FRANCISCO
BASALLOTE
MEMORIA DE JULIO
( A propósito de un epistolario)
“ La muerte aquí. La muerte. La tremenda
invasión de la sombra
y el baldío..”
JULIO MARISCAL
MEMORIA DE JULIO MARISCAL
Dice Aquilino Duque[i]
que uno de los dos poetas de su generación a quien tuvo como maestro fue Julio
Mariscal, -el otro fue José Luís Tejada- . Dice que cree que fue de su mano
como llegó a Lorca y a Alberti. También dice: “ No recuerdo muy bien quién
me puso en contacto epistolar con Julio Mariscal; ...esos primeros versos de
Mariscal me llegaron por vez primera copiados de su puño y letra, acompañados
de consejos y críticas de los versos que a mi vez yo le mandaba. Al criticarme
a mí por el empleo de tal o cual palabra, no escatimaba la autocrítica...” . Estas
palabras del poeta sevillano hacen que, con toda la distancia, me sienta
condiscípulo del poeta sevillano en tan excelente y único maestro...
Este magisterio, aunque profundamente
decisivo para mi, fue lamentablemente corto - desde octubre de 1958 hasta abril
del siguiente año- y en su brevedad
influirían tanto mi inestable condición personal como la difícil
encrucijada personal por la que pasaba el poeta. Tiempo de transiciones para el que iniciaba
su historia y para quien había terminado
una etapa de la que sólo quedaba una
inmensa nostalgia, datada en Poemas de Ausencia y se abría a un tiempo de desasosiego
premonitorio...
Sean estas palabras homenaje y
manifestación de mi gratitud a quien con su palabra me enseñó que la única
salvación es la poesía...
DESCUBRIMIENTO
A finales del verano de 1958, saca ALCARAVÁN su poemario numero 4. Se trata de QUINTA
PALABRA , un libro de sonetos prologado por José María Pemán, que la crítica
de Cádiz justamente ensalza y que para mi, un joven aprendiz de poeta de
diecisiete años, veía brillar en el escaparate de la vieja Librería Escelicer cada vez que pasaba hacia el Instituto
Columela. Su poder de seducción se acrecentaba con los días hasta que por fin
pude reunir las quince pesetas de su precio y comprarlo.
En Vejer, en mi soledad, después de
leerlo y saborearlo tantas veces, sorprendido de la
luz de la palabra del poeta y
ensimismado en su brillantez decidí -siempre he sido muy tímido- escribirle
a Arcos, sin saber su dirección,
poniendo en el sobre solamente Julio Mariscal, Poeta.
A vuelta de correos me escribió el
Poeta honrándome con su amistad y en esta primera carta[ii], dándome su primera clase de poética que nunca
olvidaría : “ Escribe Vd. dos adjetivos: sencillo y claro. Si hubiese Vd.
agregado la palabra emoción, hubiera Vd. definido mi concepto de Poesía:
claridad, sencillez, emoción.” . Continúa desgranando su trilogía
poética: “Escribe ese gran poeta que
es -que fue- Pedro Salinas, que la poesía es siempre obra de claridad, de
esclarecimiento, aunque necesite los arrebozos de lo oscuro... En lengua
española resplandecen, sobre todos, esos pocos poemas en donde se encuentra al
clarísimo a través de las tinieblas...”.
“ Juan Ramón ha acertado en el concepto justo de sencillez: sencillo
es lo conseguido con los menos elementos; es decir, lo neto, lo apuntado, lo
justo...”. “Falta la emoción: Pobre del
poeta que enmascara su verdad, su mundo interior, su pan y su sal por el tópico,
el certamen, el tararí tarará...La verdadera poesía no consigue serlo hasta que
deja de ser de uno para ser del lector.”
Así con claridad, abierto poeta, en su primera carta como lábaro definitorio,
su desnudez más pura; como presentación su poética por delante y una gran
lección para quien humildemente le decía que era un poeta novel y a quien contesta: “Poeta: Dios mío...¡¡Qué
difícil!... Novel, somos todos. En poesía siempre se está empezando, hay que
procurar aquello del poeta francés: Dios nos da siempre el primer verso,
nosotros tenemos que procurar que los restantes no desmerezcan de su
primogénito divino” . Pero su docencia no termina en esta magnífica sesión, su humanidad y su inmenso afán de
conocimiento de los demás se trasluce en el colofón de la carta : “..me
gustaría que me escribiese alguna vez y me enviase poemas ...¿que lee? ¿que
edad tiene? ¿qué hace? ...”
