 por cuestiones políticas, y se traslada
a la ciudad de Nueva York; muy conocido es su tierno e irónico pareado "Mujeres que pasáis por la Quinta Avenida, /
tan cerca de mis ojos, tan lejos de mi vida...", que encierra gran
parte de su concepción poética y humana.
Tablada
introduce ciertas modificaciones en el haiku tradicional que son adoptadas con
naturalidad por la mayor parte de autores iberoamericanos, cuales son la
introducción de títulos (escasísimos en la tradición nipona) y el uso de la
rima (casi impracticable en japonés por las propias características de la
lengua), donde, según González de Mendoza, "los
poetas mexicanos encuentran la ilimitada riqueza de los asonantes".
Citaremos, para terminar, dos colecciones de poemas de Tablada que recogen la
mayor parte de los haiku que escribió "Un día..." (1919) y
"Jarro de flores" (1922).
Después de
Tablada aparecen algunos poetas muy significativos como Rafael Lozano -quizá el
menos influido por aquel-, José Ruben Romero, Francisco Monterde, José María
González de Mendoza -español nacido en Sevilla pero emigrado a México muy
pronto-, José Frías o Elías Nandino. En estos autores, especialmente en el caso
de Romero, advertimos la sustitución de los paisajes gratos y vivos del haiku
japonés por la rudeza y el colorido intenso de la propia tierra mexicana, con
todo ello, podemos decir que el género cobra autenticidad mexicana. Mención
aparte merece la figura de Octavio Paz, gran teorizador hispánico del haiku y
autor él mismo de algunas valiosas muestras. Paz ha sido pionero en la
traducción de haiku clásicos a nuestro idioma y ha contribuido apreciablemente
a divulgar el género en el ámbito iberoamericano.
18.3
Otras aportaciones desde el español:
La influencia del haiku ha ido creciendo conforme
avanzaba el siglo XX.. Debemos al matrimonio formado por Juan José Domenchina y
Ernestina de Champourcin otras valiosas muestras del género.
Cabe
destacar, en Argentina, las primeras aproximaciones de Alvaro Yunque y Jorge
Luis Borges y, más tardíamente, de muchos otros poetas como Carlos Spinedi,
María Santamarina, Eduardo González Lanuza o Pilar Alberdi, así como las obras
de otros escritores latinoamericanos como el ecuatoriano Jorge Carrera Andrade
o el uruguayo Mario Benedetti. Terminaremos mencionando a estudiosos como la
puertorriqueña Gloria Ceide-Echevarría, los españoles Fernando
Rodríguez-Izquierdo y Antonio Cabezas o los argentinos Samuel Wolpin y Osvaldo
Svanascini, los cuales, además del ya mencionado Octavio Paz, a veces con
estudios teóricos, a veces con traducciones literarias originales del japonés,
han llenado un largo vacío en nuestra lengua y nos han acercado en los últimos
tiempos no sólo al género poético que nos ocupa sino a la literatura japonesa
en su conjunto, a su fascinante historia y, sobre todo, a la extraordinaria
sensibilidad de sus autores.
(De varias fuentes:
Fernando Rodríguez-Izquierdo “El haiku japonés”, Pedro Aullón de Haro, “El jaiku en España”, “El Rincon del
haiku”.)
EL HAIKU EN
ESPAÑA ACTUALMENTE
Actualmente en España se hace mucho haiku y gracias a la labor
de Fernando Rodríguez-.Izquierdo y determinados foros de haiku, se ha extendido
su conocimiento a la par que se ha ido depurando tanto la técnica como
realizándose una aproximación a sus fuentes originales el conocimiento.
Creemos muy interesante transcribir las palabras de Vicente Haya
en entrevista que le efectúa el periodista
tinerfeño Coriolano González:
¿Hay un renacimiento del
haiku en español?
Desde hace unos diez años, gracias a
páginas web como El rincón del haiku, se ha producido en castellano una
auténtica escuela de haiku. Es algo emocionante ver cómo los esfuerzos no caen
en saco roto, y hasta qué punto los que comienzan a escribir haikus se están
dejando guiar por su sinceridad y su fino olfato. Desde luego que hay los
típicos tertulianos de salón, con mucho tiempo libre y demasiada vanidad para
reconocer que se han inventado el haiku y se han autoconstituido en maestros
antes de haber puesto un pie en Japón, gente que no han encontrado cabida en la
literatura occidental y quieren ser maestros en cualquier otro mundo que no les
exija tener ningún talento literario. Y se aprovechan de que el haiku ha sido
durante décadas tierra de nadie. Pero actualmente es ya difícil engañar a las
almas cándidas que se acercan al haiku sobre quién sabe y quién no sabe. Estos
“falsos maestros” son ya una excepción y están en vías de extinción.
¿Qué le parece la situación actual
del haiku en español?
Hay que trabajar más. Todavía falta
mucho. Estamos en la prehistoria. Pero en la prehistoria que ya ha inventado el
fuego y la rueda. Es cierto que podría haber cientos o miles de buenos
escritores de haiku, con el tiempo que hace que teóricamente se conoce el haiku
en España e Iberoamérica. Y no los hay. Pero al menos hay una docena de buenos
escritores de haiku en castellano. Estos serán maestros de los que vengan
después. Lo importante ahora es poner orden. Esto ha sido hasta ahora un
crecimiento tumoral: hay que cortar, sanear y establecer las condiciones de una
vida saludable en el cuerpo místico del haiku para que el paciente viva mucho
tiempo y siga viajando de aquí para allá. Porque el haiku es viajero y le gusta
expandirse, pero con disciplina. Sin orden, no hay haiku.
[i] Machado, Antonio Manuel:
Obras completas. Hay-kays. p.251. E.Plenitud. Madrid, 1967. Cit.
Rguez-Izquierdo, Fernando: El haiku japonés. P.203. Hiperión. Madrid, Cuarta
edición, 2001
[ii] Paulino González y
Rogelio Reyes,
Los papeles perdidos de
Isaac del Vando, Fundación El Monte y RASBL, Sevilla, 2003,
págs.14-15
[iii] Gómez Rivera, Rafael;
Jurado López, Manuel; . Moreno Jurado, José A . La sombrilla japonesa.Editorial
DENDRÓNOMA. Sevilla, 1980
[vi] Rodríguez-Izquierdo,
Fernando: op.cit., p..204