domingo, 9 de febrero de 2014

RESEÑAS IV. EL TERRITORIO DE LA LUZ DE LUCÍA RUÍZ BERNAL



CUANDO COMIENZA LA AURORA,
SOBRE EL TERRITORIO DE LA LUZ DE LUCÍA RUÍZ BERNAL
Ed.  En Huida, 2012















Lucía Ruiz es profesora de filosofía y poeta, o poeta y filósofa, para ella ambas actividades van unidas, pues: "La filosofía también es poesía. No puedo desvincular una cosa de la otra.” Para ella "la poesía es un bálsamo" que le permite bucear en sus vivencias más íntimas, pero también tratar temas transcendentales.  Dice que : . "No me reconozco si no puedo escribir. La poesía me nutre y me hace vibrar, tanto como si escribo como si la leo" y hace hincapié en el valor solidario y de comunicación que encierra la poesía: "Escribir poesía es un acto generoso con los demás y con uno mismo".

Íntimamente relacionada  con el mundo de la literatura, ha dirigido la tertulia literaria Malaletra, en la ciudad de Sevilla, donde participa en actividades relacionadas con la cultura y el pensamiento.  Es coautora de los libros Haz de palabras, La mujer en la poesía hispano-marroquí,  Versos para derribar muros y Miradas sin fronteras 2012. Ha colaborado en la revista digital de arte y pensamiento Artegnos con relatos y en la revista En sentido figurado con poemas.

“El territorio de la luz”, es su primera obra en solitario y en ella nos entrega su sentir poético y, con ello, parte de su vida. Como afirma Borja de Diego en el prólogo, éste es “Un abrazo de náufragos, un texto dispuesto a acoger, a recibir, refugiar. Textos dispuestos a sanar, que olvidan esos tópicos de “poesía es describir un sentimiento” para transmitir calor.”Siendo también: “Una celebración vital  y la creencia –esperanzadora- de que no basta con vivir, hay que celebrarlo”. . El territorio de la luz es un libro de amor que canta al gozo de vivir, a la emoción del mundo, que no se sustrae al guiño filosófico.

La autora define su obra asi: “…Se divide en tres partes. la primera habla del amor como forma de ser; la segunda parte de los otros, aquellos en los que me miro a modo de espejo y me ayudan a situar y a perfilar mi persona; y la tercera, el eterno retorno y el ser como tema latente". Estas tres partes se titulan: El amor, Con los otros  y Eterno retorno.
En la primera, el más exacto tiempo del amor, es no solo descubrimiento sino intensa celebración : “Llegas/ levantas mi corazón/ la belleza de tu vuelo/ la quietud con la que cortas el aire.”, celebración ,y enajenación: “ …y sentimos la locura./ Descubrimos el terror de la belleza.”, en poemas de intenso lirismo con resonancias del Cantar de los Cantares: “ Tu boca nombra mi desnudez,/ tus ojos  levantan mi aliento, tus manos tatúan mi cuerpo/  tus dedos atestiguan mi presencia, tus labios sanan mis heridas,/…”. La segunda parte, es una especie de relación biunívoca con los demás, que comienza por un reconocimiento del espacio que media entre la poeta y el mundo: “¿Cuál es la distancia/ entre mi ser y lo demás?”, diferenciando soledades : “Tu soledad no es igual que la mía, /ni tu tristeza, ni tu dolor,/…” ; pero al mismo tiempo una voluntad de solidaridad : “Ven cuéntame la derrota/ vamos a deshacerla/…” .La  profesora de filosofía  que es, titula  la tercera parte de su libro con el nietzscheano título de Eterno retorno. Si en el "eterno retorno" nietzscheano  los mismos acontecimientos se repiten en el mismo orden, la poeta nos dice: “Entré en el mar por la parte más profunda,/ donde las olas danzan desordenadas,/ donde no se divisa la orilla./ En él quiero seguir.”  Y en su propia búsqueda : “ Cuando no me reconozco/ en ningún espejo, de nuevo comienza el hechizo./”. Culminando en el poema “La aurora” que es todo un símbolo de retorno a la pureza de lo sencillo, del estoicismo austero de la vida: “…cuando no se necesita equipaje,/entonces, solo entonces, / es cuando comienza la aurora.”

Late en el fondo de este bello poemario, no solo la fina factura poética, en una forma sencilla, clara, que acierta en la transmisión de la emoción y sobre todo en el sapiéntisimo uso de los mínimos elementos, sino ese mensaje filosófico de aceptación de lo vivido, de reconciliación con el mundo cuya aurora comienza en la luz de lo sencillo.


 ©F.Basallote






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