Revivo esta carta con la emoción primera y desde el cantil del tiempo observo
cúanto de simiente viva había en estas palabras, cumpliendo lo que dice Pepa
Caro[iii]
hablando también del Poeta: “ El tesoro más preciado de los poetas es hacer
poetas a los demás, prestarles sus sentimientos, con la fuerza arrolladora de
sus palabras...”
POEMAS DE AUSENCIA
Publicada el año antes en Madrid , en
la Colección Lazarillo, me la envía Julio en su segunda carta[iv]
. En ella alude a los poemas que le envié y en sus palabras el consejo
magistral, esa maravillosa fuente de poesía,
al mismo tiempo que manifiesta sencillamente su posición : “ Sus
poemas me gustaron. Es Vd. muy joven y tiene que andar aun mucho camino. Hágalo
sin prisas, lea mucho y escriba poco. Discipline esa fogosidad de la juventud
excesiva. Adelante pues y a talarse esos resabios del XIX. Los clásicos y los
poetas de hoy - los poetas, por Dios, no toda esa epidemia de intrusos.”
En el envío es escueto, así como en la dedicatoria, que dice
textualmente: “ A Francisco Basallote Muñoz, pronto poeta y ya amigo, para
que no pierda el ánimo de estas cosas”
Sin embargo he de decir que fue tan rico para mí, que desde ese
noviembre de 1958, a
donde quiera que he ido me ha acompañado ese pequeño e intenso libro, junto a
este pequeño epistolario que voy aquí desgranando poco a poco, porque en ellos bebía mi razón poética, de
ellos emanaban una fuerza, un magnetismo misterioso, a los que me he aferraba con fuerza en los
múltiples naufragios de mi vida y de los que me salvaron con toda seguridad por
esa fe en su palabra.
En su tercera carta[v]
sí me habla de Poemas de Ausencia, con unas palabras en las que latía la
esperanza pese a todo: “ Poemas de Ausencia es, para mí, mi mejor libro.
Quizás por esa tristeza que Vd. me señala y que, posiblemente, alguna vez se
hará luna y jazmín como me pronosticaba un buen amigo, para el Pentecostés
de la Alegría”. Pentecostés que -más
tarde lo supimos- nunca llegaría a
celebrar completamente.
Por primera vez habla de la tierra en
respuesta a unas fotos de Vejer que a su petición le había enviado. “ Creo
con Vd., que Arcos y Vejer tienen de común bastante más de la Frontera:
paisaje, ambiente, y sobre todo, esa maravillosa tristeza andaluza, ese
encontrarse siempre en las cosas elementales -que, en definitiva son las
eternas- del pan y la carreta, del pegujal y el cardo, en donde Dios ha puesto
un poquito más de ternura, un muchísimo más de corazón y gracia .”
De nuevo el consejo poético: “ Lea
a Lorca, a Antonio Machado, a Rafael Alberti; lea sobre todo canciones, cosas
de ritmo fácil, de consonantes perfectas; no es posible llegar al verso blanco
sin esta prueba de actitud, que es ya el prefacio de la madurez.”
Ya he dicho lo que ha significado a
lo largo de mi vida poética este Poemario de Julio, no sólo como compañía sino
como Vademecum ; pero mucho más repercutió en mi espíritu y en mi poesía
en aquel largo invierno de 1958-1959 de Vejer,
perdido en el laberinto de la adolescencia y sentir con el poeta : “...que terrible
océano de amargura/ sentirte el corazón lleno de rosas,/ de palabras en brasas,
de canciones,/...”. Fue de verdad bálsamo y estímulo, guía espiritual
y ejemplo, un cercano y tangible
soporte, un auténtico magisterio...
HUMANIDAD Y MAESTRÍA POÉTICA
Continúa el invierno y la primavera
de 1959 nuestra correspondencia con una gran frecuencia y en el contenido de
sus cartas se despliega su verdadera maestría poética amen de su profunda
verdad que, claramente, se
trasluce. A una referencia de un poeta
gaditano sobre Lorca cuya carga
personal, en la inocencia de entonces, me pasó inadvertida y que mucho tiempo
después advertí, me decía [vi]: “...Alberti,
con Juan Ramón, Antonio Machado y Federico.... forma el cuadrado mágico de la
mejor poesía andaluza, que ya ha roto fronteras y es poesía universal. Es
cierto que soy un apasionado de Lorca, por eso no te digo nada de él; pero sí
voy a copiarte unas cosas y a incluírtelas y ya me dirás...”
