LA PALABRA COMO INSTRUMENTO
esencial
Dentro del
panorama poético actual, dominado, en
general, por poetas que buscan un lenguaje más coloquial para transmitir sus
ideas y sentimientos, existe una poesía distinta, concebida desde otros
parámetros y que tiene como figuras cercanas a Valente, Gamoneda o Blanca
Varela; una poesía adquiere, por la integridad de su
planteamiento, por la implicación metapoética, un destacado valor de
profundidad estética y por ende de honestidad creadora.
Incluimos a nuestro
criterio, en ella, a Sara Castelar (Hannover, 1975), autora de los
libros El pulso, editada por E. H. y Verso a Tierra, que obtuvo el X Premio de Poesía Ciudad de
Ronda, editada por Cedma. Sara Castelar define su proceso creador de la
siguiente manera:“escribo
porque para mí es un proceso vital y para ello necesito moverme en esos
parámetros de la imagen, del lenguaje desprendido de los significados
asignados”. En “Verso a Tierra” La
instrumentalización de la palabra como herramienta es patente:“Reptando en la palabra de algún dios
indeciso…” para “Dejar el verso en
tierra/ y crecer de tus manos, de tus tímpanos/ hasta el origen vivo de la
escarcha…” y en la palabra está el mundo, sus elementos: “El ángel que derrama todo el mar/ ha
nombrado la noche…”. Mas en la
emoción del poema está contenido el sentimiento: “ Yo te amo en el vértigo del mundo,/ con la piel traspasada por los
hilos/ donde se amarra el aire con tu aire…” , sentimiento a veces
sobrevenido en la memoria: “Sé que una
madre te florece/ en la ternura inquieta de los dedos/ y que la noche/ es un
dardo que sangra voces muertas…” , “
…Yo soy de aquel lugar que no conoces/ de aquella tierra húmeda/ que llora en
los marjales/ y amenaza de muerte los recuerdos.”. Y en ese mundo donde la
palabra insiste, reivindica con ella la
soledad del poeta: “Somos carne de
poesía/ y estamos solos”
Si en Asignaturas del aire, (Origami,
Cádiz,2012), Carmen Sáiz (Jerez de la Frontera 1979), elaboraba con
las constantes de la poesía universal un
hermoso poemario, conjugando una
maravillosa urdimbre en cuya música latían con fuerza las asombrosas
combinaciones de las eternas palabras
que traman hermosas y deslumbrantes metáforas, un resplandeciente fulgor
que la habilidad creadora de la poeta ubicaba en el frontispicio de su obra. En
Estado de
Conjeturas ( Vitrubio, 2013), se aproxima al mundo intentando
desentrañarlo desde una posición experimental, con la palabra como instrumental
esencial que se detiene como escalpelo en la cotidianidad , desentrañando los
misterios del amor o del desamor el
dolor ,la soledad, la ausencia...Ha definido su poética como “…un locutorio entre el mundo y uno mismo,… en el
que “sólo el poeta acepta el sacrificio
/ tan vano de intentar que albergue un verso / vida, y lata, y refleje en su
reverso / el rostro de una voz entre el bullicio.” Y es esa
palabra hecha verso la que en este Estado
de Conjeturas se abre en El comienzo para decir: “Alguien abrió la caja de los versos/ y
poetizó la tierra./ El primer poema en el mundo/ acababa de escribirse.” Y
es esa palabra en su aproximación conjetural en “esa región quizás de lo probable/ donde maquina el ojo una
encerrona/ y su complot de hipótesis
bendice/otro golpe de estado hacia el asombro…”, la que elabora en un fino
trabajo de alquimia su transformación en el oro transmutado de las metáforas
que van más allá de toda semiología, directas al nítido núcleo de la belleza : “Despertó/ el hondo secretismo en el escote/
de los pámpanos, la dicha/ con voluntad
de lámpara e instante/…” o “ Levitan catedrales en tu voz/ donde posa
el asombro a sus cigüeñas/…./ Ha debido colgarse de tus jarcias/ la lucidez del
lirio y de los arces/..”
Incluiremos en este apartado de poetas vinculados a la palabra como
instrumento esencial a Benjamin León (La Serena, Chile,1974) autor de:“La luz de los metales”,
Institución Cultural El Brocense, 2009; “Canciones para animales ciegos”, Autores
Premiados,2013 XXXIII Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez.
y “Para no morir”, Turandot Ediciones, 2012..Para el poeta: “quien trabaja con la poesía, quien macera las palabras
para aunar en ella los diálogos de la emoción, abre sus percepciones al todo
donde se habita, a los sucesos que acaecen o transcurren, y recoge las partes
de esta semilla que vinculan al mundo con el ser humano.” Para no morir es un hermoso poemario en el que
su estructura descansa en dos pilares contradictorios aparentemente, aunque
complementarios en la realidad: el “tempus fugit” y la memoria que tan
bien describe el poeta. El
primero de ellos nos alerta de la brevedad como es el caso del primer poema del
libro que nomina al poemario: “Para no morir” ; Si para no morir / formamos
la palabra/ y hacemos de su pulso el cuerpo en la ceniza/a qué terrible muerte
nos alzamos,/ …/ Jamás yace el poema”; pero al mismo tiempo nos propone la
salvación en la palabra. Sólo en ella está la salvación y en ella está el
verdadero soporte, el pilar escondido, tras tantos trampantojos.
Es decir, revelación, convirtiendo la palabra en el instante
puro, traspasando la sustancia de las palabras para con ellas en un mundo
nuevo, de consolidada esencia, de persistente y constante energía construir
alquímicamente una realidad más pura, en la que sea la palabra esencial hechura
de la emoción, emoción misma.
©F.Basallote
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