CUANDO COMIENZA LA
AURORA,
SOBRE EL TERRITORIO DE
LA LUZ DE LUCÍA RUÍZ BERNAL
Ed. En Huida, 2012
Lucía Ruiz es profesora de filosofía y
poeta, o poeta y filósofa, para ella ambas actividades van unidas, pues: "La filosofía también es poesía. No
puedo desvincular una cosa de la otra.” Para ella "la poesía es un bálsamo" que le
permite bucear en sus vivencias más íntimas, pero también tratar temas
transcendentales. Dice que : . "No me
reconozco si no puedo escribir. La poesía me nutre y me hace vibrar, tanto como
si escribo como si la leo" y hace hincapié en el
valor solidario y de comunicación que encierra la poesía: "Escribir poesía es un acto generoso con los
demás y con uno mismo".
Íntimamente
relacionada con el mundo de la
literatura, ha dirigido la tertulia literaria Malaletra, en la ciudad de Sevilla, donde participa en actividades
relacionadas con la cultura y el pensamiento.
Es coautora de los libros Haz de palabras, La mujer en la poesía
hispano-marroquí, Versos para derribar
muros y Miradas sin fronteras 2012. Ha colaborado en la revista digital de arte
y pensamiento Artegnos con relatos y
en la revista En sentido figurado con
poemas.
“El territorio de la
luz”, es su primera obra en solitario y en
ella nos entrega su sentir poético y, con ello, parte de su vida. Como afirma
Borja de Diego en el prólogo, éste es “Un abrazo de náufragos, un texto
dispuesto a acoger, a recibir, refugiar. Textos dispuestos a sanar, que olvidan
esos tópicos de “poesía es describir un sentimiento” para transmitir calor.”Siendo también: “Una celebración
vital y la creencia –esperanzadora- de
que no basta con vivir, hay que celebrarlo”. . El territorio de la luz es un libro de amor que canta al gozo de
vivir, a la emoción del mundo, que no se sustrae al guiño filosófico.
La autora
define su obra asi: “…Se divide en tres partes. la primera
habla del amor como forma de ser; la segunda parte de los otros, aquellos en
los que me miro a modo de espejo y me ayudan a situar y a perfilar mi persona;
y la tercera, el eterno retorno y el ser como tema latente". Estas tres partes se titulan: El amor, Con los otros y Eterno retorno.
En la primera, el más
exacto tiempo del amor, es no solo descubrimiento sino intensa celebración : “Llegas/ levantas mi corazón/ la belleza de
tu vuelo/ la quietud con la que cortas el aire.”, celebración ,y
enajenación: “ …y sentimos la locura./
Descubrimos el terror de la belleza.”, en poemas de intenso lirismo con
resonancias del Cantar de los Cantares: “ Tu
boca nombra mi desnudez,/ tus ojos
levantan mi aliento, tus manos tatúan mi cuerpo/ tus dedos atestiguan mi presencia, tus labios
sanan mis heridas,/…”. La segunda parte, es una especie de relación
biunívoca con los demás, que comienza por un reconocimiento del espacio que
media entre la poeta y el mundo: “¿Cuál
es la distancia/ entre mi ser y lo demás?”, diferenciando soledades : “Tu soledad no es igual que la mía, /ni tu
tristeza, ni tu dolor,/…” ; pero al mismo tiempo una voluntad de
solidaridad : “Ven cuéntame la derrota/
vamos a deshacerla/…” .La profesora
de filosofía que es, titula la tercera parte de su libro con el
nietzscheano título de Eterno retorno. Si
en el "eterno retorno" nietzscheano los mismos acontecimientos se repiten en el
mismo orden, la poeta nos dice: “Entré en
el mar por la parte más profunda,/ donde las olas danzan desordenadas,/ donde
no se divisa la orilla./ En él quiero seguir.”
Y en su propia búsqueda : “
Cuando no me reconozco/ en ningún espejo, de nuevo comienza el hechizo./”. Culminando
en el poema “La aurora” que es todo
un símbolo de retorno a la pureza de lo sencillo, del estoicismo austero de la
vida: “…cuando no se necesita
equipaje,/entonces, solo entonces, / es cuando comienza la aurora.”
Late en el fondo de este bello
poemario, no solo la fina factura poética, en una forma sencilla, clara, que
acierta en la transmisión de la emoción y sobre todo en el sapiéntisimo uso de
los mínimos elementos, sino ese mensaje filosófico de aceptación de lo vivido,
de reconciliación con el mundo cuya aurora comienza en la luz de lo sencillo.
©F.Basallote
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