Recuerdo aquí a Aquilino Duque, - ”..esos primeros versos
de Mariscal me llegaron por vez primera copiados de su puño y letra,
acompañados de consejos y críticas de los versos que a mi vez yo le mandaba.”- y
cómo su vocación de militancia poética, haciendo poetas, educándolos...
En esta carta me tutea y me dice:
“ Mira, te hablo de tú y te ruego que lo hagas igualmente. Entre poetas no hay
años de más. No hay mas que los mismos afanes, los mismos sueños, las mismas
añoranzas.”
En una carta posterior[vii]
refiriéndose a otras opiniones del citado poeta sobre García Lorca me dice: “ . Me parece poco elegante bucear en la vida
privada de un poeta; el poeta nos da su obra pero no está obligado a darnos
lecciones de moralidad. La obra del poeta llega a nosotros y en élla esa gracia
divina del genio, el hombre. Pero hay que dejarle sus circunstancias.”
Está claro el daño que esas
referencias le hacían; pero él sabía discernir en su rotura personal la
supremacía de la poesía por encima de las opciones íntimas dando una clara
lección de humanidad .
PASIÓN EN ARCOS
No creo que nadie haya descrito tan
maravillosamente la Semana Santa de Arcos como lo ha hecho Julio Mariscal y
como lo hace en respuesta[viii] a una carta
mía: La Semana Santa aquí es
maravillosa. Yo, que he escrito tanto sobre ella, ahora pienso que no dije
nada, que todo resultó pálido ante este paisaje de duros olivares y calles en
pié sobre el abismo, por donde marchan las cofradías en un recorrido
espeluznante, colmado de color. La procesión andaluza, con sus inefables
imágenes esculpidas por manos de escultores artesanos, pero donde menos cuenta
la filigrana trabajada que el hálito misterioso que de la escultura se
desprende. La figura de un Cristo cerca, palpable, cuya forma podemos tocar,
cuya sangre podemos beber, se desdobla en el aire para que la aspiremos y nos
sintamos transidos por el grito de la mesianidad. Grito de religiosidad
tremenda y frustrada que viene de lejanas generaciones de hombres absolutos en
su sed de Dios.
Descripción tan profunda de un hombre
absolutamente religioso que como dice Pedro Sevilla[ix] : “ .. llegó a
Dios a través de Jesucristo, y como él sufrió el peso de su cruz particular. No
le faltaron amigos cirineos, pero tampoco le faltaron lanzadas de honorables y
hoscos paisanos.”
Quizás esa devoción o entusiasmo ilimitado por la
Semana Santa, - “ ...no sé si te he dicho que soy capillita furibundo...”, me
dice [x], y en una carta posterior[xi]:
“Llevo muchos días sin poder
enterarme de nada. Estoy entregado totalmente a la cofradía.”- , era su particular forma de participar en el
rito andaluz de la vida y de la muerte o
era un aspecto más, un peldaño en la escalera de su íntima pasión que poco a
poco iría abriéndose y manifestándose en la irremediable atracción de la
muerte... Ya en la última carta citada[xii], me dice:
“ Me interesa tu opinión sobre la
muerte; si tienes algo sobre el tema, envíamelo. Me apasiona la cuestión, y es
posible que haga alguna vez una antología sobre la muerte en la P.Española.” Antología
que no sabemos si llegó a iniciarla; pero si tenemos la certeza que habría sido la mejor que se hubiera
escrito , por la pericia que la muerte de tan cercana presencia en su vida le habría otorgado. Recordamos aquí las
palabras de Pedro Sevilla[xiii], hablando de sus
últimos años: “Pero Julio era ya un ser ajeno a la vida, ajeno a todo. Tenía
la terquedad y la displicencia de los muertos, a los que virtualmente
pertenecía”
“HACER POETAS A LOS DEMÁS”
Tomo prestado de Pepa Caro[xiv]
el título de este párrafo, porque en la correspondencia de Julio era primordial
su labor de instrucción poética, su
cariñosa reflexión sobre los evidentes defectos de la obra de un joven
inexperto poeta, su forma vocacional de hacer poetas... En su carta de 28-II-59 me habla de mis poemas: “
..Poema ambicioso de tema, con aciertos indudables, pero con imágenes
descolocadas...No es poesía moderna aquella que re-busca por oscurecer el
poema, sino la que dice de manera distinta... También es bonito ésto, mejor
-mucho mejor- de ideas que de forma. Somos andaluces, gracias a Dios, y no hay
que dejar de serlo. Tú sabes que una de las virtudes de la poesía andaluza es el culto a la forma.....” . Y termina la lección con otro capítulo de
instrucción: “ No sé si conoces a un poeta que se llama Emilio Prados, voy a
copiarte algo de él...”
