EN
MEMORIA DE UN HOMBRE
DOMINGO F.FAÍLDE, POETA
Con Domingo Faílde,
perdemos no solo a un magnífico poeta, sino un especial referente ético para
nuestra Literatura y para nuestra sociedad. Hombre de convicciones humanistas veía cómo se descomponía el mundo,
adivinaba una destrucción absoluta de los valores humanísticos, desde su
perspectiva ética dominada por un concepto filosófico en el que lo clásico
convivía con los más destacados filósofos de la contemporaneidad.
La situación de este
país, y de la sociedad europea en general, en esta crisis impuesta, hirió profundamente
sus sólidas convicciones políticas y abominaba de sus generadores en términos
apocalípticos. Estableció subliminalmente una metáfora entre su estado físico y
las circunstancias externas. Y hacia ya algún tiempo en que premonitoriamente se obstinaba en esta visión terminal. En
ocasión de la muerte de su hermano, que tanto le afectó, me dijo: “Somos seres para la muerte,
como bien decía Sartre.”, seguro ya de una meta que se acercaba.
Era ya una lucha contra
el tiempo en la que presentía su derrota: “
…Tarde o temprano, el tiempo, en su ejercicio,/ acaba descubriendo sus naipes y
las trampas/ de la sucia partida que juegan en pareja/ él y la muerte….” Dijo
en “La mala letra” ese libro liminar
que como él decía era“poesía
en fase terminal”, que se manifiesta
crudamente en poemas como “Forever”:
“Alguna vez, si antes/ locura o desmemoria/ no nos retiran…/ habrá que poner
punto/ final, guardar los bártulos/ y dejar para siempre la escritura./ ¿He
dicho “para siempre”?/ Para siempre es la muerte/ y eso ya estaba escrito.” Aceptación,
conformismo: “ Sé que me iré, algún día,
ligero de equipaje/ -para variar-. Ahora,/ en la sala de espera de lo oscuro,
me he cortado las venas: perdonadme,/ esta vez fue tan sólo un simulacro.” . Y revisión, como en “A modo de inventario”, dirá: “He
quemado las salvas de mi vida/ en ferias de suburbio, tan oscuras/…/ todo suena
a canción de despedida/ y estoy cansado, la certeza a cuestas/ y una vida
detrás.”. Inventario de glorias y
derrotas que la memoria se encarga de administrar en ese tiempo liminar: “
Cuando ya se han perdido las guerras, sin remedio,/ la fama, la fortuna, la
esperanza,/ la virtud –desde luego- y el decoro,/ uno vive tranquilo,/ toma de
la memoria, como un pájaro,/ su mínima ración de agua y alpiste/ y deja que la
vida, sin esfuerzo, escriba los renglones que le quedan…”
Amante de la vida, dejó
claro sus preferencias: “ ……, los cisnes,
las magnolias,/el rumor de las fuentes, la música, los libros,/ las mujeres
desnudas, el vino, los manjares,/ las vajillas antiguas y el amor; / amo todo/
lo que habrá de extinguirse, …/…”, para terminar en el poema “Lluvia” diciendo: “…Sigue lloviendo, es tarde, tu vida se derrama./ Lo demás, solamente
silencio, un paso al frente,/ ser dueño de ti mismo,/ no ser nada tal vez.”
Y en un día de lluvia,
de este fatídico invierno, la vida derramó su último vino….para dolor de todos
nosotros y pérdida inexorable de esta Poesía y de este país tan necesitado de
hitos de luz y de ética. ´
F.Basallote
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