jueves, 11 de septiembre de 2014

NUEVO LIBRO DE FRANCISCO MENA CANTERO



BUSCANDO EN EL VIENTO
A propósito de EN EL VIENTO TAMPOCO de FRANCISCO MENA CANTERO.
VITRUBIO, 2014















La Poesía Mística tiene hoy día bastante vitalidad, aunque a decir verdad limitada a poetas que sin estar anquilosados en el pasado;  trasladan  las vías de acercamiento a la divinidad  a la literatura actual,  conservando,  con savia y vitalidad propias una poesía que no desmerece de su larga tradición. El término mística procede del verbo griego, "muein", que significa "cerrar"; hace referencia a algo oculto, secreto. Mística, pues, etimológicamente, sugiere la vida espiritual secreta, íntima, no ordinaria.   La pervivencia de este género, en el espacio particular de la literatura de signo espiritual, se hace realidad hoy en la producción de varios autores, entre los que destaca Francisco Mena Cantero ,(Ciudad Real, 1934), cuya obra Esta fe que nos lleva  fue ganadora del XX Certamen    Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo y en la que  nos sumerge en una obra , de profundidad y de luz, de musicalidad y ritmo, de pureza formal y limpieza absoluta del fondo, donde nítida luce la razón de su aventura y la búsqueda de esa verdad tras la que a lo largo de su intensa obra ha sido   su vocación y designio, no sólo manifestación sino invocación, no sólo cotidianeidad sino transparencia, no sólo rito sino trascendencia.


Dentro de esa búsqueda por los caminos de la Naturaleza,  nos ofrece en su nueva obra En el viento tampoco  su encuentro con la huella del amado: “Andas por los silencios de mi casa./ Por los bajos del patio y en la altura/… / En esta suave brisa que traspasa, / en el pan y en el vino, en la ternura/… / Quiero volver a ser tu viejo amigo; / …”, y en similitud con San Juan de la Cruz: “Ascendí hasta el monte de mañana./ Escapaban las sombras fugitivos/ del sol, y entre las rocas/ saltaba un arroyuelo en libertad./ Tú más libre que el viento,…/…/Dio en mi pecho la hora en plenitud/ de la alegría…”. Siente el poeta la presencia anhelada, mas también el fracaso de su búsqueda :  “Estás llegando siempre. Cada día,/ a cualquier hora,/ pronuncio una palabra  y eres tú/ quien me la dicta,/ más no descubro al ruiseñor eterno/ de tu inmanencia./…”  y se pregunta:” …Cómo encontrar el vaho de mi jardín/ derramado en el patio de mi casa./ Es preguntarte/ cómo llegaste y cómo estás, tú que eres / la sagrada caricia/ del agua/…”. Y hay una conformidad en el fracaso : “ Sea tu voluntad, pero no entiendo/ tu desbandada, Dios siempre buscado /…/ Diariamente hoguera en mis adentros, pero nunca me quema tu palabra./…” y al mismo tiempo un aserto: “ La palabra de Dios es el silencio./”, categórico y rotundo.


Escrito con el cuidado uso de las formas clásicas, con su recurso a la elementalidad de las cosas, con diversidad de fuentes de las que siempre mana agua clara, urde en su sencillez la trama de un emocionante universo de riquezas múltiples, luminosamente decidido a esa trascendencia que si bien ha sido patente en toda su obra, aquí es claramente manifiesta.  

F.Basallote

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