En otras ocasiones la didáctica viene
con sus comentarios personales, su posición poética. A una opinión mía sobre Hijos
de la ira, me comenta [xv] : “ Estoy de
acuerdo contigo. Yo tampoco entiendo nada bien a D. Alonso. La poesía cerebral
no me interesa gran cosa. No hablo de Dámaso, y reconozco su magisterio,
pero...”.
Otras veces su vocación de magisterio
poético llega hasta extremos de querer hacer partícipes de sus emociones a los
demás como la siguiente información que me daba[xvi]
: “Esta noche a las 10 ½ por R.N.de E. de Sevilla radian “Yerma”, ese
terrible poema dramático de Lorca. Si lo oyes dime qué te parece..” ”
En otros casos es portador de noticias[xvii]
: “ Te supongo enterado del Premio de la Crítica, que pasó a Blas de Otero
por su libro “ANCIA”. Me parece estupendamente otorgado; es un gran libro de
aun gran poeta, aunque eso de no ser andaluz me duela algo.”. Noticias en
las que siempre va expresando su pensamiento, su forma personal de ver las
cosas [xviii]:
“ A mediados de mayo habrá un gran homenaje en Sevilla a D. Antonio Machado.
Hasta ahora todos los de este tipo han sido un fracaso; se ha querido mezclar
la cosa política, y ha salido lo de siempre...”.
ÚLTIMA CARTA
Esta carta del 15 de abril de 1959 es
la última que me escribió. Ignoro ahora, medio
siglo después, qué impidió que
continuase esta relación epistolar que tanto bien me hizo en mi pobre formación poética y personal, no sé si la situación en la que
se encontraba el poeta, de transición hacia
su obra posterior y definitiva o mi propia situación de traslados a
tierras y emociones nuevas hicieron que no se continuase lo que, desde luego,
fue para mi una gran ocasión perdida.
Luego, el tiempo, la lucha por otras
cosas, la distancia, la soledad poética, me fueron alejando la posibilidad de
ponerme en contacto con él que, poco a poco, iba acercándose trágicamente a su tierra,
con la que tantas veces se identificara, hasta que un día de noviembre me
llegó la noticia que me estremeció hondamente...
Sea este testimonio, homenaje y
sincera elegía... .
[i] DUQUE, Aquilino. Julio Mariscal. Poeta
del Páramo. DIARIO DE SEVILLA. CULTURAS. 14 de junio de 2001.
[ii] Fechada en
Arcos: 14-X-58. Membrete en letra inglesa: Julio Mariscal Montes. Tres cuartillas, manuscritas.
[iii] CARO, Pepa. Un encuentro con Julio
Mariscal. MEMORIA DE JULIO MARISCAL. (Antología Homenaje) .A.Murciano. Arcos
2002.
[iv] Fechada en Arcos : 12-XI-58. Membrete en
letra inglesa: Julio Mariscal Montes. Una cuartilla, manuscrita.
[v] Fechada en Arcos. 20-XI-58. Membrete en letra
inglesa: Julio Mariscal Montes. Una cuartilla, mecanografiada.
[vi] Fechada en Arcos. 5-II-59. Membrete en letra
inglesa: Julio Mariscal Montes .Una cuartilla, mecanografada .
[vii] Fechada en Arcos. 15-II-59. Membrete en
letra inglesa: Julio Mariscal Montes. Una cuartilla, mecanografiada.
[viii] Fechada en Arcos. 28-II-59. Una
cuartilla, mecanografiada.
[ix] SEVILLA, Pedro. Diez de Julio. Estudio y
Antologia. Arcos.1990.
[x]
Carta del 28-II-59
[xi] Fechada en Arcos: 12-III-59. Membrete en
letra inglesa: Julio Mariscal Montes. Una cuartilla, manuscrita.
[xiii] Op.cit.
[xv] Carta del 12-III-59.
[xvii] Fechada en Arcos: 15-IV-59. Membrete de la Hermandad del Stmo.
Cristo de la Buena Muerte,
Nuestra Señora de la Soledad
y Santo Sepulcro. Mecanografiada.
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