POETAS ANDALUCES José Luis Cano
José Luis Cano (Algeciras, 28 de diciembre de 1911 - Madrid, 15 de febrero de 1999). Escritor y crítico español.
Se le considera uno de los mejores conocedores de la poesía de la generación del 27 y de la generación del 36, de la que se erigió en valedor en
una época difícil para la cultura, como fue la que siguió a la guerra civil. José Luis Cano vivió en el Madrid de la República, y allí conoció a Cernuda, Aleixandre o Neruda. Tras el conflicto, Cano estudia la
obra de Aleixandre, y publica su diario, Los cuadernos de Velintonia.
Escribió las biografías de Federico García Lorca (1962) y Antonio Machado (1975).
José Luis Cano cofundó en 1947 la revista
literaria Ínsula, que ha sido uno de los referentes
para todos los amantes de la literatura en español durante la segunda mitad del
siglo XX, y de 1983 a
1987, fue su director. Fue director de la colección Adonáis de poesía, que
otorga uno de los premios más prestigiosos en el campo de la poesía en español,
el Premio Adonáis.
En marzo de 1995, José Luis Cano y un grupo de amigos (entre los que se
encontraba Alejandro Sanz, hoy presidente de la Asociación de Amigos de Vicente
Aleixandre) iniciaron una importante campaña de protesta para denunciar el
lamentable e incomprensible abandono institucional que padecía el histórico
inmueble de Velintonia 3 desde la muerte del poeta y premio Nobel Vicente Aleixandre,
en 1984. En dicha campaña se recogieron más de un centenar de firmas de
prestigiosos poetas e intelectuales.
Como poeta, también cuenta con una obra destacada, entre la que podemos
señalar Sonetos de la bahía (1942), Voz de la muerte (1945), Las alas perseguidas (1945), Otoño en Málaga y otros poemas (1955), Luz del tiempo (1962), Poesía.
1942-1962 (1964) o Poemas
para Susana (1978).
El Ayuntamiento de Algeciras, en reconocimiento a su labor ha
puesto su nombre a la Fundación Municipal de Cultura. En 2001 esta Fundación
editó la Poesía completa5 de José Luis
Cano y en 2002 Los cuadernos de Velintonia, ambos en edición de
Alejandro Sanz.
Poeta nacido en Algeciras que cuidó de la poesía republicana
y de la Generación del 27 durante la dura etapa de la posguerra, en la que
ejerció, con criterio y calidad, de crítico literario. Con su memoria y criterio
literario consiguió defender la calidad de la poesía del 27, y con ello, toda
la cultura anterior a la guerra. Cano convivió con Aleixandre, Cernuda o Neruda
en el Madrid libre y republicano de principio de los 30. Nunca pudo olvidar la
cultura de este período y a ella dedicó parte de su vida: publicó una antología
de estos poetas, estudió a Aleixandre, de quien publicaría su diario "Los
cuadernos de Velintonia" y parece, además, que fue desde su revista donde
nació el emblema de Generación del 27, que agrupó a la mejor generación de
poetas que se haya leído. Pero no sólo se dedicó a esa Generación, sino que fue
un estudioso de la poesía posterior, uno de los impulsores de la lírica
andaluza y uno de los máximos defensores de la libertad del creador frente a
las imposiciones de la moda o el poder. Como muestra de su visión de la poesía
actual está el ejemplo de la colección Adonais, a la que convirtió en un
referente de la poesia contemporánea y al premio Adonais uno de los más
valorados. Cano fue también un poeta neorromántico, que dejó una obra con un
gusto exquisito, no genial, pero sí llena de delicadeza y profundidad. En los
últimos años fue destituido de la dirección de "Ínsula", que él fundó
en 1947 con Enrique Canito y que dirigió hasta finales de los ochenta. Jose
Luis Cano siempre guardó un absoluto silencio, apartado de todos los jolgorios
y vanidades literarias. © epdlp
POEMAS
Si tu amor busco a solas, entregado
a un éxtasis errante y sin conciencia,
no sé qué resplandor de adolescencia
unge mi piel, ya siempre a tu cuidado.
a un éxtasis errante y sin conciencia,
no sé qué resplandor de adolescencia
unge mi piel, ya siempre a tu cuidado.
Mi boca acerco a tu rumor nevado,
purísimo sabor de tu presencia,
espuma dulce para mi dolencia
de soledad, al sol de tu costado.
purísimo sabor de tu presencia,
espuma dulce para mi dolencia
de soledad, al sol de tu costado.
No sé a qué paraíso de indolentes
me llevas o nos llevan así unidos,
tu desnudo y mi sombra a la deriva.
me llevas o nos llevan así unidos,
tu desnudo y mi sombra a la deriva.
Sólo sé que tus labios transparentes
hoy se entreabren dulces y vencidos
al paso de mi sangre fugitiva.
hoy se entreabren dulces y vencidos
al paso de mi sangre fugitiva.
Desnudo
Lame, arena, su cuello, y ciñe fría
su adormecido seno en ti yacente,
que luego iré a besar esa serpiente
de tu lengua, que el viento desvaría.
Hiere mansa esa flor de la bahía
que asume su mejilla húmedamente,
y ciega esa callada boca ardiente
que no quiere besar la boca mía.
Roza luego su vientre, y la dorada
piel besa de su cálida cintura,
y allí en su centro queda enamorada.
Que ya te templará la calentura
otra flor de mi huerto bien rociada,
si tu lengua se quema en su espesura.
su adormecido seno en ti yacente,
que luego iré a besar esa serpiente
de tu lengua, que el viento desvaría.
Hiere mansa esa flor de la bahía
que asume su mejilla húmedamente,
y ciega esa callada boca ardiente
que no quiere besar la boca mía.
Roza luego su vientre, y la dorada
piel besa de su cálida cintura,
y allí en su centro queda enamorada.
Que ya te templará la calentura
otra flor de mi huerto bien rociada,
si tu lengua se quema en su espesura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario