SEGÚN LA COSTUMBRE DE
LAS OLAS
CLARA JANES/JENARO
TALENS
EDITORIAL SALTO DE
PAGINA, MADRID,2013.
El poemario “Según la costumbre de las olas” es un iconotexto, en el que Clara Janés y
Jeraro Talens interactúan combinando unos textos poéticos en prosa poética con unos
iconos realizados por Clara Janés .
La poeta y traductora
Clara Janés (Barcelona, 1940), obtuvo en 1997 el Premio Nacional de Traducción
por el conjunto de su obra. Destacan sus traducciones de la lengua checa y,
singularmente, de la obra poética de Vladimir Holan y Jaroslav Seifert. También
ha hecho un importante trabajo difusor de la poesía turca en el estado español.
Sus primeras obras poesía fueron “Isla del suicidio” y “Las estrellas vencidas”
(1964), pero su obra poética es extensa: “Poemas
humanos”, “Antología personal” (1959-1979), “Eros”, “Vivir”, “Fósiles”, “Lapidario”, “Creciente fértil”, “Ver el
fuego”, “Movimientos insomnes” y “Orbes del sueño”, entre otras. En 2007
fue galardonada con el X Premio Nacional de las Letras “Teresa de Ávila”. Ha publicado asimismo cuentos, biografías,
novelas y ensayos.
Jenaro Talens (Tarifa,
1946) ha reunido casi toda su obra poética en tres volúmenes: “Cenizas de sentido” (1962-1975), “El largo aprendizaje” (1975-1991) y “Puntos cardinales “(1991-2006)”. En 2011
publicó “Un cielo avaro de esplendor”
y en 2013 otros dos: “El hombre que
miraba al cielo” y “Tabula rasa/el sueño del origen y la muerte”. Ha
traducido a Petrarca, Shakespeare, Hölderlin, Goethe, Novalis, Rilke, Becket y
Natan Zach. La poesía de este autor de la “Generación
de los 70” ha sido traducida al
alemán, inglés, francés, italiano, hebreo y portugués. Jenaro Talens también es
autor de libros de ensayo sobre Cervantes, Quevedo, Espronceda y Cernuda, entre
otros.
Este libro fue construyéndose
paso a paso. “Del mismo modo que se ilumina un objeto olvidado me llegó un día la
propuesta de diálogo por parte de Jenaro Talens. Jenaro insiste en que habla
desde su vida, no desde sí mimo; se expresa pues en un terreno en progreso, en
movimiento donde nada es absolutamente fijo –según la costumbre de las olas-,
terreno sin embargo que sustenta un único elemento”, explica Clara Janés en
una nota final al libro. “Yo
le mandaba las imágenes a Jenaro y él me remitía los textos”, recuerda la
poeta y traductora. Se iban estableciendo, así, “puntos de contacto” y un relato “cada vez más nítido”. “(…)
En el origen, sin embargo del proyecto, que constituye Según la costumbre de
las olas, no había reflexión alguna ni cuestiones de tipo conceptual, sino algo
más inconcreto e inexplicable: un estremecimiento, un pálpito”, dice Jenaro
Talens en su nota final.
En unas declaraciones,
Jenaro Talens sintetiza el proceso y los motivos de sus partes: “Clara Janés me mandó un fotomontaje que
había hecho, a ver qué me parecía. A mí me sugirió un poema. Yo se lo mandé.
Entonces ella me mandó otro. Yo volví a hacer un texto y luego quedamos en la
posibilidad de que, si se presentaba la ocasión, haríamos algo juntos. Y la
ocasión, no muy agradable, digamos, se presentó cuando murió su madre poco
después. Su madre era música, igual que mi padre, y habíamos hablado muchas
veces de esta presencia de la música en nuestra vida, y entonces ella sugirió
la posibilidad de hacer una especie de homenaje a la memoria de mi padre, con
un quinteto, y fue lo siguiente que hicimos, después de los dos primeros, que
eran un dúo. De ahí yo le propuse hacer un cuarteto, luego un trío, luego
hicimos un solo en homenaje a su madre que tocaba el clavecín, y así salió. Una
cosa así como muy natural, no fue una cosa programada en principio, pero,
bueno, estas cosas pasan a veces, ¿no?”
Según la costumbre de las olas acoge prosas poéticas. El libro se estructura en los
siguientes apartados, de claro significado musical: Duo; Trío Transfinito; Quinteto; Cuarteto, y Fuga, ya que la Música es como la raíz del mismo y a la par vehículo de la
experiencia dual. Se inicia el poemario con un poema A modo de obertura, denominado Todas
las mañanas del mundo que comienza así: “Quien
fuera dueño un día de este mar y este cielo, deambula sin rumbo por los
desvanes de una memoria que no tiene fin…” y memoria y naturaleza se traman
entre si formando una urdimbre en la que las músicas de un tiempo afluyen
como un requiem en el que el dolor
de la pérdida se difumina en el aire gozante de la vida. “Vio
desfilar en su memoria pétalos de bruma, inviernos, mediodías, cielos no
siempre grises y otros jardines insumisos…” , dirá en el Quinteto, mientras en el Cuarteto canta a los cuatro elementos y
en Fuga,
de nuevo la memoria : “Como en las
albas negras de otro ayer…Una infancia remota que fuera un día incólume
jardín…El aire asciende y se serena por una escala inexplicable….Arpegios y
volutas, como inocuos fantasmas sin color, forman arcos de sombra junto a los
libros y las partituras…”, culminando el libro con el poema Conjeturas en torno a la inutilidad de la
melancolía, en el que dice: “El mar se ha vuelto amargo, como si
sospechase lo pronto que caduca toda su inmensidad. Esperando el silencio, igual que un centinela
espera el alba…. Escrita en el envés de un pergamino, esa borrosa escena que se
desvanece ¿es aún la vida?”
En suma, un libro
original y exquisito, un poemario dialogado en el que imagen y textos se
complementan. Una misma poesía sincronizada por dos voces de una dilatada trayectoria
poética, como un regalo visual y al mismo tiempo como insinuante música latente
que se difunde en su lectura.
©F.Basallote
No hay comentarios:
Publicar un comentario